El ministro de Economía, Luis de Guindos, será el nuevo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). El candidato español se ha quedado solo en la carrera por el cargo después de que el gobernador del Banco de Irlanda, Philip Lane, retirara su candidatura justo antes de que diera comienzo la reunión del Eurogrupo.
El Eurogrupo tenía que decantarse por Guindos o por el gobernador del Banco de Irlanda para proponer un candidato de consenso destinado a sustituir al actual número dos del BCE, el portugués Vítor Constancio, cuyo mandato expira el próximo 1 de junio. No ha hecho falta deliberación, Irlanda se ha retirado de la carrera.
"Hace unas semanas nominé a Philip Lane para el puesto de vicepresidente del BCE. Hoy confirmo que no presentaremos su candidatura para un voto esta tarde", ha afirmado el ministro de Finanzas de Irlanda, Paschal Donohoe, antes de la reunión. "Creemos que es muy importante, dado lo importante que es el papel de vicepresidente del BCE, que la decisión se tome sobre la base de un consenso", ha añadido.
En los pasillos de Bruselas se consideraba a Guindos como el principal favorito para el puesto, al darse por descontado que contaría con el respaldo de países clave como Francia y, sobre todo, Alemania. Ante esto, algunas voces alentaban la posibilidad de que el candidato irlandés se retirara de la carrera, para que el nombramiento se produjera por consenso, como finalmente ha ocurrido.
De Guindos y Lane ya tuvieron que enfrentarse el pasado miércoles al examen de la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo. Tras el encuentro, una mayoría de los grupos de la Eurocámara se mostró partidaria de la nominación del candidato irlandés, al que consideraron “más convincente” que De Guindos, pero la opinión de los europarlamentarios no es vinculante.
El largo camino hacia Frankfurt
La nominación por parte del Eurogrupo, que en principio no está previsto que sea oficial hasta este martes, cuando se celebrará la reunión de los ministros de la Unión Europea (Ecofin), no supone la elección definitiva como vicepresidente, una vez obtenido ese avala se antoja muy complicado que el candidato propuesto no acabe sentándose en el seno del Comité Ejecutivo del BCE.
Tras esta cita clave, Guindos tendrá aún que comparecer, el próximo 26 de febrero, ante el pleno del Parlamento Europeo, que emitirá una valoración sobre su candidatura, que, en todo caso, será no vinculante, al igual que la opinión que está previsto que también exprese el BCE.
Finalmente, será el Consejo Europeo, en reunión a celebrar el 22 o 23 de marzo, el que confirme definitivamente el nombramiento del nuevo vicepresidente del BCE por los próximos ocho años. Es entonces cuando se supone que, en caso de ser elegido, Guindos renunciará a sus responsabilidades como ministro.
La candidatura de Guindos al BCE ha resultado controvertida por diversas cuestiones. Desde el Gobierno se ha venido insistiendo en la importancia de recuperar un sillón en el máximo órgano de gobierno del banco central, en el que el país no cuenta con representación desde 2012, cuando se produjo la salida de José Manuel González-Páramo.
El nombramiento de Guindos como vicepresidente del BCE se producirá por un periodo no prorrogable de ocho años. Este puesto cuenta actualmente con una remuneración bruta anual de 334.080 euros, a la que se suman complementos por representación, residencia, educación o hijos, en función de las circunstancias personales de quien ocupe el cargo.
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