Es una de las historias del año en el mundo económico. Del bitcoin se ha dicho de todo: es una burbuja peor que la de los famosos tulipanes holandeses, en cualquier momento atrapará a un montón de incautos y, la última, que en Estados Unidos la gente se hipoteca para poder comprar unas pocas de estas criptomonedas.
Lo cierto es que los números son espectaculares. El bitcoin dejó atrás la barrera psicológica de los 15.000 dólares hace tiempo y los analistas ya apuntan a que los 20.000 no tardarán en caer. ¿Por qué no antes de final de año?
Su aceptación dentro de los mercados financieros institucionales, con el debut en el mercado de futuros de Chicago, puede dar aún más recorrido a una figura que tiene aún réditos que arrojar, así que no es ninguna locura comprar bitcoins pese a su elevado precio.
El problema es que la popularización de la divisa digital ha provocado que muchas de las casas de intercambio de bitcoin estén casi colapsadas, haciendo muy complicada la tarea de sumar algunos unos y ceros a nuestro monedero virtual.
Una de esas grandes webs de cambio es Coin Base, la más importante de Estados Unidos, que está prácticamente desbordada ante la demanda de gente que quiere sumarse a la moda del bitcoin. En pleno repunte de la pasada semana, Coin Base vio como en apenas 72 horas se registraban más de 100.000 nuevas cuentas, y sus usuarios activos mensuales ya están por encima de los cinco millones sólo en Estados Unidos.
¿Alta seguridad?
El primer paso para comprar bitcoins es tener una cuenta en uno de los portales de cambio que los ofrece, que habitualmente sólo hacen de intermediario entre dos usuarios. La nota predominante es la seguridad, ya que el paso para abrir una cuenta de usuario incluye una confirmación vía email y un mensaje al teléfono móvil con un código que va cambiando y que hay que introducir todas las veces que queramos entrar en nuestra cuenta.
Hasta aquí es sencillo, de hecho las exigencias para todos aquellos con una dirección de correo electrónico y un número de teléfono son mínimas. Sí tendremos que volver a confirmar nuestra identidad cada vez que entremos en nuestra cuenta desde un dispositivo diferente.
Toca confirmar que somos nosotros y elegir un método de pago, con el que poder meter dinero en nuestra cuenta. Para hacerlo hay que introducir un DNI, un carnet de conducir o un pasaporte válido, con su foto bien visible. Para ello Coin Base da la opción de responder a un sms con la foto como archivo adjunto o de hacer una captura del documento a través de la webcam del ordenador.
Y aquí es donde vienen los problemas. Primero el sistema nos pedirá una imagen del anverso y del reverso del DNI o del carnet de conducir y luego pondrá en marcha la verificación que, en teoría, es un proceso que dura entre dos y cinco minutos.
Pese a ser la mayor casa de cambio de Estados Unidos, Coin Base vive estos días tal demanda de acceso que su sistema está casi colapsado y el proceso de autentificación se prolonga para desesperación del pobre comprador que quiere tener bitcoins.
Es muy complicado ir más allá de este paso. Tras varios intentos, y muchos minutos de espera, el sistema dice que en estos momentos se encuentra colapsado y pide al usuario que lo intente de nuevo pasados más de 30 minutos.
Los más ansioso, además, se encontrarán con otra barrera. Si Coin Base no es capaz de identificar el documento con el que intentamos abrir la cuenta en hasta tres ocasiones en un periodo de unos minutos, no nos permitirá intentarlo más hasta 24 horas después.
Depositar dinero
Haciendo un poco de ficción, vamos a poner que hemos conseguido realizar con éxito este paso, algo que en la última semana no ha sido posible, y que ya tenemos luz verde para continuar.
Lo siguiente es meter dinero en nuestra cuenta para poder cambiarlo luego por bitcoin. Aquí existen dos opciones, dependiendo de la cantidad que quiera invertir cada uno: registrar una tarjeta de crédito o introducir un número de cuenta bancaria. La tarjeta es para montantes más normales, mientras que el número del banco da la opción de poner más ceros en el proceso.
Lo más habitual es que el usuario se decida por la tarjeta de crédito, ya que es más sencillo y, sobre todo, permite ir tanteando el terreno si es la primera vez que se va a operar con este tipo de monedas digitales.
Una vez el dinero esté cargado en la cuenta habrá que cambiarlo por bitcoins. El usuario tendrá que elegir luego dónde guardarlos: se pueden dejar en la propia web de cambio para seguir operando con ellos -cambiándolos por otras criptomonedas, por ejemplo- o trasladarlos a un monedero virtual propiedad del usuario en el que se queden bien guardaditos esperando al siguiente repunte del precio.
¿Los 20.000 dólares? No es ninguna locura pensar que el bitcoin pueda sobrepasar esa cifra antes de que termine el año. En dos semanas en la vida de una moneda tan volátil pueden pasar muchas, muchas cosas.
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