El Gobierno ha dado este martes más detalles de la rebaja fiscal introducida a través del IRPF en el proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2018 y el texto desvela uno de los secretos mejor guardados por el Ministerio de Hacienda en las últimas semanas: cómo aplicar una rebaja del IRPF para rentas hasta los 18.000 euros y hacerla compatible con unas cifras de recaudación impositiva récord que permitan cuadrar el déficit del 2,2% del PIB en 2018.
La respuesta es que esta rebaja de la factura fiscal para las rentas más bajas no se aplicará con carácter retroactivo a 1 de enero en caso de aprobarse los Presupuestos, sino desde el momento en el que sean de aplicación, previsiblemente en el mes de julio. Esto permitirá que el efecto de la rebaja pase de los 2.000 millones de euros de los que el Gobierno sacó pecho durante la presentación del anteproyecto de Ley --agregando no solo la ampliación de los mínimos exentos, sino también deducciones a familias-- a los 700 millones de euros.
De esta forma, el ahorro máximo que se alcanzará en la cuota a pagar en la declaración de la renta será de 760 euros al año, que además se irá reduciendo para aquellas rentas que se aproximen al límite de los 18.000 euros. Sin embargo, en la práctica, una persona mayor de 65 años, casada y con una renta de 16.500 euros anuales, obtendrá un ahorro fiscal de 378,4 euros en el segundo semestre del año, que se incrementará a los 756 euros en 2019.
[infogram id="bbe04b17-1177-4708-9aaf-1bfa275815f7" prefix="1U6" format="interactive" title="Distribución gasto PGE 2018"]
Así cuadran las cuentas
Pese a todo, el Gobierno espera que la recaudación por IRPF se eleve un 6,5% en 2018, hasta superar los 82.000 euros. Esto explica en buena parte el repunte de los ingresos tributarios hasta sobrepasar los 210.000 millones de euros, con un incremento del 6%. Y a su vez, esta cifra será clave para reducir la previsión de déficit al 2,2% del PIB, junto a una reducción del gasto del techo de gasto público del 1,3%.
La duda que estaba en el aire era cómo se puede conjugar una rebaja fiscal del IRPF. Pues bien, el Gobierno estima que las rentas de los hogares crecerán este año un 4,5%, ligeramente por encima del año 2017.
En primer lugar, el Gobierno confía en la evolución del empleo y los salarios. Espera concretamente que la masa salarial crezca un 4,8%, por un aumento del salario medio del 1,5% y el resto por la creación de empleo. Por otro lado, la masa de las pensiones crecerá un 3,5%, por el aumento de la población pensionista (1%) y el aumento de la pensión media (2,5%) derivada sobre todo de la entrada de nuevas altas.
El resto de las rentas, argumenta el proyecto de Ley de Presupuestos, crecerán entorno a un 5%.
Montoro anima a CEOE a subir salarios
En esta línea, Montoro ha animado a la CEOE a que negocie subidas salariales con los sindicatos, "los mismos con los que Hacienda ha negociado una subida salarial a los funcionarios", y que los acompase a los ingresos crecientes de las compañías. Ha puesto como ejemplo el Acuerdo Interconfederal para el Empleo y la Negociación Colectiva, en el que la evolución salarial se amoldó a la situación de las empresas, pero para moderarse desde entonces.
Sea como fuere, los incrementos de rentas consignados en los Presupuestos no parecen suficientes a priori para elevar la recaudación por IRPF un 6,5% contrarrestando una rebaja fiscal. No obstante, el proyecto de Ley incluye una acotación importante: el impacto de la reducción de los rendimientos del trabajo, en el IRPF, para 2018 será de unos 700 millones, "al entrar en vigor a partir de la fecha de aprobación de los Presupuestos".
"En estas condiciones, los ingresos por IRPF crecerán en unos 5.000 millones de euros. La mayor parte del aumento procederá de las retenciones del trabajo y actividades profesionales, que hasta febrero han crecido un 6,6%", esta vez si dentro de los rangos previstos de incremento.
Además, el Gobierno avanza que "la cuota diferencial correspondiente al ejercicio 2017 a liquidar en 2018 aportará 1.000 millones al incremento de los ingresos" y añade que "la evolución de las rentas empresariales y de las ganancias patrimoniales en 2017 explica este crecimiento".
A esto se suma también que la deducción por gastos de guardería de 1.000 euros anuales dentro del marco del IRPF, que equivaldrá a unos 84 euros al mes por familia, no entrará en vigor hasta el año 2019. Las ayudas (impuestos indirectos) que si tendrían efectividad en la cuota a pagar este año serían la deducción por cónyuge con discapacidad (1.200 euros anuales) y el incremento de la deducción por familia numerosa en 600 euros anuales por cada hijo que exceda el número establecido.
Como resultado de todos estos cálculos, Montoro ha calculado que la presión fiscal se situará este año en el 38,3%, una proporción suficiente para reducir los 10.000 millones necesarios para que el déficit baje este año del 3,07% del PIB al 2,2% del PIB.
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