Economía

Nuevo golpe a las pensiones: la subida volverá a ser inferior al IPC si se encarece el petróleo

El Gobierno no ha prometido una subida con el IPC, sino del 1,6%, en línea con el indicador, por lo que no está previsto a priori un incremento adicional si se dispara la inflación

Jubilados sentados en un parque. | Europa Press

La subida de las pensiones del 1,6% en 2018 y 2019, en línea con el IPC previsto hasta ahora, podría volver a quedarse corta para garantizar el poder adquisitivo de los jubilados.

El alza de los precios del petróleo por encima de los 75 dólares el barril amenaza con trasladarse a los precios, lo que elevaría la inflación más allá de los pronósticos del Gobierno, dejando el último incremento anunciado de la nómina de los pensionistas en un fiasco.

Cosas de la economía globalizada, después de la reforma de 2013, ahora son las restricciones a las exportaciones del petróleo en Irán las que pueden volver a aguar la fiesta a los pensionistas.

Esto es así porque, en realidad, el Gobierno no ha planteado, ni en el Programa de Estabilidad remitido a Bruselas ni en las enmiendas a los Presupuestos, una subida de las pensiones con el IPC en 2018 y 2019. Lo que prevé es una subida "adicional" equivalente al 1,35% en 2018, sobre el 0,25% inicial, hasta el 1,6%; y para el año siguiente, salvo que haya un acuerdo diferente en el Pacto de Toledo, otra subida 'extra' sobre el índice de revalorización de las pensiones que se fije hasta ese 1,6%.

Por tanto, el Ejecutivo habla de incrementos que están en línea con las previsiones de inflación, pero no con la inflación. Y mucho menos vuelve a vincular ambos extremos. Es por ello que si el IPC escala por encima de esos porcentajes y se acerca al 2%, no está previsto en principio que la subida de las pensiones se modifique.

La posible deriva de la inflación

¿Puede subir la inflación al 2%? Todo depende de la intensidad y la duración de las actuales presiones sobre los precios del crudo.

De acuerdo con los analistas consultados por El Independiente, por cada 10 dólares de incremento del precio por barril, el IPC podría subir medio punto porcentual, todo un mundo dentro de los límites en los que se mueve la revalorización de las pensiones.

Aplicando ese margen de subida sobre el IPC del mes de abril, que en tasa anual ha sido del 1,1%, la inflación rondaría ya ese 1,6%.

No obstante, tal y como adelantó el pasado viernes la secretaria de Estado de Economía, Irene Garrido, el Gobierno ya trabaja con la idea de un fuerte incremento de la inflación en el mes mayo por el efecto de encarecimiento del petróleo.

Por su parte, la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) ya ha revisado al alza su previsión de inflación. Tomando un precio de 75 dólares el barril y un tipo de cambio del euro de 1,18 dólares, prevé que la inflación supere el 2% este verano, para moderarse posteriormente. La previsión para el mes de diciembre es de una tasa interanual del 2% y del 1,7% en promedio, dos décimas por encima de la anterior medición en ambos casos.

Pero no es el único, también Ramón Carrasco, el analista de Bankinter, o David del Val, analista de mercados de AFI, ven previsible una revisión de la inflación por el actual 'shock' en los precios del petróleo.

En el terreno de la certeza, lo que se está produciendo ya es una subida del valor de mercado del crudo superior a 10 dólares por encima de la previsión con la que el Gobierno ha elaborado los Presupuestos para este año, en el que se introducirá la subida de las pensiones. El Programa de Estabilidad presenta un escenario base de 67,7 dólares y otro alternativo de 75 dólares el barril, mientras que el barril de Brent se paga ahora a 76,9 dólares.

Los efectos sobre el PIB y el empleo

Hay otro efecto negativo que podría incidir sobre las pensiones derivado de la alza del precio del petróleo. Se trata del freno que ello puede suponer para el crecimiento y el empleo, que están en la base del pago de las pensiones por la vía de las cotizaciones sociales.

De acuerdo con los cálculos del Gobierno, si el precio del petróleo escalara finalmente hasta los 75 dólares el barril, el PIB experimentaría un descenso de siete décimas, el empleo se frenaría otras ocho, el déficit se vería incrementado de nuevo en cuatro décimas y, finalmente, la deuda pública aumentaría en 1,1 puntos porcentuales.

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