Una ruta por la web de Airbnb en busca de reservas la semana grande de Madrid se convierte en algo estrafalario, económicamente hablando: no, no hablamos de San Isidro sino del ya tradicional Orgullo Gay que este año del 23 de junio al 2 de julio da un salto sideral y se convierte en el World Gay Pride 2017; esto es, La Meca de la homosexualidad, la transexualidad y el lesbianismo. Se habla de cientos de miles de turistas, se habla del desmadre en barrios como Chueca o Malasaña y se habla de un retorno millonario espectacular, con números todavía difíciles de cuantificar pero con muchos dígitos.
No se habla tanto de quién hará el agosto dentro de 10 días con el Orgullo Gay: empresarios de la economía colaborativa, expertos en el arte de alquilar su casa como pisos turísticos y no tan expertos que ven en esa semana un filón para forrarse en pocos días. "Con los datos que manejo, la tendencia es que por la misma habitación durante la fiesta el arrendatario, de entrada, doblará su precio habitual. Como mínimo", relata Beatriz Hernández, propietaria de la inmobiliaria M34, en el corazón de Malasaña.
La tendencia es, como mínimo, doblar el precio y a partir de ahí lo que sea"
La burbuja turística que vive la ciudad es otro de los lados oscuros de una fiesta imposible de disociar de una capital gay como Madrid. El Independiente ha hecho un rastreo comparativo en webs de alquileres turísticos de una decena larga de habitaciones o apartamentos completos: los resultados son extravagantes la mayoría de las veces.
Por ejemplo, un apartamento en Ópera que se alquila por 482 euros en un intervalo de días igual al del Orgullo Gay cuesta del 23 al 2 de julio más de 4.000 euros. Otra casa en Noviciado que sale normalmente por menos de 900 euros se eleva hasta los 3.000 euros durante el acontecimiento mundial. En el centro de Madrid, los arrendatarios empiezan multiplicando por dos y a partir de ahí se sube. Algunos incrementos son del 1.000%.
Un piso en Ópera que se alquilan por 480 euros valen 4.000 esa semana
Ganar un salario en una semana con el World Pride de Madrid es el nuevo El Dorado para vecinos del centro. Un propietario pedía dos semanas antes del evento 80 euros por su habitación en la Plaza San Miguel: para esas fechas, reclama la friolera de 1.250 euros. Es verdad que en contadas ocasiones el afán de lucro desaparece y los dueños de pisos en Madrid reclaman para el Orgullo Gay exactamente lo mismo. Así lo atestiguan un puñado de casos hallados en Lavapiés, La Latina...
El Ayuntamiento de Madrid no entra a valorar el efecto sobre los precios la semana del World Gay Pride. "Las regulaciones son generales, no pensando en una semana", responde el concejal de Ahora Madrid responsable del Distrito Centro, Jorge García Castaño. "Estamos elaborando una propuesta de regulación para negociar con el sector y la comunidad. Esperamos que la Comunidad sea responsable y nos ayude, porque somos una de las pocas capitales europeas sin regulación. Pero de esa semana solo puedo destacar que va a ser extraordinaria", avanza García Castaño.
Se alquilan espacios con taquillas donde dejar las cosas, salir de fiesta y lavarse en WC de bares
Los vecinos no lo ven igual: la federación de asociaciones vecinales de Madrid, FRAVM, alerta del combo que provocan las burbujas turístico-inmobiliarias y de ocio contra el vecindario: "Nos consta que existe un espacio para taquillas Drop it en la Calle Jardines -muy cerca de Sol- donde puedes dejar tus cosas, irte de fiestas y luego lavarte en un bar o en la estación", relata el presidente de la Asociación de Vecinos de Chueca, Esteban Benito García. "Los mercados se estén convirtiendo en sitios para turistas, nadie hace la compra. Ya no son mercados de aprovisionamiento para los vecinos. Tenemos un turismo feo en Madrid", sentencia Benito García.
El jolgorio LGTB se palpa nada más visitar una página de alquiler colaborativo. La oferta es baja porque miles de visitantes se han anticipado y han arrendado ya una casa, algo de lo que avisa una pestaña en la parte superior de Airbnb al buscar alojamiento para la semana en cuestión. Hay anuncios que directamente llevan el título y la explicación de las características de la vivienda en inglés, orientados sin ambages para turistas (en otros países europeos es común el uso del inglés; en España, no tanto).
Tal es el negocio que hay anuncios en webs turísticas en inglés y con la bandera arcoiris
Se publicitan camas en anuncios que en realidad son sofás sin el menor rubor. Y por último, muchas ofertas de pisos aparecen ilustradas con la bandera arcoiris, síntoma del negocio que es el Orgullo Gay de Madrid para los apartamentos turísticos.
"Hay mucha demanda y puedo entender que si los hoteles están repletos y la gente quiere venir a Madrid, de la nada broten más y más pisos", contemporiza Beatriz Hernández, de la agencia M34. "A mi me llegan ofertas para alquilar solo esa semana. Pero creo que este sector tiene que estar más regulado", subraya la empresaria.
El presidente de los vecinos de Chueca cree que Colau reacciona mejor que Carmena ante el fenómeno
“Hace 40 años el centro era un lugar degradado", reconoce Esteban Benito García, de Chueca. "En los últimos años la situación se ha recuperado, es obvio. Pero toda la presión para convertirlo en un barrio turístico volverá a hacer la vida imposible a los vecinos. Va a ser como Venecia”, zanja, además de añadir que en esta materia "Colau lo está haciendo mejor que Carmena".
Según la patronal de las grandes cadenas hoteleras Exceltur, en abril de 2017 ya había en Madrid 17.000 pisos turísticos ilegales, el doble que en 2015. En el Orgullo Gay probable que ese número quede obsoleto. "Por cada 100 plazas en establecimientos reglados, se generan 20 puestos de trabajo directo en el propio hotel; en los alquileres turísticos, ese ratio se reduce a dos", lamenta la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid.
Ahora Madrid irritó a sus bases al aprobar con el PP que el Patio Maravillas sea un bloque de pisos turísticos
La controversia con los alquileres turísticos en Madrid (y en España) trasciende la celebración del Orgullo Gay. A finales de abril, el PP apoyó a la Corporación de Ahora Madrid y votó a favor de la conversión del edificio okupado Patio Maravillas en un bloque de pisos turísticos, en una decisión del ayuntamiento muy criticada. Cuatro concejales abandonaron el Pleno de Cibeles y la votación desembocó a los pocos días en una manifestación con el eslogan Madrid no se vende, el Orgullo tampoco que terminó con otra okupación en el Paseo del Prado, en otro inmueble rebautizado como La Ingobernable.
Para gran parte de los manifestantes que terminaron ocupando La Ingobernable, un edificio que en teoría va a convertirse en el Museo Ambasz, la actual burbuja inmobiliaria y la falta de regulación del alquiler ante la avalancha turística es uno de los grandes problemas que acucian a la capital. El precio de la vivienda y el alquiler en Madrid se están desbocando. La semana del Orgullo Gay marcará probablemente el apogeo de portales como Airbnb.
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