El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Sebastián Albella, ha considerado este jueves que el "punto débil" de España para atraer empresas tras el brexit fue la señal de inestabilidad que emitió por la crisis en Cataluña por el proceso soberanista.

En su opinión, la crisis catalana tuvo "bastante impacto" en el ámbito de las iniciativas llevadas a cabo a raíz del brexit para vender España como un destino en el que podían establecerse las empresas y fondos que quisieran abandonar el Reino Unido.

"Situaciones de este tipo nos dañan mucho en imagen y estabilidad", ha lamentado durante su comparecencia en el Congreso, en la que ha explicado que hubo unos meses que costaba seguir con el mismo ritmo de acciones de venta de nuestro mercado.

Ahora, sin embargo, cree que se ha "destensado" un poco la situación y por eso vuelve a ser optimista y confía en que el esfuerzo hecho por España y en el que ha jugado un papel clave la CNMV va a dar frutos. No descartamos que una entidad de primer nivel opte por España como primera opción para relocalizarse, ha añadido.

Panorama "extremadamente competitivo"

Ha defendido que el país tiene varios puntos fuertes para atraer a empresas, aunque piensa que se podrían hacer algunas cosas más, ya que el capital riesgo es "extraordinariamente competitivo" pero fiscalmente está en peor posición que en Italia, Francia o Alemania y mucho más aún que el propio Reino Unido.

Si eso cambiara, ha aventurado, reforzaría mucho las opciones de que en España se establecieran más gestoras y no sólo en la ciudad de Madrid sino también en Barcelona; "sería extraordinario crear un caldo de cultivo potente" en el sector del capital riesgo.

También ha pedido despejar la incertidumbre que existe sobre las sicav, porque aunque el patrimonio se mantiene, el número de sociedades ha caído y son compañías que, entre otras cosas, dan trabajo a mucha gente.

Sobre la directiva Mifid II, que aporta más protección al inversor, ha reconocido que le hubiera gustado que su transposición hubiera llegado antes del cierre de 2017.

Más poder para la Esma

Ha defendido que el supervisor europeo, la ESMA, tenga más poder, pero no tanto como propone la Comisión Europea, y en línea con la tesis del Ministerio de Economía, aboga por una autoridad europea más eficiente y con facultades adicionales como competencia entre terceros países, pero manteniendo el esquema actual de supervisores nacionales robustos.

Durante su intervención también ha mostrado su satisfacción por el buzón de denuncias anónimas habilitado a principios de año por la CNMV y en el que se han recibido más de 180 avisos, unos 100 dentro de las competencias del supervisor.

De ese centenar de chivatazos, entre un 60% y un 70% eran avisos por irregularidades o abuso de mercado y el 30% o 40% restante, denuncias sobre prestación de servicios de inversión.

Sobre las diferencias salariales en las empresas, ha abogado por que haya "luz y taquígrafos" sobre las remuneraciones y que sean aprobadas por la junta general, al tiempo que se ha mostrado partidario de que cada vez haya más mujeres directivas, pues la presencia aún sigue siendo escasa.

Ha ensalzado el papel de la CNMV al advertir sobre el riesgo de las criptomonedas como el bitcóin y ha pedido que el supervisor cuente con los medios necesarios para que sea una autoridad eficiente, pues le preocupa el futuro.

En respuesta a las preguntas de algunos diputados, ha defendido la prohibición de las ventas en corto de Liberbank durante el pasado año y ha dicho que la investigación de la CNMV sobre Popular y el modo de contabilizar sus pérdidas el pasado año está "muy avanzada"