Gas Natural Fenosa se embarca en una nueva etapa de cambios profundos. Ha cambiado de presidente, ha cambiado de accionistas, ha cambiado el consejo de administración, ha cambiado la cúpula directiva, incluso ha cambiado de nombre y se ha rebautizado como Naturgy. Y la nueva compañía, tan remozada como viene, también ha dado un giro a su política de retribución a los accionistas y se ha sumado a la ola de grandes dividendos en que ya se habían embarcado algunos de sus rivales.
Naturgy acaba de presentar un nuevo plan estratégico en el que promete disparar los pagos a sus accionistas, en línea con la rentabilidad exigida por los fondos de inversión que ahora controlan el 40% del capital (20% GIP y 20% CVC). Repartirá al menos 6.900 millones en cinco años (que podrían elevarse hasta los 8.900 millones mediante la recompra de acciones si el grupo no cierra la adquisición de ninguna empresa, a razón de 400 millones cada año el próximo lustro).
Según desveló el propio presidente del grupo, Francisco Reynés, ante analistas e inversores en Londres, Naturgy ya disparará este mismo año un 30% el dividendo, desde 1 euro por acción que abonará con cargo a las cuentas de 2017 hasta 1,30 euros con cargo a las de 2018. A partir del próximo ejercicio habrá un incremento mínimo del 5% anual hasta 2022 (1,37 euros en 2019, 1,44 euros en 2020, 1,51 euros en 2021 y hasta 1,59 euros en 2022). La retribución se disparará al menos un 60% en este periodo y se pagará enteramente en efectivo, no mediante acciones.
Todas las eléctricas… y Repsol
Todas las eléctricas quieren tener contentos a los accionistas, atraer otros nuevos y relanzar con ello el valor de sus acciones en bolsa. Con Naturgy subiéndose a la ola de megadividendos del sector eléctrico, la retribución ya anunciada por el trío de grandes eléctricas españolas –junto a Iberdrola y Endesa- superará los 25.000 millones de euros en los próximos años.
E incluso el importe total del reparto de dividendos del sector, escalará hasta más allá de los 30.000 millones si se incluyen los abonos comprometidos por Repsol, que acaba de entrar en el sector eléctrico con la compra de una parte sustancial de los activos de Viesgo.
La petrolera, que ahora presume de ser ya un grupo “proveedor multienergía”, presentó este mismo mes una actualización del plan estratégico y se comprometió a aumentar progresivamente el dividendo un 8% anual hasta 2020 (desde los 80 céntimos de euros por acción del año pasado, a 90 céntimos este año, 95 céntimos en 2019 y 1 euro ya en 2020). En total, Repsol repartirá en ese periodo entre 4.400 y 4.500 millones de euros.
Endesa e Iberdrola
La cúpula de la nueva Naturgy ha preferido no cuantificar cuál será el pay out (el porcentaje del beneficio destinado a dividendos) con su nuevo plan estratégico. Pero con los resultados previstos durante el periodo, previsiblemente el grupo distribuirá más del 90% de sus ganancias o incluso se alcanzará el 100% si se ejecuta la recompra de acciones contempladas.
Una estrategia, la de repartir todo el beneficio, que ya viene siguiendo desde hace años Endesa. La lluvia de dividendos de la compañía continuará al menos unos años más, según se recoge en la actualización de su plan estratégico hasta 2020. Endesa ha confirmado su política de un pay out del 100%. Todo lo que gane lo repartirá entre sus accionistas. La previsión que maneja Endesa pasa por repartir unos 5.900 millones de euros entre 2017 y 2020, restando la retribución ya abonada con cargo a las cuentas del pasado año, aún quedaría por distribuir unos 4.500 millones en tres años.
El principal beneficiado de la generosa política retributiva de Endesa es quien la decide, el grupo italiano Enel, que controla la eléctrica española con una participación del 70% y que se embolsará otros 4.100 millones en cuatro años.
Iberdrola también tiene una nueva hoja de ruta que contempla más crecimiento. La eléctrica presentó el pasado febrero una actualización de su plan estratégico hasta 2022. Más beneficio, más inversiones… y también más dividendo. Al final del plan estratégico Iberdrola pretende llegar repartiendo un dividendo bruto de 0,4 euros por acción, un 25% por encima de la remuneración de 0,32 euros con cargo a las cuentas de 2017. Alcanzando esta cota de remuneración en 2022, Iberdrola habrá repartido en cinco años una lluvia de dividendos de 12.000 millones de euros entre sus accionistas.
Iberdrola mantendrá su programa de dividendo flexible, que permite optar entre cobrarlo en efecto o en acciones de la compañía (scrip dividend). Para evitar la dilución de la participación de las accionistas por las ampliaciones de capital para atender la remuneración, el grupo mantendrá el número total de títulos en 6.240 millones a través de su programa de recompra de acciones.
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