El grupo Isolux presenta un agujero patrimonial de 3.830 millones de euros, según consta en el informe de la compañía, en concurso de acreedores desde julio de 2017, realizado por sus administradores concursales.
En concreto, la compañía de construcción e ingeniería y las filiales que están en concurso suman una deuda total de 5.695,3 millones de euros, mientras que los activos con que cuentan para afrontar este pasivo presentan un valor de 1.865 millones de euros. Se trata de cifras que multiplican las facilitadas por la propia empresa cuando se vio abocada al concurso, de forma que el agujero es casi cinco veces superior al de 801 millones estimado por la compañía, señala Europa Press.
Asimismo, el análisis realizado en la empresa por sus administradores concursales en estos últimos siete meses confirma al concurso de Isolux Corsán como uno de los mayores de la historia empresarial española, junto a los de la inmobiliaria Martinsa Fadesa, la ingeniería Abengoa, la corporación Nueva Rumasa y la firma de alimentación Pescanova.
En cuanto a las causas de la quiebra de Isolux, el informe de la administración concursal la atribuye al "elevado endeudamiento" en que incurrió la empresa para buscar negocio internacional y sortear la caída de la obra pública en España.
Es uno de los mayores concursos de la historia de España junto a Martinsa, Abengoa, Nueva Rumasa y Pescanova
"El grupo trató de reducir estos niveles de endeudamiento alcanzando acuerdos con fondos de inversión y con dos intentos de salir a Bolsa, pero los primeros no se lograron mantener en el tiempo y los intentos de cotizar resultaron finalmente fallidos", indican los administradores concursales de Isolux.
Estos gestores consideran además que "se ha demostrado insuficiente" el rescate de la empresa que su veintena de bancos acreedores, liderados por CaixaBank y Bankia, realizaron un año antes de su quiebra, en julio de 2016, cuando entraron en el capital del grupo.
"No fue suficiente para estabilizar la situación y ayudar a recuperar un nivel de actividad que permitiera asegurar la viabilidad económica y evitar la insolvencia", argumentan.
No obstante, los administradores sitúan el origen último de la quiebra de Isolux en la crisis económica y la consecuente "crisis financiera" y el recorte de la inversión en obra pública, factores que llevaron a la compañía a salir al exterior.
"Pero los proyectos internacionales conseguidos no alcanzaron los márgenes necesarios lo que, unido a las necesidades de financiación que requerían las concesiones, llevó al grupo a los referidos elevados niveles de endeudamiento", explican.
Venta del negocio de construcción
Los administradores de Isolux detallan asimismo la situación que presentaba la empresa cuando asumieron su gestión, con el fin de sustentar la decisión tomada hace unos meses. Se trata de la venta del negocio de construcción con que contaba en España a un grupo de directivos de la compañía y el ERE planteado para toda la plantilla que quedaba en la empresa, unos 575 trabajadores, salvo el centenar vinculado a la actividad vendida.
Así indican que, tras entrar en concurso, Isolux apenas tenía dinero disponible "para cubrir los gastos operativos de uno mes" y "las previsiones de flujo de caja avanzaban más tensiones de liquidez".
Asimismo, la compañía contaba con una cartera de 119 obras pendientes de ejecutar, de las que la mayor parte, 890 proyectos (el 67% del total), estaban paralizadas.
Ello planteaba además el riesgo de que las administraciones promotoras de los proyectos ejecutaran los avales vinculados a esas obras que en total, sumando los de proyectos terminados, ascendías a un importe de 1.613 millones de euros.
Tras la venta del negocio nacional, que se estimó "prioritaria", y estabilizar la situación de caja, los administradores están procediendo a vender actividades y activos que consideran viables, y a "reestructurar o vender los no vendibles".
Una vez que el juez ratifique el informe que los administradores han realizado sobre la situación de Isolux, concluirá la fase común del concurso y se abrirá la correspondiente al convenio de acreedores. En esta segunda fase la empresa puede realizar una propuesta de pago de deuda que, en caso de lograr respaldo mayoritario de los acreedores, le permitiría superar el concurso.
No obstante, en el caso de Isolux, y dado el proceso de liquidación ordenada que abordan sus gestores, previsiblemente no se acometa una propuesta de acreedores.
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