Santander lanzó el 13 de septiembre la campaña del llamado Bono de Fidelización, mediante el cual compensará parcialmente a los accionistas de Popular que perdieron todo su dinero tras la intervención de Europa y compra exprés por un euro por parte del grupo que preside Ana Botín el pasado 7 de junio.
En principio, la acción va dirigida exclusivamente a clientes minoristas fidelizados, que hubieran adquirido acciones en la última ampliación de capital y obligaciones subordinadas de las emisiones de julio de 2011 y octubre de 2011, y las tuviesen depositadas en alguna de las redes de Popular o Santander.
La entidad considera que son clientes fidelizados aquéllos que mantienen, al menos, el 80% del negocio global, computando el importe de sus créditos y sus productos de ahorro e inversión (depósitos, fondos y pensiones).
Santander anunció que quedaban excluidos de esta acción los miembros del consejo de administración de Popular, las personas vinculadas a dichos consejeros y los accionistas que, individual o concertadamente, hubiesen tenido una participación significativa en banco.
Sin embargo, la entidad que preside Ana Botín contempla ahora abrir la mano y recompensar con los llamados bonos de fidelización a estos colectivos. Para ello, ha creado un Comité de Excepciones, que será encargado de estudiar los casos y determinar si autoriza o no que el solicitante pueda recibir los bonos de Popular.
Tal como ha comunicado la dirección del grupo a las oficinas, son motivos de exclusión susceptibles de elevarse al citado comité que los titulares hayan formado parte del consejo de administración, que formen parte de la sindicatura, que no sean minoristas, que no tengan relación con el banco y que sean instituciones religiosas.
Renunciar a acciones legales
Los afectados por la caída de Popular que se acojan a esta iniciativa tendrán que renunciar a acciones legales contra Santander, sus administradores, directivos y empleados, de ahí que el grupo esté impulsando la medida con especial dedicación. Los sindicatos del grupo han advertido sobre presiones a la plantilla para contratar el producto.
Los títulos dan derecho a un cupón efectivo discrecional y no acumulativo a un tipo interés nominal anual del 1% pagadero trimestralmente. Las obligaciones perpetuas, con 100 euros de valor nominal, se podrán amortizar a partir de los siete años a voluntad de Santander, previa autorización del BCE. Si se produce su amortización, el titular recibirá el 100% del valor nominal del bono de fidelización.
El importe nominal máximo a entregar de estos valores negociables será, en el caso de las acciones, el equivalente a la inversión realizada en el citado periodo. En el caso de las obligaciones subordinadas, será la diferencia entre el importe desembolsado y los intereses percibidos.
Los que invirtieron hasta 100.000 euros recibirán toda la inversión; los que destinaron entre 100.000 y 500.000 euros tendrán el 75%; y los que colocaron en estos productos entre 500.000 y un millón recibirán el 50%.
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