Hace dos semanas el sector energético nacional sufría un auténtico batacazo en bolsa. Los grandes grupos se dejaron casi 2.800 millones de su valoración en una jornada negra. La causa era un demoledor informe del banco de inversión Goldman Sachs, en el que advertía a los inversores de que el mercado no estaba teniendo en cuenta lo suficiente el impacto que tendría en las cuentas de las eléctricas españolas los recortes que previsiblemente sufrirán en 2020 y la caída del precio de la electricidad que pueden acabar provocando las nuevas renovables salidas de las últimas subastas públicas.
El Gobierno fijó en 2013 con la reforma energética la rentabilidad de las renovables y de lo que cobran las eléctricas por sus redes de distribución ligándola a los bonos del Estado. En ambos casos la rentabilidad se estableció por seis años, hasta el 31 de diciembre de 2019. En el caso de los proyectos renovables era el rendimiento del bono español a 10 años más un diferencial de 300 puntos básicos y de 200 puntos básicos para las redes eléctricas.
En un par de años la rentabilidad se revisará, y va a ser a la baja. Los planes del Gobierno pasan por no tocar ese diferencial, así que como actualmente el rendimiento del bono es muy inferior al que había en 2013, cuando toque revisar la rentabilidad para otros seis años la retribución que reciben las compañías por sus renovables y por sus redes sufrirá un zarpazo.
Las grandes eléctricas del país están tratando de disipar los miedos del mercado para evitar otra huida de inversores. Las cúpulas directivas de las compañías se reunieron la pasada semana en Madrid con grandes inversores y con analistas para tratar de minimizar el impacto que tendrán los recortes que se avecinan.
Habrá recorte, pero no será dramático
Ejecutivos del más alto nivel –en algunos casos directamente el consejero delegado- de Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, Acciona, Red Eléctrica y Enagás mantuvieron reuniones con inversores, brókeres y bancos de inversión en una suerte de road show al revés. Las compañías dan por hecho que habrá recorte, pero que el impacto será asumible para su cuentas.
Endesa reconoció que “es muy probable que la rentabilidad se vea recortada” tanto en las redes como en las renovables, “pero la rebaja es improbable que sea dramática”, explica un banco de inversión presente en el encuentro. Y es que las compañías confían en que el Gobierno acabe no aplique a rajatabla la legislación tal y como está previsto, y acabe por no atender simplemente la evolución del bono español.
Red Eléctrica transmitió a los inversores que, incluso aplicando la ley tal y como está fijada actualmente, la revisión del rendimiento no implicará necesariamente utilizar sólo el precio del bono, y “confía en que la rentabilidad para el siguiente periodo regulatorio será razonable dado el importe significativo de las inversiones que se han hecho”. REE considera que la caída de la retribución de las redes caerá a partir de 2020 previsiblemente del 6,5% al 5,5% (Goldman Sachs anticipó en su informe que incluso podría descender al 4%).
En paralelo, Acciona ve “poco sentido” que el Ministerio de Energía rebaje la retribución simplemente aplicando el nivel del bono, pero incluso si lo hiciera el impacto en sus resultados sería “limitado”. Y es que las estimaciones que maneja la dirección del grupo contemplan que por cada recorte de la rentabilidad de 100 puntos básicos en renovables sólo recortaría sus ingresos en 20 millones de euros (aproximadamente un 5% del beneficio neto que algunas casas de análisis estiman que el grupo de los Entrecanales obtendrá en 2020).
Nadal no cambiará la ley
En cualquier caso, aún está por ver en qué niveles está el bono español en 2019 cuando se fije la nueva rentabilidad, pero tanto las propias eléctricas como los inversores dan por hecho que la rentabilidad caerá. Con estos mimbres, Goldman Sachs anticipaba una caída del 8% del beneficio por acción de todo el sector energético español entre 2020 y 2025. De ahí el batacazo en bolsa.
“No hay nada nuevo”, dijo el ministro de Energía, Álvaro Nadal. “Ha habido cierto revuelo cuando se ha recordado por un banco de inversión, pero es lo que está en la ley y es lo que se va a aplicar. La reforma es la que se hizo, con una retribución ligada al bono que se revisa cada seis años. Esa reforma se aplicará tal como estaba prevista, sin ningún cambio en sus planteamientos”. El Gobierno no pretende revisar el diferencial, algo para lo que sí le habilita la Ley del Sector Eléctrico.
Las eléctricas, tras su fuerte caída en bolsa del 14 de septiembre, criticaron la torpeza del Ministerio de Energía al anticipar los recortes en una reunión con Goldman Sachs. Las compañías públicamente no se pronunciaron sobre los contactos de la Secretaría de Estado de Energía con los grandes inversores, pero sin micrófonos la acusaban de espantar a los inversores.
En paralelo, Gas Natural Fenosa y Enagás -que se encarga de gestionar la red de gasoductos- son optimistas de cara a una eventual revisión de la retribución regulada del sector del gas en 2021. El sistema gasístico, como antes le sucedía al eléctrico, ha empezado a acumular déficit de tarifa (un desfase porque los ingresos no sirven para cubrir todos los costes regulados), así que el sector y los inversores auguran que el Gobierno podría revisar a la baja algunas retribuciones. El banco de inversión Alantra advierte, en cambio, de que los ingresos de la distribución de gas podrían caer al menos un 15% por los recortes.
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