Eran apenas un puñado de talleres, pymes y viejas empresas sin más ambición que suministrar en su entorno. Atomizadas y cada una desarrollando especialidades diferenciadas. Estaban descuidando la máxima de que la unión hace la fuerza. Aquel parecía el entorno más adecuado para lanzar la apuesta y comenzar a hacer realidad aquella fórmula de la fuerza. En el País Vasco la industria era desde hacía tiempo una garantía, incluso pese a las crisis de los 80 y parte de los 90, por eso la apuesta por el impulsar un potente sector de la automoción dibujada sobre la mesa de los inversores debía llevarse a cabo en aquellas tierras.
A mediados de los años 90 aquel grupo de inversores que había puesto los ojos en el tejido de automoción de Euskadi lo tuvo claro. El germen de la que hoy es la flamante nueva incorporación del Ibex 35, CIE Automotive, se remonta a hace 22 años, a 1996. Han sido más de dos décadas de vértigo, de crecimiento y de aciertos que comenzaron con la creación del Instituto Sectorial de Promoción y Gestión de Empresas, el INSSEC.
Entre este grupo inversor destacaban dos nombres, Juan Abelló y Abel Matutes. Ellos, junto a otros inversores, lo tenían claro, era un buen momento para crear un proyecto de peso en uno de los sectores con más futuro del momento y en el que España aún tenía mucho que decir: la automoción.
Asegurada la financiación, el primer paso era aliarse con alguien que ya acumulara experiencia y conocimiento. Es ahí donde surgió el empresario Javier Egaña, propietario de una pequeña pyme de 100 trabajadores en la localidad de Zaldibar (Vizcaya). Para entonces, Egaña S.A. acumulaba ya 35 años de experiencia en la estampación metálica para la automoción. El acuerdo entre INSSEC y Egaña se cerró en 1996 con el nacimiento de Corporación Industrial Egaña (CIE). Aquella pyme no tardó en dejar de serlo, en multiplicar sus pedidos y su plantilla. En sólo cinco años su expansión pasó de los 100 empleados a casi 2.000 y a gestionar 11 plantas en cinco países.
CIE Automotive surgió en 1996 de la alianza de un grupo inversor con pymes vascas del sector. El 18 de junio cotizará en el Ibex 35
Fue sólo la primera de las alianzas, el proceso de compra y participación en otras pequeñas empresas, -todas con larga trayectoria, de tecnologías diferenciadas y especializadas en aplicaciones distintas- continuó por todo el País Vasco, engordando así el grupo que pronto dio el salto a incorporaciones internacionales. Formalmente, en 2002, con la fusión de Acerías y Forjas de Azcoitia, en junio de ese año, nacería CIE Automotive, una corporación "multitecnológica" capaz de brindar una amplia gama de soluciones y tecnologías en el sector.
Carrera imparable
Su última meta, conocida el jueves, ha sido entrar en el selectivo Ibex 35. Pero la carrera de velocidad ha sido imparable en los últimos años. Sólo un dato: cada una de las 129 millones de acciones de la compañía valían 15,45 euros en 2015, el pasado jueves, cuando se anunció su entrada en el selectivo, el precio por título se había más que duplicado: 35,56 euros. En una década, su valor se ha revalorizado un 500%.
Algunas voces advierten de que el techo está ya asomando y es hora de la prudencia, pero son mensajes que ya se escucharon tiempo atrás y no se cumplieron. Tampoco coinciden con los que divulga la dirección. El fabricante vasco de componentes de automoción se ha fijado un reto ambicioso para los próximos dos años y que, lejos de invitar a frenar la inversión, dibuja otro periodo de subidas.
El año pasado CIE Automotive volvió a escribir sus cifras en positivo y con amplios márgenes de mejora. Sólo la facturación, 3.724 millones de euros, se incrementó en un 29% respecto al ejercicio anterior. Y el beneficio neto fue de 215 millones, un 33% más que el año 2016. Cifras que la actual dirección de la compañía cree que se quedarán muy pronto superadas. Para 2020 ha prometido a sus accionistas que logrará 300 millones de beneficio neto, o lo que es lo mismo, una mejora del 40% en sólo tres años.
La compañía vasca prevé incrementar sus beneficios en un 40% en el periodo 2017 a 2020
El consejero delegado de CIE Automotive, Jesús María Herrero, lanzó el órdago en la pasada junta de accionistas, el 24 de abril. La compañía se había propuesto crecer en el periodo 2016-2020 cuatro veces más que el sector, según recogía en su plan estratégico y por ahora, el objetivo sigue en pie. También la carrera que supera cifra tras cifra. El primer trimestre de este año 2018 se ha saldado con un 21% más de beneficios que el anterior, "todo apunta a que 2018 será un año de grandes éxitos", anunció Herrera.
El relevo de Abertis
A partir del 18 de junio CIE Automotive sustituirá a Abertir como empresa cotizada en el Ibex. Será la cuarta compañía vasca que forma parte de este selecto club tras el BBVA, Iberdrola y Siemens Gamesa. Presidida por Antón Pradera tiene una capitalización bursátil de 4.580 millones de euros, lo que la sitúa como 26ª sociedad del selectivo pero como uno de los valores más atractivos para los inversores. En lo que va de año, se sitúa en el top ten de los valores más rentables del mercado variable, con una revalorización del 48%.
Aquella apuesta de un grupo inversor de 1996 que comenzó con la compra de pequeñas pymes es hoy un grupo multinacional con presencia en todo el mundo. CIE Automotive cuenta con 98 plantas y con gran presencia en mercados como México -10 plantas-, Brasil -12 plantas-, India -18 plantas- o China -3 plantas-, además de las 21 plantas en España. Actualmente cerca de 30.000 personas trabajan para la multinacional vasca.
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