El fin de semana ha sido especial para las notarías catalanas, en especial las radicadas en Barcelona: la actividad frenética por los cambios de domicilio social fuera de Cataluña de las empresas inquietas con la independencia y, sobre todo, la apertura de sedes, fundamentalmente en Madrid (una medida menos agresiva que el cambio de domiciliación), han creado una situación inédita para estos funcionarios. Muchos notarios, muchos más del número habitual, han estado de guardia para escriturar esos movimientos empresariales, según relatan varias fuentes del sector.

El movimiento más mediático de las empresas catalanas estos días es el que afecta al traslado del domicilio social de las grandes firmas: Banco Sabadell, Gas Natural, Freixenet y Codorníu, Abertis, Aguas de Barcelona (Agbar)... y, planeando sobre todas ellas, Caixabank (antigua La Caixa), hasta ahora el tótem del poder económico de la región. Lo que muchos no saben es que el trajín de cambios empresariales afecta, sobre todo, a las pymes de 250 o menos empleados. Y en silencio una gran parte de estas pequeñas y medianas empresas han optado por abrir una sucursal fuera de Cataluña. El destino más elegido es Madrid por goleada, explican notarios que han tenido que trabajar a destajo los últimos días.

Se habla mucho de cambios de domicilio social pero menos de aperturas de oficinas

"Las economías de Barcelona y Madrid siempre han estado muy interrelacionadas: no nos engañemos", señala otro notario que ejerce en Madrid tras muchos años en Cataluña. "Dar ese paso -apertura de oficinas- no es tan traumático si los propietarios no son marcadamente independentistas", añade. "Y aun así, sé de casos de empresarios que apoyan el procès que, por pragmatismo, han maniobrado para estrenar sede en la capital española". Son las pymes las que mayoritariamente han protagonizado tales movimientos, con un impacto mediático menor que si el movimiento lo hubiese realizado una sociedad cotizada del Ibex.

Gran parte de la actividad notarial tiene que ver con la consultoría de momento antes que con la finalización de trámites: es decir, muchas empresas trasladan a las notarías su temor a la secesión y les están preguntando qué trámites deben seguir, tanto para domiciliar la sede social fuera de la comunidad como para abrir sede. Las guardias notariales han sido ya confirmadas por varias partes. La vía exprés habilitada por el Gobierno de Mariano Rajoy para agilizar el traslado de la sede social también aumentará el ritmo de trabajo de los notarios, y de ahí que muchos hayan continuado operativos el fin de semana.

Cambiar la sede social merma los ingresos fiscales de la Generalitat: abrir sedes fuera no

"El cambio de domicilio social tiene mucha más trascendencia que la apertura de sede", razona un notario desde Barcelona. "Para empezar, porque merma los ingresos tributarios de la Generalitat y eso sí es importante. En el caso de la banca está claro: perder el acceso a las líneas de crédito del BCE, por ejemplo". "Abrir una oficina en Madrid puede ser por postureo, por cautela, por miedo a una crisis impredecible...", baraja otro funcionario, que añade: "El dinero es muy cobarde y las razones son variopintas". Según el economista Gay de Liébana "las notarías están llenas", indicó este experto en Espejo Público el pasado viernes.

También hay pymes -aunque menos- que han cambiado su sede social fuera de Cataluña. Los costes no son especialmente onerosos: 500 euros según expertos legales. Sea como fuere, el independentismo cala mucho más entre los pequeños y medianos empresarios, y existen patronales de pymes catalanas marcadamente secesionistas. Pero juegan un rol muy importante: dos de cada tres pymes que crearon contratos indefinidos en 2016 fueron catalanas. Es decir, la pyme más estable laboralmente está en Cataluña. Por el momento.