Banco Popular perdió 12.218 millones de euros -7.200 millones correspondientes a dotaciones para activos inmobiliarios- en el primer semestre del año y ha ampliado los números rojos hasta 13.560 millones al cierre del año. Es decir, desde que Santander tomó el control del grupo tras la resolución exprés de Europa el pasado 7 de junio, Popular ha generado minusvalías adicionales por importe de 1.342 millones de euros, sobre todo por el deterioro de valoraciones de negocios conjuntos o empresas asociadas, que tuvieron un impacto negativo de 5.186 millones, según consta en el informe financiero anual del grupo, remitido a la CNMV.
Estas cifras suponen cuadruplicar el resultado negativo de 2016, que ascendió a 3.326 millones, a pesar de que como han señalado los directivos recientemente, la actividad de Popular volvió a la normalidad tras su compra. José Antonio Álvarez, consejero delegado de Santander, destaca en la memoria de actividad del ejercicio "una recuperación del pulso comercial, reflejada en el crecimiento de los depósitos y una ralentización de la caída en los créditos de clientes, que ya se han mantenido estables en el cuarto trimestre".
El banco contaba con un patrimonio neto de 5.789 millones y un ratio de capital que cumplía el nivel regulatorio al cierre de 2017
Las cuentas también reflejan que el banco contaba al cierre de 2017 un patrimonio neto de 5.789 millones de euros, un 42,8% menos que el año anterior, y sus fondos propios también habían caído un 44% hasta 5.835 millones. En cuanto a la calidad del capital, Popular disponía de un coeficiente del 12,24% en la denominación TIER 1 y del 13,92% en TIER 2, con lo que cumplía con los niveles regulatorios.
El impacto de 12.218 millones, registrado durante el primer semestre, se desglosa en 4.300 millones de fondo de comercio, créditos fiscales y otros intangibles; 7.200 millones de dotaciones para activos inmobiliarios; 700 millones para acciones comerciales y 200 millones para otros conceptos que no detalla, tal como detalló Santander.
Según consta en la memoria anual, Popular se anotó pérdidas de 37 millones de euros después de ser adquirido como consecuencia de un cargo de 300 millones de euros por la integración de ambas entidades. Sin este cargo, Popular ganó 263 millones de euros entre el 7 de junio y el 31 de diciembre de 2017.
La entidad explica que la compra de Popular por un euro "permitió la estabilización financiera de Banco Popular y su vuelta a la normalidad operativa tras la fuerte salida de depósitos, sin afectar a la estabilidad del sistema financiero y sin ayudas públicas". Subraya que el equipo "hizo un gran esfuerzo para lograr con éxito en muy pocas semanas la ampliación de capital de 7.000 millones de euros necesaria para respaldar la operación".
En el informe anual detalla que el proceso de integración finalizará en los próximos dos años. "Hemos cuidado muy especialmente que este proceso se haga de la manera más razonable para conseguir los niveles de eficiencia comprometidos con el mercado,pero cuidando que las personas afectadas tengan un tratamiento adecuado", ha señalado en relación al ERE que acaba de cerrar y que supone la salida de 1.100 empleados.
Sobre la acción comercial lanzada para clientes de Santander y Popular que fueran accionistas de Banco Popular, subraya el "éxito" con "un 78% de aceptación en la oferta de suscripción de los bonos de fidelización".
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