El plan de El Corte Inglés para reducir el coste de su pasivo se ha paralizado. La compañía lleva años poniendo el foco en rebajar su deuda y los intereses que paga por ella, pero la capacidad de maniobra de la compañía para financiarse de manera eficiente es a, día de hoy, nula. Y lo será, al menos, hasta que el actual presidente Dimas Gimeno y sus primas Marta y Cristina Álvarez -hijas de Isidoro Álvarez- entierren el hacha de guerra y el accionariado vuelva a gozar de la confianza que exigen los mercados.
El Corte Inglés preparaba una emisión de bonos de 1.200 millones antes de verano para sustituir parte del préstamo renegociado en enero con los grandes bancos. La compañía llegó a un acuerdo con Santander, Bank of America Merrill Lynch y Goldman Sachs para refinanciar 3.650 millones de euros repartidos en tres tramos: 1.450 millones de euros comprometidos a cinco años; una línea de crédito por 1.000 millones al mismo plazo, y un préstamo puente de 1.200 millones a un año ampliable a dos. Éste último importe es el que Dimas Gimeno aspiraba a amortizar y a sustituir con una emisión de bonos prevista para las próximas semanas con un coste inferior para la empresa.
Sin embargo, los grandes inversores huyen de la inestabilidad. Varias fuentes consultadas especializadas en estas operaciones aseguran que "El Corte Inglés no está en posición de salir al mercado a buscar financiación". Y, si lo hiciese, "el mercado le exigiría un precio muy elevado". La deuda emitida por la empresa que fundó Ramón Areces se dirige a inversores institucionales como fondos, sicav, aseguradoras y planes de pensiones, un perfil de inversor muy selectivo que aplica criterios de riesgo muy estrictos.
Primeros pasos en el mercado de capitales
El Corte Inglés mantuvo su primer contacto con el mercado de capitales en noviembre de 2013, tras 70 años de historia. Colocó 600 millones de euros en bonos, a través de su Financiera -cuyo 51% acababa de ser adquirido por Santander- en el mercado irlandés. Buscaba optimizar su estructura financiera, reducir los costes y disminuir su dependencia a los créditos de la banca. Los años siguientes, se sucedieron operaciones similares tanto en Irlanda como en España.
En enero de 2015, el grupo, a través de la filial Hipercor, realizó dos emisiones de bonos simples por importe de 500 y 100 millones de euros, respectivamente. Ambas vencen en 2022, devengan un cupón anual del 3,87% y están garantizadas por el gigante de la distribución. Los fondos obtenidos se destinaron a amortizar anticipadamente la deuda a largo plazo.
Según los últimos datos del cierre del ejercicio fiscal que terminó en febrero de 2017, el grupo mantiene deuda en pagarés por importe de 1.415 millones de euros, que se renuevan automáticamente a vencimiento.
En ese ejercicio, El Corte Inglés desembolsó 300 millones de euros en concepto de devoluciones y amortizaciones de deuda a entidades financieras, valores negociables y otras empresas del grupo. De esta cifra, 219 millones eran intereses a la banca. Un año antes, sólo las devoluciones a entidades de crédito alcanzaron los 1.292 millones, según figura en la cuentas consolidadas del grupo.
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