Las grandes economías de la Unión Europea se han hartado de las prácticas de ingeniería fiscal que utilizan los gigantes del comercio online para pagar menos impuestos. Francia y Alemania han hecho una propuesta conjunta para que la Comisión Europea y los Veintiocho aborden una estrategia conjunta para conseguir que las plataformas online asuman una fiscalidad justa en todos los países en los que operan, y que no centralicen toda su tributación en países que ofrecen ventajas fiscales.
En la picota de la polémica se sitúa Airbnb, el gigante del alquiler de pisos turísticos que ha concentrado su negocio principal –el cobro de comisiones a los dueños de las viviendas y a los turistas que se alojan- en una filial ubicada en Irlanda, donde consigue ventajas fiscales. La plataforma publicita centenares de miles de viviendas por toda Europa, con Francia y España como grandes mercados, pero en ellos no paga impuestos por la actividad que generan el alquiler de miles de viajeros.
Airbnb concentra todo su negocio de alquiler en una filial de Irlanda, donde obtiene ventajas fiscales
Las Comisión Europea ha confirmado este jueves que la iniciativa de París y Berlín se abordará en la reunión del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas que se celebrará los próximos 15 y 16 de septiembre. Bruselas aboga por que todas las empresas asuman en igualdad de condiciones la tributación en los países en que operan y aprovechará estas semanas hasta la celebración del encuentro del Ecofin para preparar una propuesta comunitaria al respecto.
El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, ha cargado con dureza contra la estrategia fiscal de Airbnb. Tras la polémica generada por conocerse que la plataforma online pagó el año pasado al fisco francés menos de 100.000 euros pese a ser su segundo mayor mercado mundial, Le Maire ha considerado “inaceptables” los trucos de la compañía. “Estas plataformas digitales obtienen ingresos de decenas de millones y el fisco francés consigue sólo unas decenas de miles de euros (…) Todos tienen que pagar una contribución justa”.
Sólo 55.000 euros en impuestos en España
Mientras París se queja de que Airbnb sólo pagó el año pasado 100.000 euros en impuestos en Francia, la Hacienda española obtuvo poco más de la mitad de ese montante. El gigante del alquiler vacacional pagó en España en 2015 sólo 55.211 euros en concepto de impuesto de sociedades, como ya adelantó El Independiente.
El negocio de Airbnb no deja de crecer en la España del boom del alquiler de pisos turísticos. La plataforma online pone en contacto a los dueños de los pisos y a los turistas que quieren alojarse en ellos y cobra una comisión por el servicio. La plataforma tenía al cierre de 2016 unas 187.000 viviendas anunciadas en España y hasta 5,4 millones de huéspedes lo utilizaron el año pasado para alquilar viviendas en el país. Unas cifras que se disparan frente a los 120.000 pisos publicitados y los 2,6 millones de inquilinos que se registraron en 2015.
El gigante online sólo declaró en España un beneficio de 136.000 euros en 2016 y pagó 55.200 euros a Hacienda
Pero de ese enorme negocio de la compañía la Hacienda española casi no registra nada. Airbnb solo tiene en España una filial que se encarga de realizar labores de marketing y publicidad para la matriz irlandesa y para la corporación global. Airbnb Marketing Services SL es la única presencia formal del gigante en el mercado español y tiene su sede en Barcelona. A efectos fiscales ni Airbnb ni ninguna otra de sus filiales tienen actividad en España relacionada con el alquiler turístico.
Airbnb Marketing Services, según las cuentas recién depositadas en el Registro Mercantil, obtuvo el año pasado un beneficio de sólo 136.752 euros, casi un 27% más que el resultado alcanzado el año anterior. La compañía declara unos ingresos de 2,92 millones de euros, ligeramente por encima de los 2,62 millones de facturó en 2015. La aportación directa de la filial local de Airbnb a las arcas públicas nacionales se limita, según la cuenta de resultados, al pago de 55.211 euros en concepto de Impuesto de Sociedades en el ejercicio 2016. El año precedente el pago al fisco por Sociedades fue de 81.285 euros.
Una agencia de publicidad en España
Según las cuentas anuales de la compañía española, su objeto social “se limita a prestar servicios de marketing y de objetivos de mercado”. De hecho, para dejar claro que la labor de la filial española es puramente la de ayudar en labores publicitarias, en enero de 2015 el grupo cambió la denominación de la empresa “para evitar generar confusión en el mercado en relación con el objeto social y actividad de la compañía, que no está relacionada con la gestión de plataformas ni con la prestación de servicios online, sino, única y exclusivamente, con la prestación de servicios de marketing y análisis de mercados”.
El gran negocio de Airbnb es el cobro de comisiones por el alquiler de viviendas. La compañía cobra al propietario del piso turístico una comisión del 3% del importe del alquiler y a los inquilinos les aplica otra comisión de entre el 6% y el 12% en función de la duración de la estancia. Esto es, entre un 9% y un 15% de la cantidad abonada por el alquiler queda en manos de Airbnb, pero esos ingresos (y los beneficios obtenidos una vez descontados los gastos) no tributan en el país en que se genera, en este caso España, sino sólo en Irlanda, que es más atractiva desde un punto de vista fiscal.
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