La batalla entre el Gobierno y el sector eléctrico por el cierre de las centrales de carbón y de las nucleares sigue enconándose. El Ministerio de Energía ultima la aprobación de un real decreto para vetar la clausura de plantas eléctricas si considera que son necesarias para garantizar el suministro o para evitar subidas de precios.
El Gobierno llevaba meses trabajando en el texto, pero ha acelerado los trámites tras el órdago de Iberdrola al solicitar el cierre de sus dos últimas centrales de carbón. Un desafío que se sumaba a la amenaza de la misma eléctrica de echar el cierre también a sus nucleares porque ya no son rentables. Endesa pretende también clausurar dos de sus centrales de carbón, aunque mantener el resto. Y Gas Natural ha pactado el cierre de una de sus plantas de carbón.
El Ejecutivo reconoce que en el mercado eléctrico español existe sobrecapacidad de producción, y que esta situación se agravará en los próximos años por la implantación de nuevas renovables. Pero insiste en que la planificación y política energéticas es una potestad exclusiva del Gobierno y no de las compañías eléctricas, y que el futuro cierre de centrales “debe ser ordenada”.
El ministro de Energía, Álvaro Nadal, no duda en vincular directamente el plan de las eléctricas (singularmente Iberdrola) de promover un cierre apresurado de las centrales con un intento de hacer subir los precios. “A algunos les interesa una electricidad cara. Al Gobierno, no”, ha sentenciado el ministro en un desayuno informativo organizado por El Economista. Y es que Nadal advierte de que se pretende cerrar las plantas que producen más barato para ganar más con el resto.
El Gobierno se marca como objetivo primordial de su política energética mantener los precios estables y lo más bajos posible, al tiempo que se garantiza el cumplimiento de las exigencias medioambientales y contra el cambio climático que marca la Unión Europea. “Podemos conseguir el mismo objetivo medioambiental con un mix eléctrico caro o con uno barato. Y el Gobierno quiere que sea el barato”, ha dicho.
Según las estimaciones que repite una y otra vez el ministro, cerrar las nucleares haría que el precio de la electricidad subiera un 25% y acabar con todas las plantas de carbón elevaría el precio en momento de picos de demanda otro 15% más. En total, una electricidad un 40% más cara. “Lo mejor es mantener el mix actual”, ha apuntado, en referencia a mantener activos todos los tipos de energía actuales (renovables, nucleares, gas y carbón) para conjugar el doble objetivo de precios contenidos y bajas emisiones de CO2. "Ningún país del mundo cierra a la vez carbón y nuclear".
En el real decreto que prepara, el Ministerio de Energía contempla un sistema de subastas para que otras compañías puedan quedarse con centrales que las eléctricas quieran cerrar pero se consideren necesarias para el sistema eléctrico. El Gobierno entiende que con las pujas el mercado será el que determinará si estas plantas son realmente rentables o no. Y el Ejecutivo no parece dispuesto, de momento, a mejorar las condiciones retributivas de las diferentes energías para hacerlas rentables.
En este sentido, la patronal Foro Nuclear reclama menos impuestos y un nuevo sistema de ayudas para mantener abiertas las centrales nucleares. El ministro Nadal, de momento, dice nones. "Las nucleares dicen 'menos impuestos o cierre', pero quizá alguien con estos impuestos quiere gestionar esas centrales. Vamos a ver si son rentables o no. Si nadie las quiere, veremos si es necesario una retribución adicional. Pero vamos a comprobarlo".
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