La recuperación económica iniciada en 2014 está generando a su paso cambios en el mercado laboral que a menudo pasan desapercibidos. Es una realidad que hay más actividad y, por tanto, más trabajo que sacar adelante en las empresas. Y esto, sin entrar en cuestiones relacionadas con tamaños de plantilla o de los salarios, se está reflejando en un incremento de las horas extraordinarias pagadas a los trabajadores y, en paralelo, del absentismo.
Dos informes publicados por las empresas de recursos humanos Adecco y Randstad ponen el foco sobre ambas cuestiones, que no necesariamente deben verse como dos caras de la misma manera, pero que sirven para observar de qué manera afecta la recuperación en el día a día de las empresas.
El informe de Randstad refleja que los trabajadores españoles realizaron 133,8 millones de horas extraordinarias remuneradas en 2016, un 5,7% más que en 2015 y la cifra más alta desde el ejercicio 2010. Con este incremento se acumulan tres años consecutivos de crecimientos en el número de horas extra remuneradas realizadas por los españoles.
El valor más alto se alcanzó en 2008, al inicio de la crisis, cuando se superaron los 175 millones de horas extra pagadas, y el más bajo en 2013, con 100,8 millones de horas extraordinarias, en la antesala de la recuperación.
Además, cada trabajador en España realizó una media de 7,29 horas extra remuneradas en 2016, un 3% más que en 2015. En 2008, primera cifra disponible, se rozaron las 9 horas extra por cada profesional ocupado, mientras que en 2013 el promedio fue de 6,15 horas extraordinarias al año por trabajador.
El absentismo sigue un camino paralelo
En el caso del absentismo, entendido como las horas no trabajadas sin contar vacaciones, festivos u horas perdidas por procesos de regulación de empleo, ha experimentado crecimientos desde el cuarto trimestre de 2013, cuando se inició la recuperación económica y fue desapareciendo el temor a perder el empleo.
De acuerdo con el informe en el que han participado Adecco, el despacho de abogados Garrigues, la patronal de las mutuas Amat o Fremap, las ausencias en el trabajo han alcanzado una velocidad de crucero en 2016 y han crecido, más incluso que la propia economía, hasta una tasa cercana al 5%. Por tanto, parece que el incremento de las ausencias en el trabajo camina paralelo a la ejecución de horas extra.
Un 35% de bajas irregulares
El factor determinante del incremento del absentismo son las bajas por incapacidad temporal (IT), que en los primeros años de la crisis se redujeron, sin que lo hicieran en cambio las bajas por maternidad, y que han vuelto a repuntar en los últimos años.
Así, la tasa de absentismo estimada pasó del 3,7% en 2000 al 4,9% en 2007, para reducirse hasta el 4,1% en 2013 y, finalmente, volver a crecer hasta el 4,88%.
Ahora bien, el descenso de las bajas por IT hasta 2013, fue del 33,2%, un porcentaje cercano al porcentaje de bajas no justificadas, que, de acuerdo con la información recabada, rondaría el 35%.
El informe asocia, por tanto, el menor número de bajas por incapacidad temporal a una menor proporción de procesos no justificados, y ello al temor al despido, mientras que el incremento desde 2014 tendría que ver con una mayor relajación y la reaparición de este absentismo sin motivo.
Con todo, los autores consideran que el gran problema no es tanto este como la prolongada duración de los procesos por la saturación de la sanidad, entre otras causas.
El coste del absentismo y las horas extra
Sería difícil calcular que efecto tiene el aumento del absentismo y, en paralelo, de las horas extra pagadas sobre la productividad agregada de los trabajadores. Sin embargo, se puede calcular señalar algunos costes que ambas magnitudes tienen para las empresas.
En el caso de las ausencias, Adecco estima que el absentismo por enfermedades comunes trasladó un coste de 5.993 millones de euros al sistema de la Seguridad Social y de 5.065 millones de euros a las empresas, puesto que son estas las que costean la prestación económica en los primeros días de la baja. Además, lo que dejaron de producir las empresas por esta causa se ha valorado en 57.352 millones de euros.
Por ello, desde las organizaciones empresariales se viene demandando que sea la Seguridad Social la que sufrague este coste creciente y se ha querido vincular la evolución de este indicador a los márgenes de revisión de los salarios.
En el caso de las horas extra, el director de Relaciones Institucionales de Randstad, Luis Pérez, explica que "una ampliación continuada de la jornada laboral de los trabajadores a través de este tipo de horas conlleva un descenso en la productividad".
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