Un año después, el balance es positivo. Esa es la lectura que hacen los principales países productores de petróleo del acuerdo firmado hace justo doce meses para restringir la oferta de crudo a nivel mundial. Los números avalan su estrategia: desde el anuncio del acuerdo, el 30 de noviembre de 2016, los precios del barril de Brent se han encarecido más de un 36% y los del petróleo West Texas cerca de un 30%. Ambos cotizan en sus niveles más elevados en año y medio.
"El acuerdo de recorte de la producción entre algunos productores de petróleo de la OPEP y algunos países externos a la OPEP condujo a un recorte de los inventarios y a una recuperación de los precios del petróleo", corrobora Hans Van Cleef, economista senior de ABN Amro.
Es así como se entiende el optimismo que reflejaba este miércoles el ministro de Energía de Arabia Saudí, Khalid Al-Falih, en el marco de la reunión que celebra estos días la OPEP en Viena. "Ha pasado casi un año desde que alcanzamos el acuerdo de producción y los resultados han sido realmente muy gratificantes", señaló.
Y esos mismos resultados explican la disposición que han mostrado los actuales firmantes del acuerdo para extender nueve meses más los recortes de producción, vigentes en principio hasta el 31 de marzo del próximo año, según apuntan Reuters y Bloomberg. Así, el grifo de la oferta de crudo se mantendrá restringido hasta finales de 2018.
Además, en esta ocasión Nigeria y Libia, exentos hasta ahora de las restricciones, por los problemas geopolíticos que habían afectado a su producción, han acordado acometer recortes, situando su tope de barriles diarios en 1,73 millones y 980.000 barriles diarios, respectivamente.
Superadas las diferencias con Rusia, los países productores se muestran dispuestos a extender los recortes nueve meses más
Pese a las diferencias existentes entre los firmantes del acuerdo, y especialmente los recelos de Rusia -que busca un marco claro sobre cómo se ejecutará el fin de los recortes-, los principales países productores de crudo han considerado que la estrategia de limitar la oferta está dando resultados y que mantenerla a lo largo del próximo ejercicio permitirá alcanzar, finalmente, el equilibrio en el mercado en el último tramo de 2018.
Atrás han quedado las dudas surgidas a lo largo del año sobre la eficacia del acuerdo, cuando los precios del petróleo experimentaron un fuerte derrumbe, debido a la competencia de los productores de petróleo no convencional –la industria del shale oil-.
Esta amenaza sigue sobrevolando la estrategia de la OPEP. “El repunte del 20% del precio desde principios de octubre ha llevado a un aumento en el número de plataformas petrolíferas. En las últimas tres semanas, se reactivaron la mitad de las 39 plataformas petroleras paralizadas durante los últimos tres meses. La producción de petróleo de los EEUU ha alcanzado niveles récord”, sugiere Ole Hansen, director de estrategia en materias primas de Saxo Bank.
Pero vistos los resultados registrados a lo largo de esta año, el histórico cártel petrolero se muestra cada vez más confiado de poder seguir influyendo en los precios del crudo.
Sin embargo, son muchos los expertos que apuntan a que la remontada reciente del Brent y el West Texas responde a cuestiones ajenas a las medidas de la OPEP. “Los precios del petróleo se mantienen firmemente en los bajos 60 dólares por barril, pero esto es el resultado de la sólida economía mundial más que de los recortes en la producción de Medio Oriente”, comenta Norbert Rücker, jefe de análisis macroeconómico y de materias primas en Julius Baer.
Del mismo modo, Hans Van Cleef apunta al impacto de las tensiones geopolíticas en los precios. “Aunque el efecto general aún es pequeño, la escalada de las tensiones entre Irán y Arabia Saudí o Irán y los Estados Unidos podría llevar a una producción de petróleo menor. Esto apoyaría los precios del petróleo”.
Sobre los precios del crudo se mantiene la amenaza de un repunte de la producción de shale oil que eleve la oferta
Pero como observa Rücker, “la geopolítica y el acuerdo de suministro no pueden deshacer el orden del mercado petrolero post-superciclo”. Lo cierto es que en el mercado del shale oil parece estar imponiéndose una tendencia que prima la búsqueda de ingresos sostenibles, antes que un crecimiento desaforado, “pero con el petróleo por encima de 55 dólares por barril es probable que los productores de esquisto cumplan con ambos”, indica el experto de Julius Baer.
Con todo, tampoco faltan visiones optimistas como la de ABN Amro, que espera que los precios del Brent se eleven en 2018 hasta los 75 dólares por barril, casi un 20% por encima de sus niveles actuales, confiado en que los productores de shale oil opten por una estrategia de crecimiento moderado, que no arañe cuota de mercado a la OPEP.
Sin embargo, estas visiones siguen siendo excepciones en el mercado, que se muestra muy cauto respecto a las perspectivas del crudo. El consenso de analistas consultados por FocusEconomics espera que el precio del Brent se sitúe en torno a 57,5 dólares, una cifra que no sólo representa un descenso frente a los niveles actuales del crudo, sino que supone un notable recorte frente a los 61,9 dólares que estimaba el pasado junio.
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