El año 2017 no fue nada fácil para Inditex. Afectada por los cambios de consumo en la industria de la moda, las anomalías del clima y la sempiterna amenaza de Amazon la compañía vivió un año convulso, que se plasmó en su peor ejercicio en bolsa en casi una década y le llevó a ceder el primer puesto por valor en el parqué español ante Santander.
Este año no ha empezado mucho mejor en bolsa, pero Pablo Isla ha lograrlo devolverle el golpe a Ana Botín, aunque en otro terreno: el de las marcas más valiosas de la economía española. Según el último estudio de la consultora Brand Finance, Zara se convirtió en 2017 en la marca más valiosa de España, arrebatando esta condición a Banco Santander.
Según esta publicación, la principal enseña del grupo Inditex, alcanza una valoración de 14.837 millones de euros, frente a los 13.772 millones de euros del banco que dirige Botín. Aunque ambas compañías mejoraron sus valoraciones a lo largo del año, el incremento de los guarismos de Zara fue mucho mayor, ya que incrementó su valor un 21% respecto al ejercicio anterior.
Desde la consultora resaltan que la fortaleza de los parámetros de negocio de la marca de moda, así como su primacía según el Índice de Fortaleza de la Marca (BSI, por sus siglas en inglés). “Es una de las marcas más reconocidas por el público, lejos de contentarse con un éxito a corto plazo, ha sabido mantener una inteligente política de inversión de capital en sus instalaciones creando unos beneficios que ahora recoge”, destaca Teresa de Lemus, Managing Director en España de Brand Finance.
Con Zara a la cabeza, Inditex se sitúa como la gran dominadora del ránking del sector de la moda. El gigante de Arteixo copa hasta siete de las diez primeras posiciones en la clasificación de la industria textil e, incluso, Bershka y Stradivarius ocupan la segunda y la tercera posición de la tabla general en el índice BSI, que se basa en la evaluación de la eficacia en términos holísticos de una marca en relación con sus competidores.
La banca es el sector con más peso entre las 100 mayores marcas, concentrando el 30% del valor
Pese a todo esto, el sector con mayor peso en el ránking de las 100 marcas españolas más valiosas sigue siendo el financiero. Si Santander ha caído hasta la segunda posición, su máximo competidor, BBVA, le acompaña en el podium tras superar en valoración a Movistar, que baja al cuarto puesto. Las 12 entidades financieras presentes en este top 100 alcanzan una valoración conjunta superior a los 30.000 millones de euros, lo que representa más de un 27% del total, frente al 20% de la moda.
Por sectores, el energético ocupa el tercer puesto por valor de sus marcas, con un valor aproximado de 12.600 millones de euros, a pesar de que Iberdrola, Endesa y Gas Natural redujeron el valor de sus respectivas marcas. Brand Finance explica esto subrayando que "el año 2017 fue un año en el que llovió muy poco, reduciéndose un 47% la disponibilidad de recurso hídrico. Los costes de producción aumentaron consecuentemente y con ellos los precios al consumidor final, lo que redujo significativamente el consumo de electricidad".
Aunque su peso sectorial es muy inferior, la distribución comercial tiene en El Corte Inglés a un representante entre las cinco marcas más valiosas. La compañía de grandes superficies sube dos puestos en esta clasificación, tras elevar su valor un 21%, hasta los 3.516 millones de euros. Más allá de esto, “la importancia del grupo dirigido por Dimas Gimeno radica en el número de marcas que aporta al ránking: Viajes el Corte Ingles, Hipercor, Opencor, Supercor y Sfera”, explica De Lemus.
Un mercado muy concentrado
Repsol, Iberdrola, CaixaBank, Mapfre y ACS completan, por ese orden, las diez primeras posiciones de la clasificación. Los responsables de Brand Finance observan que las diez empresas más valiosas representan casi el 60% de los 113.672 millones de euros en que están valoradas las 100 marcas presentes en la tabla. Este porcentaje se considera muy elevado en relación a países como Francia, Reino Unido o Estados Unidos, donde el peso de los diez mayores se sitúa entre el 30 y el 40%.
Según el consejero delegado de la consultora, David Haigh, estas cifras reflejan dos tendencias características del tejido empresarial español. Por un lado, las grandes empresas nacionales tienden a crecer mediante operaciones de fusiones y adquisiciones. Antes de la crisis económica del año 2007, España era el tercer mercado más activo del mundo por dinero invertido en operaciones de fusión tras Reino Unido y Estados Unidos y, desde principios de 2018, el mercado español de las fusiones y adquisiciones se ha reactivado, situando al país como el tercer país de la Unión Europea más proclive a las fusiones, tras Alemania e Italia.
Por otro lado, el sistema empresarial tiene un marcado carácter oligopólico en el que las empresas de menos peso deben hacer mayores esfuerzos para generar marcas más visibles: “Esta característica del tejido empresarial español tiende a favorecer a las grandes empresas, pero perjudica al comprador final que se ve sometido a una política de precios muy vertical”, aclara Haigh.
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