La crisis bursátil de Dia se agrava. La cadena española de supermercados pulveriza casi a cada hora sus mínimos históricos sobre el parqué, arrastrada por una riada de escepticismo que cuestiona, incluso, su viabilidad como empresa independiente. La reciente presentación de resultados, lejos de aplacar las tensiones, ha vuelto a situar en el disparadero a una compañía asolada por una serie de debilidades que han cercenado su rentabilidad en los últimos años, frente a la pujanza de sus competidores.
Los resultados en bolsa son dantescos: en menos de diez meses, ha visto esfumarse casi un 50% de su valor y sitúa ya su valoración por debajo de los 2.000 millones, muy lejos de los cerca de 5.000 que llegó a capitalizar hace apenas tres años.
Los analistas son contundentes a la hora de juzgar las perspectivas de la compañía. La fortaleza de competidores como Mercadona, junto al creciente auge del comercio online, sitúa a la empresa que dirige Ricardo Currás ante una complicada tesitura: o sacrifica su rentabilidad o se aboca a ver diluirse su cuota de mercado. "Es poco lo que Dia puede hacer con respecto a la postura más agresiva de Mercadona en España", advierten en un informe reciente los analistas de Barclays.
El fantasma del gigante de los supermercados que dirige Juan Roig proyecta una sombra muy alargada sobre el conjunto de los competidores y, en mayor medida, sobre Dia. En opinión de los expertos, la cadena que dirige Ana María Llopis ha basado su modelo de negocio en un enfoque de proximidad y precios bajos, pero carece de una experiencia de compra atractiva al estilo de otras enseñas del sector. De ese modo, su única baza para competir pasa por sacrificar un poco más sus márgenes en el mercado Ibérico, donde ya acumulan una dramática caída, desde el 12% que llegó a alcanzar en el último trimestre de 2013, al 6,2% en que se situó a finales del ejercicio pasado.
La compañía ha registrado un fuerte deterioro de sus márgenes en los últimos años sin evitar la caída de las ventas
Es cierto que este deterioro de la rentabilidad pareció corregirse en el primer trimestre de 2018, pero son muchos los expertos que creen que esa mejora fue poco más que un espejismo. "La contracción del margen ebitda del primer trimestre en Iberia (-31 puntos básicos) fue menos severa que en el cuarto trimestre (cerca de -400 puntos básicos), lo que implica que Dia pudo perseguir a los proveedores y obtener parte de los reembolsos que perdió en el cuarto trimestre. Sin embargo, plantea dudas para los próximos trimestres, por un mayor riesgo de deterioro de los márgenes en 2018 y posiblemente un cambio de la estrategia que podría llevar a un reajuste de los márgenes", explican los analistas de Bank of America Merrill Lynch.
Porque lo cierto es que esta estrategia no ha impedido que las ventas de Dia acumulen dos ejercicios consecutivos de recortes en los mercados ibéricos. Por eso, el grupo ha anunciado su intención de poner el foco en el presente ejercicio en reactivar sus ventas, tras ver cómo ha sido el único entre los seis grandes operadores en ver reducida su cuota en España en los dos primeros meses de 2018, según los datos de Kantar Worldpanel. La cadena, que a mediados de 2016 concentraba cerca de un 9% de las ventas, alcanza a día de hoy una cuota del 7,5%, menos de un tercio que Mercadona.
"Hacer hincapié en el crecimiento de primera línea es eminentemente sensato, pero sigue siendo difícil saber si esto se puede lograr sin una mayor inversión significativa en los precios", observan ante esto en Barclays. Sobre todo, teniendo en cuenta que Dia se ha visto afectada en los últimos meses por la cancelación de una serie de acuerdos de colaboración con otras cadenas, como Eroski, para la negociación con proveedores. Sin esas alianzas, los analistas ven en riesgo la fuerza de la cadena presidida por Ana María Llopis para trasladar a sus proveedores la rebaja de precios de los productos. "Esperamos una disminución mayor [del margen ebitda] en los próximos trimestres, ya que Eroski e Intermarché acaban de salir de las empresas mixtas de aprovisionamiento", apuntan en Alantra.
Las dudas sobre la compañía tienen un claro reflejo en el elevado nivel de posiciones cortas (porcentaje del capital que está invertido para beneficiarse de una caída de la acción), que actualmente se sitúa en el 15,38%, una cifra sin igual en el Ibex 35, aunque alejada del 25% que llegó a rozar el pasado julio. La fuerte apuesta por la compañía que ha realizado en los últimos tiempos el inversor ruso Mikhail Fridman, que atesora una cuarta parte de las acciones del grupo, ha alentado ciertas expectativas de un giro en el rumbo de la compañía, que, no obstante, sigue sin percibirse.
Y por si fueran pocos los problemas que asedian a Dia, las recientes tensiones económicas en Argentina y el desplome de su divisa abren una nueva vía de incertidumbre en las cuentas de una compañía que obtuvo en este mercado un 16% de sus ventas brutas.
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