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Empresas más verdes a golpe de talonario

Las grandes eléctricas y petroleras se lanzan a invertir en 'start ups’ bien posicionadas en el negocio de las energías limpias

Recarga de un coche eléctrico. | ep

El futuro de las grandes corporaciones energéticas pasa por un nuevo modelo necesariamente más limpio, en línea con los compromisos en la lucha contra el cambio climático y de descarbonización en el horizonte 2050, y también por subirse de manera obligatoria a la ola de la nueva era digital que afecta a todos los sectores económicos.

La combinación de ambas revoluciones está llevando a los gigantes del petróleo, el gas y la electricidad a invertir en start ups para sumar a sus organizaciones innovación y nuevos modelo de negocio por la vía rápida, al tiempo que las operaciones se concentran muy sustancialmente en compañías ligadas a nuevas iniciativas en las energías limpias.

Según un estudio de la consultora Everis, que ha analizado la estrategia de más de un centenar de las mayores petroleras y eléctricas del mundo, estas compañías están acelerando inversiones que son más propias del capital riesgo. Un total de 37 grandes grupos energéticos globales han realizado inversiones en 361 start ups en una década, con un total de 483 operaciones (en algunos casos se inyecta capital en una misma sociedad en varias tandas).

Sólo en los últimos seis años, la actividad inversora de las compañías energéticas –medida mediante el número de operaciones en cada ejercicio- se ha disparado, registrándose el triple de inversiones en este periodo. Grupos como BP, Chevron, Total, Shell, RWE, y también Repsol, Iberdrola, Enel (la dueña de Endesa) o EDP han sido algunos de los protagonistas de esta tendencia.

“La reciente llegada de la era digital abre la oportunidad de redefinir el modelo energético del futuro”, sostiene Héctor Pinar, socio en el área de Utilities de Everis. “Las start ups, poseedoras en muchos casos de capacidades, conocimiento, tecnologías o negocios escalables de gran interés para las energéticas, deben aprovechar esta oportunidad para conseguir inversores estratégicos que les ofrezcan el acceso a infraestructuras, carteras de clientes o conocimiento al que difícilmente podrían acceder de otra manera”.

Entre los grandes grupos que operan en España, Repsol es el que está a la cabeza por inversiones (20 operaciones) y por número de compañías en que ha invertido (19). La matriz de Endesa, la italiana Enel, ha invertido en 14 start ups y ha realizado 16 operaciones. Iberdrola participa en una docena de empresas y ha ejecutado 15 inversiones. Y EDP ha realizado 14 inversiones en el mismo número de compañías.

En España otros grupos que aparentemente no cuentan con financiación de start ups publicada, sí colaboran con ellas o tienen programas de innovación abierta. Gas Natural Fenosa cuenta con los espacios de innovación Innovahub, Enagás desarrolla programas de emprendimiento corporativo y Viesgo ha sellado acuerdos de colaboración con varios centros tecnológicos y universidades para el desarrollo de iniciativas I+D+i.

Eléctricas y petroleras emulan a las entidades de capital riesgo y están invirtiendo en empresas en fases tempranas o en desarrollo, con gran potencial de crecimiento y con expectativas de generar sus propias tecnologías o modelos de negocio disruptivos para el sector, y lo hacen a cambio de una participación accionarial en las mismas. De hecho, cada vez más las compañías energéticas crean sus propios fondos de inversión de capital riesgo (los denominados corporate venture capital) para este objetivo.

De forma muy mayoritaria las inversiones de petroleras y eléctricas tiene por destino empresas ligadas a las energías limpias. Las denominadas cleantechstart ups vinculadas con renovables, movilidad sostenible, biocombustibles, biotecnología, nuevos materiales, agua…- concentran el 82% del total de operaciones realizadas esta última década por los grupos de electricidad y gas, y el 61% en el caso de las petroleras.

Unas inversiones que, según se destaca en el informe Energy Trends, no buscan obtener un retorno sobre el capital aportado como sucede en casi cualquier otra operación inversora, sino que las compañías tratan de aprovechar las “ventajas competitivas de la start up, su tecnología, el modelo de negocio propuesto, el talento o conocimiento generado e incluso de integrar sus soluciones en el negocio principal”. Se invierte para captar toda su capacidad innovadora; no es una operación financiera, sino una forma de afianzar la colaboración entre ambas empresas.

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