Las proyecciones sobre una supuesta vuelta a la vinculación de las pensiones con el IPC se suceden. La última proviene de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que estima que dar marcha atrás en la reforma de 2013 y referenciar de nuevo las pensiones con la inflación, como volvieron a reclamar miles de jubilados en las calles el pasado domingo, elevaría el gasto de la Seguridad Social en siete décimas del PIB hasta 2013 y entre 1,2 y 1,3 puntos porcentuales hasta 2030.
Se trata de un montante equivalente a 15.000 millones de euros en un horizonte de algo más de una década, tomando la cuantía actual del PIB. Puesto en perspectiva, esa cantidad supone algo menos que el actual déficit de la Seguridad Social y una cantidad similar al crédito previsto en los Presupuestos de 2018 para pagar las extras de los pensionistas a lo largo del ejercicio. Es decir, que el impacto económico de ligar las pensiones al IPC sería limitado frente a lo que cabría pensar.
Así lo ha expuesto del presidente de la AIReF, José Luis Escrivá, durante su comparecencia en la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados, donde ha avanzado que la Seguridad Social volverá a incumplir la previsión de déficit en 2018, como hizo en el último ejercicio, al tiempo que ha asegurado que la situación es "manejable", a la vista de las proyecciones que arrojan una eventual indexación de las pensiones con la evolución de la inflación, si se confía en que se logrará contar con fuentes de ingresos suficientes.
Una angustia innecesaria
Por todo ello, Escrivá se ha mostrado preocupado ante los mensajes que avisan de una supuesta insuficiencia del sistema público de pensiones en el medio y largo plazo. Según ha dicho, estas previsiones se basan en proyecciones erróneas, en las que se presupone que España no será capaz de aplicar exitosas políticas de natalidad, no seguirá incorporando a la mujer en el mercado laboral o no incorporará más mano de obra inmigrante.
"Claro que va a haber más presión de gasto en pensiones o en sanidad, pero no hace falta crear una angustia innecesaria en la población", ha añadido, para sentenciar que el gasto en pensiones a futuro será "absorbible y manejable".
A diferencia de otros años, la Autoridad Fiscal confía en que el presupuesto de ingresos de la Seguridad Social para este año se cumpla, que el incremento de la base máxima de cotización aplicada tendrá un efecto de 300 millones de euros que compensará la detracción de ingresos procedente de la ampliación de la 'tarifa plana' de los autónomos (200 millones de euros). Además, recalca que el gasto en pensiones se mantendrá estable en términos de PIB pese a la subida de las pensiones más bajas, lo que tendrá un coste de unos 1.000 millones de euros.
Sin embargo, estas previsiones lo que dibujan es un panorama similar al del año pasado, en el que la Seguridad Social no fue capaz de reducir su déficit por debajo del 1,4% del PIB previsto.
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