El Círculo de Empresarios apuesta por alargar la vida laboral más allá de los 67 años, a medida que lo permita el aumento de la esperanza de vida. Así lo ha manifestado en más de una ocasión su presidente, Javier Vega de Seoane. Sin embargo, esta apuesta no es solo una forma de cuadrar las cuentas de la Seguridad Social, reduciendo el número de pensionistas (o postergando su incremento) y aumentando (o manteniendo) el de cotizantes.
La organización trata de introducir con fuerza en el debate de las pensiones la idea de que, a medida que la esperanza de vida se amplía, las jubilaciones anticipadas y la prejubilaciones son contraproducentes porque apartan de las empresas y las administraciones el talento y la experiencia de los empleados senior. Es por eso que la organización considera necesario mantener en sus puestos a los trabajadores que están en plena forma a sus 65 años o más.
El Círculo de Empresarios apuesta por retener el talento senior en las empresas
Con todo, el Círculo de Empresarios también entiende que alargar las vidas laborales restará capacidad de innovación al país, por lo que, en paralelo, ha recomendado desarrollar "políticas inteligentes de inmigración" para, mientras se preserva el talento patrio, también se atrae al extranjero.
Con estas palabras se ha expresado durante la jornada ‘Demografía y longevidad en España 2030’, celebrada por la organización empresarial y por la Fundación Transforma, que preside el ex ministro de Defensa Eduardo Serra. Una jornada inusual, puesto que la han nutrido ponentes procedentes del mundo de la ciencia y la medicina, un enfoque que no suele producirse en pleno debate sobre la suficiencia del sistema de pensiones.
Y todos ellos han ahondado en la idea de que cada vez cumpliremos más años y en más condiciones, con lo que trabajar durante más años no solo será una obligación, sino una necesidad para muchos.
Los centenarios se triplicarán hasta 2030
Las cifras las ha aportado el catedrático de Geografía Humana Rafael Puyol. En su opinión, es hora de dejar de pensar en edades de jubilación estáticas (como la edad legal de 65 años que ha imperado durante tantos años), y de empezar a pensar en términos "móviles". Una opción sería considerar que la edad de retiro debería ser los 15 años antes de la que marque la esperanza de vida en cada momento.
El primer concepto llama a pensar que cada vez somos viejos durante más tiempo, y el segundo que cada vez somos jóvenes durante más años. "Hay que situar el umbral del envejecimiento más arriba", ha resumido. Y este cambio se traduce claramente en las cifras.
En el momento actual hay 8,7 millones de personas con 65 años o más, el 18,8 de la población. Hasta tres millones son octogenarios y 15.500 tienen 100 años o más. Sin embargo, si se hiciera una medición tomando como límite los 15 años previos a la edad estimada de fallecimiento, el número mayores se reduciría a los 7,2 millones de personas, el 16%.
Ya ha nacido una generación que vivirá más de 95 años
¿Qué pasará en unos 12 años? Puyol ha afirmado que ya ha nacido una generación que en un 50% llegará a los 95 o los 100 años. Así, realizando el mismo ejercicio numérico en una supuesta España de 2030 las cifras llaman la atención. Tomando los 65 años como límite de la jubilación, el país contará con 11,7 millones de mayores, un 25% del total --3,6 millones de octogenarios y 41.000 centenarios--, pero tomando la medida móvil, los potenciales pensionistas solo alcanzarán el 18%, con un total de 8,2 millones de personas.
Inmigración para compensar el envejecimiento
Puyol ha llamado la atención también sobre el riesgo de no cambiar los esquemas sobre lo que es un trabajador viejo y lo que no. A su entender, de no dar este paso se irá reduciendo paulatinamente la población activa, por el efecto combinado con una caída de la natalidad, lo que supondría un alto riesgo de cara a la suficiencia del sistema público de pensiones, cuyo equilibrio financiero, ha dicho, radica en una relación de 2,5 cotizantes por cada pensionista. Pues bien, de no hacer nada, ha vaticinado que esta ratio puede caer hasta el 1,3.
Es por ello que también ha considerado necesario un incremento de la inmigración, una ampliación de la edad de jubilación más allá de los 67 años y la introducción de un sistema de cuentas nacionales, que cada vez tiene más adeptos.
Tantos pensionistas como cuidadores
También ha advertido de este riesgo el catedrático de Fisiología de la Universidad de Valencia José Viña, quien en 2020 un tercio de los mayores de 65 años será dependiente y que en 2050 esta relación será de paridad entre cuidadores y necesitados de cuidados. Desde su punto de vista médico, Viña también ha abogado por incorporar una cultura de hábitos saludables entre la población que permita a cada vez más personas llegar más lejos en su vida y en cada vez mejores condiciones, lo que también permitirá trabajar durante más tiempo.
Finalmente, el jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Gregorio Marañón, José Antonio Serra, ha matizado que, no es que ahora se viva más tiempo, sino que cada vez más personas alcanzan los límites de la esperanza de vida. Dicho de otro modo, aumenta la proporción de personas que cuando llegan a los 65 años aún tienen por delante tanto tiempo como el empleado hasta entonces por trabajar.
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