Un peso pesado del sector alimentario catalán también abandona la región por la inseguridad jurídica que ha desatado el desafío independentista. El consejo de administración de Unideco, la sociedad holding del grupo Codorníu Raventós, ha aprobado el traslado de su domicilio social de Barcelona a La Rioja.
Una decisión que, como sucede en el caso de las más de 500 empresas que se han sumado ya al éxodo en la región, se adopta "ante la situación de incertidumbre política y jurídica en la que se encuentra sumida Catalunya y con el objetivo de garantizar los intereses de sus trabajadores y clientes".
El grupo, conocido especialmente por sus marcas de cava, cambia el domicilio social de la corporación hasta ahora ubicado en Sant Sandurní d’Anoia, pero subraya que mantiene la estructura operativa de producción de todas sus bodegas en Cataluña, así como el total de sus empleados en sus actuales centros de trabajo.
Codorníu ya había advertido que se planteaba su salida de Cataluña por la situación política. Codorníu, que es la empresa familiar más antigua del país, ya que nació en 1551, se considera una compañía “catalana y también española”, y ha criticado que precisamente empresas que generan riqueza y empleo tengan que sufrir las consecuencias de la incertidumbre política.
La compañía, controlada por la familia Raventós, ha tenido que salir al paso en las últimas semanas a las informaciones que erróneamente la vinculaban con el apoyo a la independencia catalana. Un error provocado por el hecho de que Unipost, la mensajería vinculada a los referendos del 9-N y el 1-O, está participada una rama distinta de la familia Raventós.
Incluso en las redes sociales se empezó a alentar una suerte de boicot contra los productos del grupo productor de cavas y vinos tras conocerse la operación de registro de la Guardia Civil en los locales de Unipost. Fue el propio grupo Codorníu el que con un comunicado se desvinculó del control de la compañía de mensajería y de sus actividades de respaldo al referéndum independentista.
Codorníu subrayó que ninguna de sus filiales participa en la distribución de propaganda soberanista, de notificaciones para mesas electorales ni, en general, en ninguna actividad ligada al proceso secesionista. “Codorníu no participa ni directa ni indirectamente en la toma de decisiones de Unipost”, apuntan fuentes del grupo.
Desde el grupo de cavas se aclaró que la rama de la familia Raventós que es propietaria de Unipost –encabezada por Antón Raventós- tan sólo cuenta con una participación inferior al 1% en Codorníu y que ninguno de sus miembros forma parte del consejo ni de ningún otro órgano directivo de la compañía.
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