Emilio Saracho, presidente de Popular, habría estado negociando la venta de Popular personalmente desde el pasado mes diciembre a un banco español, aseguran a El Independiente fuentes conocedoras de las conversaciones. Los candidatos que suenan con más fuerza son BBVA y Santander.
El primer ejecutivo del banco, ex vicepresidente a nivel mundial de JPMorgan, tomó las riendas de la entidad oficialmente el 20 febrero, pero ya llevaba tres meses buscando una operación corporativa para salvar a Popular.
Fuentes del mercado aseguran que Saracho está llevando personalmente las negociaciones en torno a la venta del grupo ya que, actualmente, descarta una ampliación de capital. El banco vale en bolsa algo más de 3.300 millones y sus necesidades de capital, según los analistas, superarían esta cifra, de ahí la dificultad que entrañaría acudir al mercado. A ello se suma que en las últimas tres ampliaciones, Popular ha solicitado a sus inversores 5.500 millones de euros. "Los accionistas no aguantarían que les demanden más dinero ahora", explican fuentes financieras.
Junto a ello, la salida de depósitos de clientes institucionales estaría metiendo presión al banco, lo que contribuiría a acelerar la venta del grupo. En el primer trimestre, la caída de recursos asciende a 4.000 millones y responden, según explicó hace unos días Ignacio Sánchez-Asiaín, consejero delegado del grupo, a movimientos de depósitos intragrupo y a operaciones de cesiones temporales.
El ejecutivo aseguró durante la presentación de resultados del arranque de año que el banco no está sufriendo fuga de pasivo de particulares. Atribuyó una leve salida de 800 millones de euros, equivalente al 1%, al cierre de oficinas. "El stock de los depósitos a plazo y las cuentas a la vista en el primer trimestre apenas ha caído un 1% y asciende a 77.346 millones. Es importante señalar que en el mes de marzo se ha producido un aumento de la contratación del 27% respecto a febrero, lo cual representa la mayor captación de depósitos del banco durante los últimos diez meses”, apuntó.
El Banco de España ha mostrado su inquietud sobre el futuro del banco, pero asegura que no está en una situación próxima a la quiebra, ya que cumple con todos los requisitos regulatorios y de solvencia.
El banco de inversión americano comunicó la salida de Saracho el 29 de diciembre, pero el día 1 de ese mismo mes ya se había hecho público que el directivo sustituiría a Ángel Ron en el cargo. Entre las condiciones de su contrato, dada las inciertas perspectivas de Popular, Saracho pactó quedarse como asesor externo durante un año, una vez cesen sus funciones como presidente, por 1,5 millones de euros.
En un hecho relevante remitido a la CNMV, Popular fijo la convocatoria de una reunión extraordinaria del Consejo de Administración. En el comunicado al regulador de los mercados explicaba que “a propuesta unánime de la Comisión de Nombramientos, Gobierno y Responsabilidad Corporativa, se prevé que el Consejo apruebe por unanimidad proponer a la Junta General de Accionistas la designación de don Emilio Saracho Rodríguez de Torres como consejero y presidente del Consejo de Administración”.
El relevo en la cúpula del banco llegó tras varios meses de tensión en el seno del Consejo del banco. El mexicano Antonio del Valle, representante de un consorcio de accionistas aztecas que controla el 4,25% de Popular, fue, junto a la consejera independiente Reyes Calderón Cuadrado, artífice del cambio, ya que aglutinó los apoyos suficientes para provocar la salida del hasta entonces primer ejecutivo de la entidad.
Candidatos
El presidente de BBVA, Francisco González y Ángel Ron, expresidente de Popular, coquetearon en varias ocasiones con la idea de integrar sus negocios. BBVA, de hecho, hizo sus números y lanzó su última oferta la tercera semana del pasado mes de noviembre. Valoró Popular en torno a 6.500 millones de euros y estaba dispuesto a desembolsar entre 5.500 y 6.000 millones, asumiendo que la operación generaría sinergias por valor de unos 3.000 millones de euros.
Los presidentes de ambos bancos habían mantenido reuniones previas en julio y octubre, antes de la señalada en noviembre. González llegó a ofrecer a Ron la vicepresidencia del grupo resultante, pero la operación no cuajó. El Consejo de Popular y el propio Ron han defendido siempre la idea de un banco independiente, pese a la debilidad de la entidad, lastrada por activos tóxicos inmobiliarios.
Los acercamientos con Santander también se habrían sucedido, a pesar de que el banco siempre ha mantenido el discurso de priorizar el crecimiento orgánico.
En verano de 2015, Sabadell también hizo sus números, pero la operación se descartó.
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