El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha defendido este martes en el Pleno del Congreso de los Diputados los objetivos de déficit y deuda pública para 2018-2020, que finalmente han sido aprobados con los 175 votos favorables del PP, Ciudadanos, Coalición Canaria, UPN, Foro y PNV, y la abstención de Nueva Canaria. Por el contrario, el resto de los grupos emitieron 173 votos en contra, con el PSOE a la cabeza. Además, una vez debatido en la Cámara Baja el límite de gasto no financiero del próximo año, conocido como techo de gasto, que aumentará un 1,3%, hasta los 119.834 millones de euros, se inicia la tramitación parlamentaria de los Presupuestos de 2018.
En su defensa, Montoro ha dibujado estos objetivos de consolidación fiscal como el camino para llegar a un ansiado final de la crisis al que, más explícito que hasta ahora, le ha puesto fecha: “dentro de tres años, en 2020, habrá acabado definitivamente la crisis económica”.
“Tenemos al alcance de la mano el mejor momento económico que ha tenido España ante sí”, ha llegado a decir. Según ha recordado, el cuadro macroeconómico del Gobierno prevé que para dentro de tres años se hayan alcanzado los 20,5 millones de ocupados, lo que, ha asegurado, "hará sostenibles las pensiones, consolidará el Estado del bienestar, permitirá financiar servicios públicos de mayor calidad y reducirá la deuda pública".
Y si los Presupuestos de 2018 son la línea recta al final de más de una década de penalidades, Montoro ha aislado en su discurso a los grupos parlamentarios que se han opuesto a sus cuentas, especialmente el PSOE, mostrándolos como la parte del Hemiciclo que “se quedará al margen del final del túnel de la crisis”.
Y no solo de eso, sino también de las mejoras que, según ha dicho, supondrán los acuerdos políticos alcanzados con Ciudadanos o Nueva Canaria, grupos parlamentarios “con determinación, generosidad, lealtad y visión”, a cambio de sacar adelante los Presupuestos de 2018.
Se refería a la rebaja del IRPF pactada con Ciudadanos, por importe de 2.000 millones, o a la elevación del objetivo de déficit de las comunidades autónomas, del 0,3% del PIB al 0,4%, para el próximo año. Unos 1.000 millones de euros más.
Sobre estos pactos, ha dicho que “no solo son compatibles con los objetivos de déficit, sino ordenados hacia la consecución de la salida del procedimiento de déficit excesivo”.
Pedro Sánchez, detrás del rechazo a los Presupuestos
Teniendo en cuenta que buena parte de las comunidades autónomas son gobernadas por el PSOE, Montoro ha preguntado a los socialistas, no de forma retórica: “¿Cuáles son sus argumentos para votar en contra?”, en referencia también a la oposición en bloque del PSOE, con la excepción de Extremadura, en el Consejo de Política Fiscal y Financiero (CPFF) en el que se votó la elevación de los objetivos de déficit de las comunidades autónomas.
Y aún más, ha ahondado en que el PSOE ha virado y ha pasado de no oponerse a los objetivos de déficit para 2017, que preveían desequilibrio del 0,3% del PIB para las comunidades autónomas en 2018, ha rechazar la propuesta para el próximo año que mejoran esa cifra. "¿Qué ha pasado? un espíritu", ha dicho sin entrar en más detalles.
El que sí lo ha hecho a continuación ha sido el portavoz del PP, Jaime de Olano, quien ha respondido a esa misma pregunta respondiendo que el cambio ha sido el de "la dirección del PSOE", esto es, a la llegada de Pedro Sánchez a su Secretaría General.
Montoro, el reprobado
Al tiempo que defendía a sus cuentas, Montoro ha defendido su figura política ante los portavoces de la oposición, que han tratado de deslegitimar su discurso por su condición de ministro reprobado en el Gobierno.
Al respecto, el portavoz económico del PSOE, Pedro Saura, ha asegurado que el primer motivo de su grupo para votar en contra de los objetivos de estabilidad es que Montoro no tiene legitimidad para llevarlos a la Cámara Baja, después de que el Tribunal Constitucional tumbase la amnistía fiscal.
“El problema es usted. No debería seguir siendo ministro. No debería traer ninguna senda de déficit más porque no cumple con los principios constitucionales y trata mejor a los evasores que a los contribuyentes normales”, ha dicho. Como en el debate de los Presupuestos de 2017, el PSOE ha cargado contra lo que entienden como un techo de gasto –que también se ha debatido, pero que no se vota-- que perpetúa el recorte de las partidas sociales.
Este techo de gasto es un 1,3% superior al de 2016, hasta 119.834 millones, pero inferior al máximo previsto por la regla de gasto, que permite aumentarlo hasta un 2,4%. Además, Saura no ha dudado en calificar la rebaja del IRPF pactada con Ciudadanos de “parche”.
En la misma dirección, el portavoz de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, Alberto Montero, ha saludado a la Cámara, a “sus señorías” y al “ministro reprobado”, para después aconsejar al ministro de Hacienda preocuparse de “ingresar más y recortar menos”.
Ciudadanos también aisla al PSOE
Por su parte, el portavoz de Ciudadanos, Toni Roldán, también se ha encargado de colocar a los grupos que apoyan el primer trámite del Presupuesto de 2018 dentro del grupo de los responsables, y a los que no, “a los progresistas y de la izquierda real”, en el de la incapacidad para pactar e introducir mejoras.
Además, al igual que Montoro, y desde la posición de un grupo parlamentario sin amplia presencia en los gobiernos autonómicos como el PSOE, ha invitado también a los socialistas a explicar su voto en contra tras la mejora del margen de déficit para las regiones.
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