El escándalo de las emisiones que afecta a buena parte de la industria del motor se extiende hasta Asia. Nissan ha confesado que la mayoría de sus plantas japonesas incurrieron en irregularidades en las revisiones de emisiones de los gases contaminantes de sus vehículos y manipularon los informes de las inspecciones.
El grupo japonés se ve envuelto de este modo en un fraude que ya ha salpicado a la mayor parte de los fabricantes de vehículos alemanes, desde que en 2015 Volkswagen confesó haber manipulado las pruebas de emisión de gases de sus motores diésel. Según ha explicado la compañía, cinco de sus seis plantas en Japón se "desviaron" de sus protocolos internos sobre emisiones contaminantes.
Asimismo, los responsables de Nissan desvelaron, tras una investigación interna, que había detectado la elaboración de "informes de inspecciones basados en valores de medición alterados".
Aunque la marca nipona no ha dado detalles sobre el número de vehículos afectados y asegura que, pese a la manipulación, todos sus vehículos, con la excepción de su modelo deportivo GT-R, cumplen los estándares de emisiones de la normativa japonesa -los datos fueron falseados para cumplir los estándares internos, que son más estrictos-, el mercado recibió este lunes la noticia con preocupación, lo que se tradujo en una caída de las acciones de Nissan superiores al 4,5%.
La compañía asegura que sus vehículos cumplen con la normativa de emisiones, pese a la manipulación
Los títulos del fabricante japonés se situaron de este modo en sus niveles más bajos desde noviembre de 2016 y acumulan un recorte superior al 16% desde el pasado mes de enero.
La sombra de la sospecha venía persiguiendo a Nissan desde el pasado mes de octubre, cuando se descubrieron irregularidades en las inspecciones de calidad de sus vehículos. Entonces se conoció que personal no apto según la regulación nipona había efectuado inspecciones de seguridad en sus plantas domésticas, que le llevó a llamar a revisión a más de un millón de vehículos en el país asiático.
A partir de ese momento, Nissan implementó controles más rigurosos y puso en marcha una investigación "completa y exhaustiva" de los hechos, incluidas las causas y los antecedentes, para aplicar "las contramedidas apropiadas", lo que ha desembocado en los descubrimientos hechos públicos este lunes. La compañía ya ha informado al Ministerio de Territorio, Infraestructura, Transporte y Turismo del resultado de sus investigaciones.
El de Nissan no es, no obstante, el primer escándalo de este tipo que surge en Japón, ya que en 2016 Mitsubishi se vio envuelta en una investigación por un caso similar. El golpe que recibió entonces Mitsubishi en los mercados fue aprovechado por la propia Nissan para adquirir hasta un 34% de su capital.
En los últimos tiempos se ha especulado con la posibilidad de que Nissan refuerce su alianza con Renault, en un movimiento hacia una futura fusión de ambos grupos.
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