Julio de 2015. El Corte Inglés hace un movimiento insólito en sus 70 años de historia. Abre su accionariado a un inversor extranjero: el jeque qatarí Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani, ex primer ministro del emirato. Se hizo con el 10% del capital que la empresa de grandes almacenes tiene de autocartera por 1.000 millones de euro, lo que supuso valorarla en 10.000 millones de euros.
Varias fuentes consultadas sobre el valor actual de la compañía aseguran que, haciendo un ejercicio de generosidad, el grupo no valdría en Bolsa más de la mitad de ese importe.
"En Europa y EEUU, empresas comparables como Debenhams y Nordstrom cotizan a ratios de en torno a 6 o 7 veces su resultado bruto de explotación (ebitda). Aplicando una cifra más benévola a El Corte Inglés, de 8 o 9 veces, y teniendo en cuenta que tiene una deuda bancaria de 3.600 millones, es difícil valorar la compañía en más de 4.000", explica un analista de bolsa.
Asumiendo un valor sobre ebitda similar a la de sus competidores, El Corte Inglés apenas alcanzaría los 4.000 millones
En la misma línea, otro apunta que "por el liderazgo de El Corte Inglés en España y dado que el comercio digital tiene una penetración menor que en mercados anglosajones, el múltiplicador del ebitda podría llegar hasta 10 veces, si el grupo es capaz de probar su capacidad para mejorar sus márgenes. Supondría una valoración de 5.000 millones, la mitad de lo que el inversor qatarí pagó hace tres años".
En cualquier caso, varios expertos aseguran que actualmente una salida a bolsa es implanteable, mientras no solucionen las discrepancias accionariales. Y es que la incertidumbre y los mercado no se llevan bien. De hecho, el plan de El Corte Inglés para reducir el coste de su pasivo se ha paralizado. La capacidad de maniobra de la compañía para financiarse de manera eficiente es nula hasta que el actual presidente Dimas Gimeno y sus primas Marta y Cristina Álvarez -hijas de Isidoro Álvarez- entierren el hacha de guerra y el accionariado vuelva a gozar de la confianza que exigen los mercados.
Lejos de los gigantes de la bolsa
Más allá de cuestiones internas, los expertos bursátiles subrayan que el sector de la distribución está en declive y la capacidad de recuperación de la rentabilidad es muy limitada, de ahí las dificultades que afrontará una compañía como El Corte Inglés para dar el saltó al parqué, a pesar de la voluntad mostrada por Al Thani. En los menos de tres años transcurridos desde la entrada del jeque qatarí en el capital del grupo español de grandes almacenes, sus principales competidores internacionales han sufrido fuertes descalabros en bolsa, que les han hecho despedirse, de media, de la mitad de sus valoraciones.
Es el caso, por ejemplo, del gigante estadounidense Macy's. La icónica cadena comercial británica generó el último año unas ventas próximas a los 25.000 millones de dólares (unos 21.000 millones de euros), casi un 40% más que El Corte Inglés. La compañía ha experimentado tres años consecutivos de deterioro de sus cifras de negocio, lo que se ha traducido en un descalabro del 54% en bolsa, desde el verano de 2015. Las británicas Marks & Spencer y Debenhams y las estadounidenses Nordstrom y Sears muestran en sus cifras y en su evolución bursátil relatos paralelos.
El mal tono de todas ellas es el claro reflejo de la lucha mantenida en los últimos años por defender su modelo de negocio, en plena transformación de los hábitos de consumo y ante el auge del comercio online, que les está llevando a sacrificar sus márgenes de rentabilidad para tratar de conservar a duras penas sus cuotas de mercado. Si se asume que cuando se produjo la entrada de Al Thani El Corte Inglés fue valorado en unos 10.000 millones de euros y se aplica a esta cifra un descuento similar al sufrido en bolsa por sus competidores en este periodo, la compañía española alcanzaría actualmente, a ojos del mercado, unos 5.000 millones de euros, como máximo.
Los expertos valoran el negocio de El Corte Inglés hasta 17 veces menos de lo que capitaliza Inditex
Porque, la compra del jeque qatarí incluía unos derechos que le permitirán controlar, en un futuro próximo, el 14% de las acciones de El Corte Inglés, de modo que se puede deducir que aquella transacción ofrecía realmente una tasación de la compañía en el entorno de los 7.150 millones. En ese caso, el recorte de la valoración a la mitad, dejaría una hipotética capitalización en bolsa de la enseña española en torno a los 3.575 millones.
Aún en el mejor de estos casos, los 5.000 millones de valoración no servirían a El Corte Inglés para figurar, ni siquiera, le valdrían para situarse entre las 25 mayores cotizadas del Ibex y le situarían por detrás de compañías como Cellnex, Enagás o Merlin Properties. Muy lejos quedarían los gigantes del mercado español, como Santander o Inditex, que, con valoraciones actuales superiores a los 80.000 millones, valdrían casi 17 veces más que la empresa que preside Dimas Gimeno.
En 2007, antes del estallido de la crisis, El Corte Inglés vivió su año récord, con una facturación al filo de los 18.000 millones de euros, casi el doble de lo que registraba por entonces la empresa de Amancio Ortega. Una década después, en 2016 -último año del que existen datos disponibles de El Corte Inglés-, las tornas ya habían cambiado de forma rotunda: Inditex cerraba aquel año con unas cifras de ventas de 23.311 millones de euros, más de un 50% por encima de los poco más de 15.500 millones que ingresaron los grandes almacenes.
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