La Administración central, que promueve la igualdad en las empresas y que pretende liderar la cruzada contra la brecha salarial por sexo, deja mucho que desear en términos de paridad. Más allá de las estéticas fotografías de cuota femenina, como la de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, cuadrando a las tropas, en el anonimato de los organigramas del Estado solo uno de cada cuatro altos cargos del Ejecutivo está ocupado por mujeres.
Entre los 329 puestos de gran responsabilidad en la Administración que recoge el Portal de la Transparencia del Gobierno, 254 son hombres y 75 mujeres: solo el 23% de los puestos de responsabilidad en el Estado están ocupados por mujeres.
Se trata de cifras aproximadas, no solo porque no todos los datos disponibles han sido actualizados en 2018 --tampoco están disponibles los datos correspondientes al Ministerio de Sanidad--, sino también porque en un mismo año se recogen cambios en algunos cargos, supresiones de puestos o fusiones entre ellos. Sea como fuere, los datos disponibles muestran con bastante aproximación una foto fija del desequilibrio de género existente entre las altas esferas del poder político.
Con este punto de partida, la proporción de mujeres en la cúpula del sector público es solo ligeramente superior al 20% de los consejos de administración de las empresas del Ibex, según los datos que maneja el sindicato de funcionarios CSI-F. Más aún, las mujeres se diluyen prácticamente por completo en áreas como precisamente la de Defensa.
Solo cuatro mujeres encabezan un ministerio en estos momentos, además del Presidencia y Administraciones Territoriales, que lidera Soraya Sáenz de Santamaría. De un vistazo es evidente que su presencia en el Consejo de Ministros se ha reducido prácticamente a la mitad, frente al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que introdujo una paridad casi aritmética en su Ejecutivo.
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Sin embargo, es preciso mirar aguas abajo para observar que la realidad es muy variopinta detrás de la foto de familia del Gobierno y que la Administración General del Estado alberga situaciones muy dispares. Por ejemplo, la presencia de mujeres es superior en el caso de Presidencia del Gobierno y en el Ministerio de Justicia.
En el entorno directo de Rajoy trabajan ocho hombres frente a siete mujeres y en Justicia hay siete altos cargos hombres y cinco mujeres, mientras que en el lado opuesto, en el Ministerio de Defensa, la presencia de la mujer es prácticamente inexistente. Solo tres mujeres en un organigrama que abarca unos 40 cargos.
La mujer y su histórica infrarrepresentación
El hecho de que la presencia de las mujeres en la cúpula de la Administración sea inferior tiene mucho que ver con que para llegar a cargos de poder hay que habitualmente llevar mucho tiempo en el sector público y con que, a su vez, la presencia de la mujer en este ámbito era mucho menor hace años.
En consecuencia, como señala el presidente de la Federación de los Cuerpos Superiores de la Administración General del Estado (Fedeca), Jordi Solé, hay menos mujeres que mandan porque se arrastra un "saldo histórico" desde hace décadas en el que la mujer está infrarrepresentada en el Estado.
Tampoco hay que perder de vista que en muchos casos, el acceso a un puesto de responsabilidad de la administración pasa por acceder a un cuerpo superior de funcionarios a través de unas oposiciones o a partir de cierta formación, como las ingenierías. En este punto, Mur vuelve a recordar que tradicionalmente las mujeres han desistido de opositar para poder dedicar más tiempo al cuidado de la familia, algo que también corrobora Solé, quien directamente indica que habitualmente la mujer no ha tendido a ocupar en masa puestos que consumen muchas horas de trabajo y dedicación.
Actualmente, los funcionarios de carrera si dividen en categorías A1 y A2, que deben tener un título universitario y otros títulos, a los que se accede a menudo por oposición; las categorías del Grupo B, que deben estar en posesión del título de Técnico Superior; y, por último, los subgrupos C1 y C2, que requieren títulos de bachiller o técnico y graduado en educación secundaria obligatoria, respectivamente. Pues bien, alrededor del 75% de las mujeres en la administración se concentra en los cuerpos C1 y C2.
Las mujeres, en "las marías"
Sin embargo, este hecho no debería impedir a priori que más mujeres estuvieran al frente de cargos en Hacienda o Economía. Según explica la secretaria nacional de Igualdad del sindicato de funcionarios CSI-F, Marian Mur, hay un mal endémico en el Estado por el que las mujeres ocupan cargos de responsabilidad en lo que denomina “las marías”, esto es, los puestos relacionados con recursos humanos, personal, responsabilidad social, prevención o igualdad. Por el contrario, “donde está el dinero, siempre están mandando hombres”, añade.
Y, sin poder generalizar, así es en muchos casos. Para empezar, de las cuatro ministras del Gobierno, salvo Cospedal, las otras tres llevan las carteras de Agricultura, Sanidad y Empleo. Mur también pone como ejemplo que en el Ministerio de Hacienda hay tres secretarías de Estado, la de Presupuestos, la de Hacienda y la de Función Pública. Entre ellos solo hay una mujer, Elena Collado, que ocupa esta última, “que no deja de ser el área de recursos humanos de Hacienda”.
La única secretaria de Estado en Hacienda se ocupa del personal del Estado, no del Presupuesto
Lo mismo ocurre en el Ministerio de Asuntos Exteriores, donde dos de las cinco mujeres empleadas entre decenas de hombres se encargan de asuntos como el desarrollo sostenible o las migraciones. En el Ministerio de Defensa, la Dirección General de Personal también la ostenta una mujer. En cambio, en el Ministerio de Economía la presencia de hombres es muy superior a la de mujeres, y las diferencias también se disparan en las áreas de Industria.
¿Existe la brecha salarial?
¿Pero existe una brecha salarial? Desde CSI-F hablan de "segregación", mientras en Fedea no creen que exista más allá de la diferencia de salarios por cuestión de puesto y responsabilidad.
Con los datos existentes sobre la mesa, el Portal del Transparencia muestra unas retribuciones brutas medias por ministerios (el portal habla de retribuciones íntegras, sin desglosar sueldo fijo y complementos) similares y en ocasiones superiores en el caso de las mujeres.
Esta situación, por ejemplo en el caso de Presidencia del Gobierno, donde la retribución media de los hombres es de 95.614,55 euros al año y la de las mujeres de 99.328,71 euros. Esto se explica porque, además de haber cierta paridad, de los tres salarios más altos, dos corresponden a mujeres.
Porque, si se atiende a los cargos, lo cierto es que hay mujeres encabezando ministerios, en secretarías de Estado o en direcciones y presidiendo organismos públicos y en algunos casos su presencia es superior en estos puestos. Por ejemplo, en Fomento, donde hay muchos más hombres que mujeres, estas tienen superioridad numérica en las secretarías.
Sin embargo, también hay muchas menos mujeres al frente de organismos públicos, donde las retribuciones brutas superan en ocasiones los 100.000 euros anuales, un sueldo a menudo reservado a los secretarios y secretarias de Estado. Todos estos factores se entrecruzan.
La brecha, en los variables
En todo caso, Mur llama la atención sobre el conjunto de la administración donde, según CSI-F, la brecha salarial es del 19% en favor de los hombres: las mujeres cobran hasta 6.700 euros menos al año que los hombres.
En efecto, el tradicional sesgo de las mujeres en la Administración impacta también en su retribución. Así, además de su menor pugna por puestos de responsabilidad, son menos las mujeres que llegan a acumular más de 10 trienios, mientras que esta situación es más habitual entre los hombres.
Pero, más aún, Mur insiste en que la brecha salarial se concentra en ámbitos difusos como la libre designación de cargo o los complementos salariales, en la parte variable de los salarios.
Entre la escasa información existente, CSI-F pone sobre la mesa un informe aportado por el propio Ministerio de Fomento en el que la proporción de hombres similar al que aparece en el Portal de la Transparencia.
Los sindicatos denuncian que la brecha salarial se manifiesta en la parte variable
El documento constata, por ejemplo, que solo el 28% de los funcionarios pertenecientes al subgrupo A1, los altos funcionarios, son mujeres y que en esta categoría, solo el 27% de los puestos de libre designación, donde cabe más margen salarial, están ocupados por alguna de ellas. Pero sobre todo, el informe arroja luz sobre el impacto de los complementos retributivos y los permisos no retribuidos.
Un 58% de los 2.875 funcionarios del Ministerio de Fomento percibe un complemento de productividad, que se reparten entre un 33% de hombres y un 25% de mujeres. Asimismo, en el terreno de los empleados laborales de Fomento, más del 76% de los que se acogen a permisos y flexibilizan su jornada para conciliar son mujeres. Y eso va acompañado de un menor salario a percibir.
¿Dónde están los planes de igualdad?
Desde CSI-F denuncian que el Gobierno, a través de la secretaría de Estado de la Función Pública del Ministerio de Hacienda, tiene la obligación de elaborar planes de igualdad en el sector público, uno por legislatura, con medidas para reducir las desigualdades de todo tipo que perjudiquen a las mujeres.
Hasta la fecha, puesto que esta obligación deriva de la Ley de Igualdad de 2007, solo se han aprobado el primero en 2011 y uno segundo, que aún está en desarrollo, según Hacienda. Sin embargo, en CSI-F están pendientes ya de su evaluación y reclaman un tercer plan, correspondiente a esta presente legislatura que en el Gobierno no se prevé poner en marcha hasta el próximo año.
Además, en CSI-F lamentan que ciertas medidas de planes anteriores no se hayan puesto en marcha pese a estar recogidas por escrito. Es el caso de las unidades de igualdad, llamadas a vehicular dichos planes en los distintos ministerios y que, a día de hoy, no estarían operativas.
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