Cada revolución industrial ha destruido trabajos, pero los nuevos que han surgido son mucho más dignos para el trabajador.
No cabe duda de que la Cuarta Revolución Industrial va a cambiar el concepto del trabajo. No es el futuro, es una realidad inmediata que está removiendo los cimientos de la producción. En breve será un anacronismo la idea de mantener en plantas industrial manejadas por el hombre. La fábricas inteligentes, unidades de producción completamente automatizadas a partir de sistemas ciberfísicos que combinarán maquinaria física y tangible con procesos digitales, las cuales serán capaces de tomar decisiones descentralizadas y de cooperar -entre los mismos sistemas y con los humanos- mediante el internet de las cosas, han llegado para quedarse.
El innovaHub, un punto de encuentro con actores del ecosistema digital
Las empresas que no quieran perder comba respecto a las nuevas tecnologías están obligadas a invertir en proyectos de innovación. En Gas Natural Fenosa lo tienen claro, por eso llevan mucho tiempo invirtiendo en el futuro. Prueba de ello es el innovaHub, un punto de encuentro con actores del ecosistema digital y tecnológico que impactan en el sector de la energía, un lugar para conectar las empresas con expertos, emprendedores, innovadores y académicos de referencia en el ámbito de la innovación para crear soluciones que redefinan el futuro del sector energético.
Periódicamente el innovaHub acoge en Barcelona o Madrid encuentros con diferentes actores para analizar el impacto en el sector energético de diferentes tecnologías como el Big Data, el internet de las cosas, etcétera.
El operario conectado
Es un miércoles cualquiera en el innovaHub de Madrid. Un grupo de representantes de start ups y trabajadores de Gas Natural Fenosa participan en una jornada que pivota en torno al operario conectado. Sí, obreros de toda la vida conectados cibernéticamente para facilitar su tarea. Por la sala se pueden ver uniformes, cascos y chalecos con chips que informan de todos los movimientos o que facilitan la tarea al trabajador. Los participantes aprovechan el nuevo espacio de Gas Natural Fenosa para conocer las novedades en del universo del operario.
El innovaHub de Madrid empezó a rodar hace tres meses. “Todavía no lo hemos inaugurado oficialmente y ya está funcionando con unos resultados muy satisfactorios”, explica Domingo Asuero, responsable de Fomento de la Innovación.
Asuero aprovecha el descanso de los ponentes para mostrar lo que para ellos es la joya de la corona, no en vano Gas Natural Fenosa puede presumir de ser referente en innovación entre las empresas españolas. La compañía invirtió en 2017 en España 99 millones de euros en innovación. Fruto de esa inversión es el innovaHub de Madrid.
De paseo por el innovaHub de Madrid
Nada más entrar el visitante se topa con lo que llaman Cubo inmersivo. Es un espacio que, gracias a la tecnología, simula ambientes, te puede hacer sentir en cualquier parte del mundo que esté conectada. Basta un clic para que te teletransportes al innovaHub de Barcelona, por ejemplo.
“Lo utilizamos como entrenamiento para las intervenciones. Imagínate que tenemos que trabajar en una subestación con tensión. El operario puede ensayar todos los pasos que realizará de manera que cuando llegue el momento ya habrá vivido la experiencia. Así se consigue una mayor eficiencia y resulta un acierto en trabajos de galerías subterráneas, en altura, en intervenciones no habituales, puesto que en todas ellas ofrece un extra de seguridad”. Además permite inyectar olores. “Puede parecer una tontería, pero simular olores que no son agradables, permite saber si el operario será capaz de soportarlos. Se trata de una experiencia previa sin riesgo que permite controlar la situación cuando realmente existe el riesgo”.
El Cubo inmersivo ofrece la posibilidad de tener una experiencia previa sin riesgo
El innovaHub es, según Asuero, "un espacio donde se hacen cosas que no son las de todos los días, un espacio diseñado para un cambio de mentalidad en la forma de trabajar; trata de sorprender al visitante y que se sienta en un espacio inspirador y totalmente distinto al habitual en su día a día".
El Centro tecnológico del innovaHub está presidido por un mapamundi en el que están marcados los países en los que Gas Natural Fenosa se encuentra presente. A sus pies, una serie de Pantallas permiten a los ingenieros e investigadores conectar con cualquiera de los centros de producción o de investigación. “Es una zona de control y experimentación global de proyectos asociados a lo digital. Por ejemplo, si hay que hacer una variación en un software en Sudamérica, desde aquí te traes el software haces el experimento y lo devuelves totalmente probado”.
A su lado se encuentra el Centro de robótica inteligencia artificial y realidad virtual, donde los ingenieros investigan temas inteligencia artificial. “Este es Pepe-R, el robot que en un futuro enseñará el innovaHub a los visitantes”. De momento, Pepe-R es capaz de realizar pequeñas tareas de reconocimiento de voz, Pepe-R es la mascota del innovaHub.
Pero si de algo están orgullosos en el innovaHub es del Hogar inteligente, un apartamento conectado en el que puedes programar desde el teléfono la lavadora, la climatización, incluso hacer la lista de la compra sin abrir la nevera, puesto que la puerta es un ordenador en el que es posible gestionar la intendencia. “Investigamos para conseguir la mayor eficiencia energética, para consumir menos energía y no despilfarrarla”, matiza Mónica Puente, la directora de Innovación Tecnológica.
El apartamento cuenta con una caldera sensorizada que avisa a Gas Natural Fenosa de las posibles irregularidades. “De manera que si una caldera empezara a fallar, seríamos nosotros los que nos pondríamos en contacto con el cliente para avisarle. Es una forma de mejorar la producción y ahorrar visitas innecesarias”, añade Puente.
Un hogar regido por la domótica necesariamente necesita contar con una batería. Normalmente son elementos poco estéticos. Mónica Puente muestra orgullosa la que preside el piso piloto del innovaHub de Madrid, una esfera blanca que bien podría ser un adorno más del hogar del siglo XXI. “El problema de esta tecnología es el precio, la inversión resulta demasiado cara todavía, se necesitan 10 años para amortizar las baterías y su vida es de cinco. Hoy por hoy no salen los números, pero saldrán”, concluye.
Contenido patrocinado por Gas Natural Fenosa
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