Netflix ha vuelto a sorprender al mercado con sus resultados financieros. La plataforma de contenidos en streaming más importante del mundo ha recuperado músculo en Estados Unidos y se ha impulsado más allá de los 125 millones de suscriptores, la cifra más alta de su historia.
En apenas un año la compañía californiana ha visto como sus usuarios de pago han aumentado un 50%, en una combinación entre el crecimiento internacional y la recuperación de los usuarios en su país de origen, después de ver como en periodos anteriores esta métrica perdía algo de fuerza.
A día de hoy Netflix tiene 68,29 millones de suscriptores fuera de las fronteras estadounidenses, mientras que dentro de sus fronteras tiene hasta 56,7 millones de usuarios que pagan de forma mensual.
Los buenos resultados han impulsado la acción en Wall Street, con un repunte que superaba el 7% hasta más allá de los 330 dólares por acción. "Hemos crecido de una manera que no esperábamos, más rápido de lo que creíamos", ha explicado el director financiero, David Wells, en la llamada con los accionistas.
"Netflix ha cambiado la industria de una forma importante y tienen un gran liderazgo en su sector. Lo cierto es que su situación pone difícil a la competencia plantear batalla, incluso para los gigantes tecnológicos", ha afirmado Brian Kraft, analista de Deutsche Bank.
En la misma línea se ha situado Daniel Ives, de GHB Insights, apuntando a que "la agresiva estrategia internacional de Netflix está dando sus frutos y está impulsando el crecimiento actual y sentando las bases para todo el año".
Los ingresos, una métrica que siempre intenta destacar la plataforma incluso a costa de darle menos brillo a los usuarios, han aumentado al ritmo más alto de los dos últimos años. En los tres primeros meses del año Netflix ingresó poco más de 3.600 millones de dólares, casi 3.000 millones de euros.
En dicho periodo la compañía estrenó 18 series nuevas, presentó 11 temporadas de producciones ya en curso y sumó a su catálogo 14 películas de estreno con su sello.
La deuda, el punto negro
Como ya viene siendo habitual, el lunar más importante en las cuentas de la compañía con sede en Los Gatos es la deuda. El gasto sigue disparado y se acumulan las cifras en el pasivo, algo que tarde o temprano le puede costar un importante quebradero de cabeza al fundador y CEO, Reed Hastings.
El propio Hastings ha explicado que van a continuar con su agresiva estrategia financiera y no ha dudado en afirmar que acudirán en busca de más capital cuando sea necesario hacerlo, algo que ya sucedió a finales del año pasado cuando emitieron bonos de deuda para mantener la maquinaria en marcha.
El problema principal es que los costes de producción crecen más rápido que los ingresos, por mucho que estos sean espectaculares. En el año 2017 Netflix destinó 9.500 millones de dólares, poco más de 7.500 millones de euros, para financiar sus producciones, una cantidad que se ha doblado en los últimos dos años.
Actualmente, la plataforma tiene comprometidos 17.900 millones de dólares, poco más de 14.500 millones de euros, una cantidad que ha aumentado en más de 2.500 millones de dólares en apenas un año.
Para cubrir esos sobrecostes Netflix aumentó un 10% el precio de sus principales paquetes de suscripción en todo el mundo, una decisión aplaudida por el mercado y que, a tenor del fuerte crecimiento en usuarios, ha sido acogida con normalidad entre sus suscriptores.
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