El tiempo de deshojar la margarita llega a su fin. Este lunes, el Eurogrupo ha abierto el plazo para la presentación de candidaturas para optar a la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE), con vistas a designar al sustituto de Vitor Constancio en su reunión del próximo 19 de febrero.
España figura a la cabeza de todas las quinielas. Y el ministro de Economía, Luis de Guindos, parece el elegido para asumir esta responsabilidad.
Para ello, Guindos cuenta ya con el visto bueno del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En el Ejecutivo saben que la coyuntura no es la idónea para asumir la salida de una figura del peso político de Guindos, en un momento en que la economía española se enfrenta a una serie de obstáculos -entre ellos los derivados de la incertidumbre política en Cataluña, para prolongar el brío de los últimos años. Y esta baza, la fortaleza económica, es la principal con la que cuenta Rajoy a la hora de optar a la reelección en unos próximos comicios.
En esta tesitura, Rajoy, poco amigo de los cambios en su equipo, como ha demostrado en sus más de seis años al frente del Gobierno, se enfrenta al reto de encontrar a un sustituto de garantías para dar continuidad a las políticas económicas que ha dirigido Guindos hasta la fecha.
En el Gobierno valoran que Guindos es el candidato de más prestigio para recuperar un puesto en el BCE
Sin embargo, en el Gobierno también son conscientes de la importancia de que la vicepresidencia del BCE recaiga en un candidato español, ya que el país no cuenta con ningún cargo de máximo nivel en los organismos europeos desde que José Manuel González-Páramo abandonó el Comité Ejecutivo del BCE en 2012.
Entonces, una de las causas principales por las que España perdió el asiento fue la ausencia de un candidato de suficiente relevancia para suplir a González-Páramo. Ahora, el Ejecutivo de Rajoy no puede permitirse un resbalón semejante y sabe que actualmente no cuenta con un candidato con el prestigio internacional que atesora Guindos, al que se reconoce en Europa por su labor para sacar la economía española de la crisis.
Fuentes gubernamentales se muestran convencidas de que los Gobiernos de Ángela Merkel en Alemania y de Emmanuel Macron en Francia respaldarían la candidatura de Guindos, a pesar de que desde el seno del BCE se ha dejado entrever su rechazo a que el puesto que Constancio dejará libre a finales del próximo mes de mayo recaiga en una persona de claro perfil político, sin experiencia en la formulación de políticas monetarias, como el ministro español de Economía.
Las aspiraciones europeas de Guindos son conocidas desde que en 2014 el Gobierno promovió al portador de la cartera de Economía para presidir el Eurogrupo. Aunque aquel movimiento resultó fallido, su nombre volvió a sonar con fuerza en los últimos meses del año pasado para ocupar este mismo cargo. La renuncia de Guindos, que respaldó la candidatura del ministro portugués Mario Centeno -finalmente elegido-, fue interpretada como la muestra de su preferencia por marchar al BCE.
Con todo, fuentes cercanas aseguran que Guindos aún no ha tomado la decisión definitiva. El ministro sopesa estos días los pros y los contras de postularse a un cargo que le requeriría mantenerse, de forma casi constante, fuera de España durante los próximos ocho años. Él mismo ha confirmado este lunes en Bruselas que el plazo para presentar candidaturas finaliza el próximo 7 de febrero.
"Tengo enorme confianza en que la candidatura española será la que en ultima instancia obtenga la posición", ha señalado el ministro.
Se espera que otros países, como Irlanda, muevan ficha para optar al puesto
Mientras tanto, se espera que otros países muevan fichas para optar también al puesto. Uno de los que más dispuesto parece a pujar por el puesto es Irlanda, el único país miembro fundador de la eurozona que aún no ha contado con un asiento en el máximo órgano ejecutivo del BCE.
El gobernador del banco central irlandés, Philip Lane, cuenta con suficiente prestigio en Fráncfort -y el visto bueno del presidente del BCE, Mario Draghi- como para optar al puesto, aunque, algunas fuentes lo consideran un candidato idóneo para sustituir a Peter Praet como economista jefe del BCE cuando expire el mandato de éste, en mayo de 2019, según observa el Financial Times.
Precisamente, es previsible que otros países también presenten sus credenciales para ocupar un puesto en el BCE, tanto para suplir a Constancio en la vicepresidencia como para ir tomando posiciones de cara a 2019, cuando llegan a su fin otros tres cargos en el Comité Ejecutivo del BCE: el del citado Praet, en mayo; el de Draghi, en octubre; y el de Benoit Coeuré, en diciembre.
De hacerse con el puesto, Guindos tendría un papel muy reseñable en las decisiones que adopte el BCE en los próximos trimestres para pilotar la vuelta a la normalidad en las políticas monetarias, tras años de estímulos extraordinarios.
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