A los consumidores eléctricos les ha tocado en 2017 rascarse más el bolsillo para pagar la factura. El recibo de la luz acumuló el año pasado una subida media de entre el 9 y el 10% -en función de la potencia contratada y del propio consumo- para los once millones de clientes acogidos a la tarifa regulada, conocida como Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), según los datos del simulador de factura de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC).
Un consumidor eléctrico tipo según las características que comúnmente se usan por el sector y por el Gobierno (con un consumo de 3.900 kilovatios hora y una potencia contratada de 4,4 kilovatios) pagó en todo el año pasado 830 euros con sus facturas, un 10,25% más que los 753 euros que abonó en 2016. Sin embargo, el recibo del año pasado estuvo por debajo de los niveles alcanzados en 2015, cuando un cliente tipo tuvo que pagar 843 euros.
La CNMC, por su parte, suele utilizar para sus cálculos un perfil de cliente medio con otras características, con un consumo de 2.500 kWh y una potencia contratada de 3,98 kilovatios. Así que ese cliente pagaría menos por la menor energía consumida y también por el menor término fijo por la potencia contratada. Si los cálculos se hacen con estas características que tradicionalmente usa el supervisor, la factura anual ascendió el año pasado a 596 euros, un 9% más que los 547 euros de 2016, pero un 1,6% más baratoa que en el fatídico 2015 (con 606 euros).
Recibo vs. electricidad
El recibo de la luz –lo que pagan los consumidores- se encareció como reflejo de la fortísima subida del precio de la electricidad. El mercado mayorista eléctrico, en el que traders y compañías eléctricas compran y venden la electricidad, registró un incremento de su precio medio del 31,6% el año pasado, hasta los 52,24 euros por megavatio hora (MWh), su nivel más alto desde 2008.
La evolución del precio de la energía representa en torno a un 35% del importe del recibo de la luz que pagan los consumidores con tarifa regulada (el resto de la factura la componen los peajes de acceso con un peso del 45% y los impuestos con el 20% restante).
2017 fue un mal año para el precio de la electricidad, y con ello para el recibo de la luz que pagan los ciudadanos, por las negativas condiciones meteorológicas en el país. La sequía ha provocado un desplome de la producción hidroeléctrica del 48,4% y una menor intensidad de viento ha reducido la generación eólica en un 1,6% en el conjunto del ejercicio, según Red Eléctrica de España (REE).
La menor aportación de estas dos energías, que sirven para contener los precios de la electricidad, ha obligado a sustituirlas con un fuerte incremento de la producción del carbón y del gas natural, que son más caras (sobre todo el gas). La quema de carbón se ha disparado un 22,6% en el año y la de gas, un 32,9%, con el consiguiente impacto en el precio en relación al de 2016, que fue un año excepcionalmente bueno en cuanto a condiciones meteorológicas.
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