Si usted es el CEO de una empresa, otrora gloriosa, que atraviesa momentos difíciles, sólo tiene que hacer una cosa: anunciar que se ha sumado a la moda del Blockchain y que va a lanzar una criptomoneda que pueda ser usada en su sector.
Así lo ha hecho Jeff Clarke, mandamás de Kodak, y la jugada le ha salido de perlas. La compañía de Rochester, que lleva mucho tiempo dando tumbos tras ser arrasada por las innovaciones de la fotografía digital, tecnología que infravaloraron, ha dado un golpe maestro anunciando la creación de KodakCoin.
Esta nueva divisa digital está concebida para "darle poder a los fotógrafos y las agencias, que les permita tener un gran control a la hora de gestionar los derechos de su trabajo", ha explicado Kodak en un comunicado.
"Los fotógrafos llevan mucho tiempo teniendo dificultades para controlar su propio trabajo y cómo es usado", ha afirmado Clarke en dicha nota. "El blockchain y las criptomoneda pueden ser las claves para solventar lo que, hasta ahora, parecía un problema insalvable. Estas tecnologías darán a la comunidad posibilidades más sencillas para hacerlo", alega.
La jugada le ha salido perfecta a Clarke. Sin concretar nada, y simplemente utilizando las dos palabras mágicas de los mercados financieros, ha conseguido que las acciones de su compañía se disparen y su capitalización se haya multiplicado por 3,6 en menos de 48 horas.
Al cierre de la sesión del 8 de enero los títulos de la firma estadounidense valían 3,1 dólares, pero durante la jornada de este martes, tras el anuncio, las acciones subían un 119,3% hasta los 6,8 dólares.
La locura no se paró ahí y en el periodo de negociación previo a la apertura del mercado en Wall Street, en la mañana de este miércoles en España, Kodak se anotaba otro avance cercano al 61% para alcanzar los 11 dólares por título.
La fotográfica comenzó la sesión del lunes con una capitalización cercana a los 132 millones de dólares, 110 millones de euros, el martes ya estaba en los 289 millones de dólares, poco más de 240 millones de euros, y antes de que sonara la campana este miércoles en Nueva York ya superaba los 475 millones de dólares, casi 400 millones de euros.
Fuerte crisis
Esta locura bursátil ha sido un soplo de aire para Kodak, que lleva tiempo penando en los mercados por su incapacidad para adoptar a tiempo las nuevas tecnologías. La que otrora fuera líder en su industria, que ahora atraviesa un camino desde el hardware hasta el software, formaba parte del Dow Jones, el más selecto de los índices de Wall Street, hasta que en abril de 2004 fuera expulsada.
Desde entonces su valor se había hundido un 90%, condenando a la compañía a tener que afrontar la bancarrota en 2013, de la que lleva recuperándose desde entonces. Jeff Clarke, el actual CEO, lleva en su puesto desde marzo de 2014.
Kodak no ha sido la única que ha vivido una euforia desatada de los inversores una vez que alguno de sus responsables mencionaba las palabras blockchain o criptomoneda. Los títulos de Riot Blockchain triplicaron su valor después de que la empresa, hasta entonces enfocada en la biotecnología, cambiara su nombre, algo similar a lo que le pasó al fabricante de bebidas gaseosas Long Island Iced Tea, que duplicó el precio de sus acciones tras renombrarse como Long Blockchain Corp.
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