A pesar de su juventud, Pablo Zalba, ha sido ya muchas cosas en política. Eurodiputado, miembro del Grupo Popular Europeo y, ahora, a sus 42 años, nada menos que presidente del ICO. La auténtica agencia financiera del Estado. Pero no es Zalba el típico político que no haya pisado jamás el ámbito privado ni conozca el mundo real, el que no solo vive de la subvención o de la acción pública.
Navarro, de pura cepa, licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Navarra y con un MBA en London Business School, ha trabajado en Arcelor Mittal y en SIC Lázaro, entre otras corporaciones. Hoy nos recibe para charlar, no solo de su nueva responsabilidad como presidente de la mayor red de empresas públicas del Estado sino de la situación política, en España y en el mundo, y de los retos globales que el nuevo escenario geopolítico nos plantean.
Pregunta.- Pablo Zalba, ¿has dejado Europa en un momento tremendamente convulso, no?
Respuesta.- Yo creo que he dejado Europa en el mejor momento en el que ha estado en los últimos años. Desde que llegué a las instituciones europeas, en 2009, no recuerdo un momento tan dulce como el de ahora. Hay un elemento que ha pasado desapercibido, y es cuando la canciller Merkel reconoce que tenemos que dotar a la Eurozona de un presupuesto y de un ministro. Habrá que ver las circunstancias, pero es un paso importante. Eso junto con la consolidación de la unión bancaria, de dotar a la UE de una capacidad fiscal y de un verdadero ministro de Finanzas, de mejorar la legitimidad democrática en el proceso de toma de decisiones y de avanzar, en suma, en los Estados Unidos de Europa, hacia una Europa Federal es muy importante. Y luego, la victoria de Macron en Francia. No somos conscientes, pero era o el todo o el caos. Por primera vez, que yo recuerde, un líder gana las elecciones haciendo un alegato en favor de Europa y, además, en sus mítines, conviven perfectamente las banderas de Francia y Europa. Ese es un hecho diferencial importantísimo.
P.- ¿Cuándo veremos una Unión Europea con una cabeza fiscal y financiera única?
R.- No me atrevo a hablar de plazos, pero mucho antes de lo que podemos imaginar. El otro día sin ir más lejos, Moscovici expresó en voz alta en Madrid su deseo de que su sucesor sea el primer ministro de Finanzas de la Eurozona. Mira, Euprepio, si en 2009, cuando llegué al Parlamento Europeo, me dicen que en seis años iba a estar casi completa la unión bancaria, aunque quede por rematar el tercer pilar, nadie lo hubiera imaginado, yo el primero. No somos conscientes de la velocidad de crucero que ha tenido el proceso de integración económica y política en los últimos años. Para empezar, los Presupuestos Generales del Estado, antes que los aprueben aquí sus señorías, tienen que pasar por las instituciones europeas. Cuando Pedro Sánchez intenta ese pacto inservible con Podemos, lo primero que hace es ir a ver a Moscovici.
No somos conscientes de la velocidad de crucero que ha tenido el proceso de integración económica y política en los últimos años
P.- ¿Y qué opinas tú del Brexit, Pablo? Porque yo he sido uno de los pocos, sino el único, que me he atrevido a afirmar que será reversible, que no habrá Brexit al final.
R.- La Unión Europea, en primer lugar, ha estado a la altura de las circunstancias. El grado de unidad en el seno del Consejo Europeo ha sido, sencillamente, inmejorable. Eso demuestra que la Unión está dispuesta a pagar un precio político, cosa que los británicos no han entendido, y eso hará muy difícil a Gran Bretaña utilizar su habitual estrategia que era dividir. Se lo pondremos muy difícil. Hay dos escenarios; un Brexit duro, con un impacto económico muy importante para ellos, básicamente, u otro con el intento de permanencia del Reino Unido en la unión aduanera o incluso en el mercado único. Si abogan por este, se habrán dado un tiro en el pie. Va a serlo en todas las circunstancias, pero es que ahora formarán parte de ese mercado único sin tener intervención en las decisiones importantes y sin nada que vetar, pero teniendo que acatar esas decisiones. Como decía hace poco un importante analista económico en el Financial Times, Martin Wolf, se van a dar cuenta de que el mejor escenario no sale.
P.- Yo considero que interesa ese Brexit blanco, y por tanto ser sujetos pasivos…
R.- Es verdad que los 27 no hemos sabido entender lo que se estaba gestando. Y que el referéndum ha provocado que algunos denominen a Cameron como el peor primer ministro de la historia de aquel país. Creo que algo de razón hay en eso. Pero también es cierto, y lo hablaba con la anterior presidenta de la Comisión de Economía del Parlamento Europeo -con la que compartí años de trabajo- que, en el momento en que comenzó a gestarse la unión bancaria, me lo decía y yo coincido, el Reino Unido no tenía un sitio en la Unión Europea. Y me seguía diciendo que no imaginó que se produjera esta ruptura (tan abrupta). Tal vez, en el contexto de cambio de tratados, sí hacia un estatus de Estado Libre Asociado... pero no así. No supimos entender la incomodidad del Reino Unido en la Unión. Pero también debemos ser conscientes del impacto de la buena influencia de su presencia, que lo tenía. El mercado único es un invento británico. Y la política exterior, de acuerdos comerciales, no sería lo que hoy es sin la influencia británica, lo cual ha beneficiado también mucho por cierto al proceso de internacionalización de la economía española.
Si finalmente se confirma el Brexit, que estoy contigo que está por ver, es verdad que a cambio, por primera vez, se da una circunstancia que ocupa ese vacío y es que tenemos el presidente más liberal y más proeuropeo que ha tenido Francia. Y Cataluña debería mirar con lupa todo este proceso. Cataluña siempre ha dicho que no cree que una Cataluña independiente (que yo creo que es imposible) no estuviera en la UE. Mentira... falso. El Brexit demuestra eso, aunque ellos creen que en la Unión no van a renunciar a un mercado como el suyo.
P.- Claro que pueden renunciar... mira lo que ha ocurrido con Escocia, que ahora quieren recular.
R.- Por eso. Por tanto, que los catalanes miren al Brexit, porque la UE ha demostrado que sí puede renunciar. Lo hará en el caso del mercado británico que es mucho más importante. Está dispuesta a pagar un precio económico por salvar el proyecto político. Que lo miren bien los catalanes, vuelvo a insistir.
Que los catalanes miren al Brexit, porque la UE ha demostrado que sí puede renunciar
P.- Hablemos un poco del ICO y de su papel en la reciente crisis y en la economía española. Y en recuperación en los últimos años.
R. En un momento en el que hay una sequía de crédito total es cuando el ICO da el do de pecho y salva la situación de muchas empresas poniendo a disposición 60.000 millones en créditos. Solo el año pasado, gracias a las líneas ICO, como agencia financiera del Estado conseguimos crear o mantener en España 330.000 puestos de trabajo, porque como es sabido, el estancamiento financiero es la causa por la que muchas pymes españolas han estado abocadas al cierre. Y eso el ICO, lo ha podido salvar.
P.- ¿Y cómo se vivió desde el ICO la crisis bancaria, que casi nos llevó al rescate? Bueno, de hecho, hubo un cierto rescate bancario, llamémoslo como queramos...
R.- El ICO no recibe un euro de los Presupuestos Generales del Estado. Se financia en los mercados. Emitimos deuda en bonos, en euros, dólares... tenemos garantía explícita del Estado, que es una garantía adicional, pero nos financiamos así. Luego, el ICO, como agencia financiera del Estado financia cosas tan importantes como el fondo de liquidez autonómica, el de pago a proveedores, el de entidades locales y algunos otros. Hemos inyectado 90.000 millones de euros a la economía. Hemos pagado doce millones de facturas a 300.000 empresas y autónomos. Pero no solo eso; el ICO tiene una filial de capital privado, AXIS, que ha contribuido a financiar a multitud de empresas españolas y ha atraído a fondos internacionales que invierten en empresas españolas. En 2013, se puso en marcha FOND-ICO global, el primer fondo de fondos de capital privado que lanza una entidad pública, dotado con 1500 millones de euros.
Se han aprobado inversiones por valor de 1100 millones de euros y se han desembolsado casi 300 millones de euros que han conseguido movilizar 1.000 millones, muchos de fondos extranjeros, que han invertido en 200 empresas españolas y han conseguido generar 55.000 puestos de trabajo. Y algo más importante. Ha contribuido a un objetivo prioritario a nivel europeo: que no solo las empresas se financien a nivel bancario sino impulsando nuevas fuentes como el capital privado. Ahora estamos en un nuevo ciclo económico en el que la liquidez ya no es un problema. Ahora tocan dos objetivos prioritarios: el primero, apoyar la internacionalización como palanca de crecimiento de la empresa española. Por cada 1.000 millones que aumentan nuestras exportaciones, según datos de la Comisión Europea, se crean 14.000 puestos de trabajo. Por eso, cada vez que yo leo que un partido es reticente a un acuerdo comercial, y no quiero mencionar a ninguno, me entran serias dudas. ¡Señores! El libre comercio es creación de empleo. El segundo objetivo es atraer la máxima cantidad de fondos del Plan Juncker. Ahí estamos a la cabeza y hay que seguir.
P.- Desde tu punto de vista, ¿por qué algunos partidos de la izquierda critican tanto este tipo de acuerdos internacionales como el CETA? ¿Demagogia o desconocimiento?
R.- Eliminar barreras comerciales y arancelarias de dos economías como las de la UE y Canadá, por ejemplo, significa que nuestras empresas inmediatamente son más competitivas y más fácilmente pueden vender al exterior. ¡Que alguien me dé una receta mejor! Mira, yo participé en el acuerdo entre la UE y Corea del Sur. Una botella de vino que cuesta un euro, sin este tipo de acuerdos, al entrar en Corea del Sur, valía dos. Con el acuerdo, ese euro se eliminó y muchas bodegas españolas venden ya allí.
En cuanto al desconocimiento, se acusa a la globalización de crear desigualdades... probablemente la perfección no exista. Pero vamos a buscar mecanismos para mitigar las desigualdades. La UE destina fondos a las regiones afectadas, a través de un fondo para la globalización. Mejoremos los instrumentos. Yo entiendo que los más reticentes demanden mejoras. Pero no que se opongan. Una reducción de la pobreza extrema, como se ha producido en África, y que ha sido como consecuencia de la globalización es algo que hay que tener en cuenta. Me parece egoísta no hacerlo. ¿No nos preocupan las miles de muertes que se han evitado gracias a la globalización? Tal vez algunos no lo quieran explicar.
P.- Se explica todo bastante poco, Pablo. A pesar de horas y horas de televisión... y el público se queda con dudas. Es como cuando se habla de la digitalización.
R.- Parece que solo nos preocupa nuestro estatus occidental. Y, de nuevo, la demagogia. Cuántas veces hemos oído que el acuerdo con los EEUU solo va a beneficiar a las grandes empresas. Eso es fruto de la demagogia. A quien beneficia precisamente es a las pequeñas y medianas empresas. Un acuerdo de este tipo no tiene como objetivo la eliminación de aranceles, porque casi no los hay, sino aspirar a la homologación de los productos para que, por ejemplo, un automóvil, que ha sido homologado aquí, o un vino, reconocido en la UE, no sea gravado con barreras no arancelarias. Porque a lo mejor era eso lo que a una bodega de aquí le impedía vender en EEUU. En resumen, es verdad que ahora el contexto ha cambiado, pero no caigamos en la tentación de competir con los grupos antisistema.
La corrupción no es inherente a los partidos sino a las personas. No creo que en España haya más casos que en otros países
P.- ¿Ves a los populismos derrotados, en coma?
R.- Los veo en declive. Italia es un ejemplo, visto lo ocurrido con Beppe Grillo. En España igual. Y en Francia y en Holanda. Hay multitud de factores que han contribuido, como la salida de la crisis económica. Y que fenómenos como la victoria de Trump o el Brexit nos están vacunando. Estamos viendo el impacto que tienen y que las soluciones fáciles, al final, no son soluciones.
P.- Pasando al ámbito nacional, Pablo, ¿cómo ves esta fase en España de juicios por casos de corrupción en la que hemos entrado?
R.- La corrupción no es inherente a los partidos políticos sino a las personas. Y no creo que en España haya muchos más casos de corrupción que en otros países. En Alemania, el señor Kolh, que en paz descanse, tuvo un final político complicado precisamente por la corrupción. Y su sucesor natural, Schauble, actual ministro de Finanzas, tuvo que renunciar a serlo por un caso de financiación. Luego, por cierto, se le rehabilitó. Habría que hacer esa reflexión en España; que cuando a uno se le acusa de algo así, se demuestre.
P.- Pero en España nadie dimite nunca Pablo. Y en Alemania, sí, hasta por copiar una tesis...
R.- Mira, en España se está demostrando que el que la hace la paga. Es verdad que el nivel de exigencia entre España y Alemania es diferente. Pero si Schauble hubiera sido español, jamás hubiera podido volver a la política, con ese estigma. Y hoy es uno de los mejores ministros de Finanzas de la UE.
P.- Hombre, pero, por ejemplo, el señor Camps, podría volver a la política...
R.- Ya. ¿Y ha vuelto? No, ¿verdad? Podría. Todo sobre el papel. Tendríamos que buscar la manera de rehabilitar a los políticos, seamos realistas.
P.- Es cierto que en España se entierra estupendamente…
R.- Te pongo otro caso. El de la infanta Cristina y su marido. Yo estoy orgulloso, y este es el ejemplo, de que en España la Justicia sea igual para todos. La situación tan desgraciada que ha vivido nuestro país, con la condena en este caso, no se ha vivido en otros, ni en otras monarquías europeas. Ni en el Reino Unido, ni en Holanda. No ha habido un juez que, por comportamientos similares, se haya atrevido, digámoslo así. Y creo que algo estamos haciendo mal, porque aunque hemos sido más contundentes en la lucha contra la corrupción que en otros países europeos, la percepción de la opinión pública es la que es. Y es una responsabilidad de todos, de los medios de comunicación y de los políticos, sobre todo, que la sociedad pueda tener la sensibilidad para entenderlo.
En España se está demostrando que el que la hace la paga. Por ejemplo, la infanta Cristina y su marido
P.- Volviendo al ICO, que es tu casa. ¿Cómo piensas seguir haciendo más fuerte a esta entidad, que es imprescindible para el crecimiento económico y para las pymes?
R.- Continuar con el trabajo que se está haciendo. Estamos llegando a acuerdos con bancos latinoamericanos, con el objetivo de apoyar a las empresas españolas para que ese mismo servicio que ha ofrecido el ICO en España exista también para ellas en Iberoamérica. Eso va por el buen camino. Y luego tenemos África. Debemos contribuir también a impulsar la economía española en África, es un reto pendiente. Porque contribuyendo al progreso y al desarrollo de África afrontaremos la solución uno de los retos más importantes que tenemos en Europa, que es controlar la inmigración.
Desde el lado del pasivo, ICO, como ya he dicho, se financia a través de la emisión de deuda, y tiene, entre otros, un gran reto: China. Emitiendo en el mercado chino, en yuanes, nos convertiríamos en el primer banco internacional en emitir en su moneda, diversificando nuestras fuentes de financiación. Facilitando financiación en moneda local, ayudamos a nuestras empresas allí. Y contribuimos a este gran proyecto que se ha marcado el presidente del Gobierno y que es la nueva Ruta de la Seda. ICO ha sido también pionero en la emisión de bonos sociales, y eso tenemos que potenciarlo. La dimensión social de nuestro sistema financiero y de la política.
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