La economía española vende, y mucho, en los mercados internacionales. Hace tiempo que los avatares de la crisis catalana han perdido su lugar en la primera plana informativa y lo que vuelve a relucir en torno a España son las buenas cifras de su economía y las positivas previsiones, que apuntan a que el país seguirá liderando el crecimiento en la eurozona durante, al menos, los próximos tres años.
En este escenario, los inversores extranjeros no dudan en lanzarse a por los bonos españoles de más largo plazo. Ni siquiera las dudas existentes en el mercado de deuda, ante la expectativa de una próxima subida de los tipos de interés, parece arredrar el apetito por estos títulos. Tampoco el inminente cambio que se avecina en el ministerio de Economía, ante la próxima marcha del ministro Luis de Guindos a Fráncfort, para asumir la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE).
La demanda ha sido la segunda mayor en la historia por un bono soberano europeo a 30 años
El Tesoro ha logrado este martes colocar en el mercado un nuevo bono a un plazo de 30 años, a través del procedimiento de sindicación (en el que los bancos colocadores ofrecen directamente los títulos a los inversores, sin mediar subasta) con unas cifras de récord. La institución ha vendido 6.000 millones de euros, tras registrar una demanda de 26.221 millones de euros. Nunca antes se habían solicitado tantos títulos por un bono español a este plazo. De hecho, según indica el Tesoro, es la segunda mayor demanda por un bono soberano europeo a 30 años.
La fuerte demanda ha permitido, además, rebajar la rentabilidad de los bonos hasta el 2,726%, la más reducida a ese plazo.
Estos títulos han sido adquiridos, fundamentalmente, por inversores extranjeros, que concentran el 84,8% de las compras, unas cifras sin parangón en las últimas emisiones sindicadas registradas por el organismo que dirige Emma Navarro. Reino Unido e Irlanda, con un 30,3% de las compras; Francia e Italia, con el 19,2%; y Alemania, Austria y Suiza, con el 19,1%, son las zonas geográficas en las que se ha registrado una mayor participación.
Títulos atractivos
España sigue valiéndose de una ventaja frente a la mayor parte de sus pares y es que sus títulos ofrecen una rentabilidad más atractiva. Son pocos los países de la eurozona -entre ellos Italia, Portugal y Grecia- que ofrecen a día de hoy rentabilidades superiores a las del Reino de España.
Pero también es cierto que las distancias se han ido estrechando significativamente en los últimos tiempos. Los diferenciales con Francia y Alemania se sitúan hoy en 54 y 81 puntos básicos, respectivamente, frente a los 79 y 115 puntos en que se encontraban a inicios de año.
Estos títulos a largo plazo resultan especialmente interesantes para fondos y aseguradoras que ofrecen productos centrados en deuda, pues son los únicos que permiten obtener unas rentabilidades inimaginables en los bonos de duraciones más reducidas. La reciente subida del rating de España por parte de Fitch hace su deuda elegible por algunos de los fondos con unos criterios de inversión más reestrictivos.
Las gestoras de fondos, aseguradoras y fondos de pensiones ha comprado el 60% de los títulos
En este caso concreto, el Ministerio de Economía ha explicado que la mayor participación ha correspondido a las gestoras de fondos, con un 40,9%; seguidas de entidades bancarias, con un 27,2%; y compañías aseguradoras y fondos de pensiones, con un 20,0%.
De este modo, el Tesoro completa otro paso importante en su objetivo de seguir estirando los plazos de la deuda, para lograr un mayor margen de maniobra en la gestión de sus vencimientos y aprovechar el buen momento actual de la deuda para garantizarse financiación por muchos años a cotas históricamente bajas. La vida media de la deuda española se sitúa ahora en 7,49 años, máximos históricos.
Eso sí, los intereses que el Estado tendrá que abonar por estos títulos no contribuyen a reducir los costes medios de la deuda española, que a cierre de enero se situaban en mínimos históricos, en el 2,5%. El año 2017 fue el primero, desde 2011 en el que el coste de la deuda emitida durante el ejercicio se encareció respecto al anterior y los expertos ven ya poco margen para seguir abaratando los costes, sobre todo, teniendo en cuenta el previsible viraje de la política de estímulos del BCE en los próximos trimestres.
Con la venta de este bono, el Tesoro ha completado ya un 28,4% de sus objetivos de emisión de deuda a medio y largo plazo para todo el año (126.310 millones de euros).
La emisión ha estado liderada por BBVA, Banco Santander, Barclays, Citigroup, HSBC, y Société Générale.
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