Donald Trump está dispuesto a llevar su batalla comercial con China a las últimas consecuencias. El presidente estadounidense ha señalado en una entrevista concedida a la CNBC que está "preparado" para elevar las tarifas aduaneras a productos provenientes del gigante asiático por valor de 500.000 millones de dólares (429.120 millones de euros).
Estas palabras suponen una escalada ostensible en la amenaza de guerra comercial entre ambos países. Y no solo porque las cantidades mencionadas por Trump representan casi 15 veces más el importe de los aranceles aplicados hasta la fecha, que ascienden a 34.000 millones de dólares-a los que China ha respondido de una manera semejante. Sino porque supondrían gravar la totalidad de los bienes importados desde China en 2017 y dejarían al país asiático sin posibilidad de responder de forma semejante, ya que las importaciones a China de productos estadounidenses apenas alcanza los 130.000 millones de euros, según los datos del año anterior.
Hasta la fecha, los movimientos de Trump en esta oleada de ataques proteccionistas han sido entendidos como muestras de fortaleza para lograr acuerdos comerciales más beneficiosos para la economía de Estados Unidos. Pero sus últimos mensajes traslucen la voluntad del actual mandatario estadounidense está dispuesto a rebasar cualquier límite que favorezca el entendimiento, en su batalla por lograr unas condiciones más justas para el comercio del país y para evitar, como ha acusado en varias ocasiones, que China siga robando tecnología creada en territorio norteamericano.
Los expertos alertan en que una escalada en la guerra comercial puede reducir el crecimiento global hasta en un 1%
"No estoy haciendo esto por política, estoy haciendo esto para hacer lo correcto para nuestro país", señaló Trump antes de afirmar que "hemos sido estafados por China durante mucho tiempo".
La dialéctica belicista del presidente Trump en el terreno comercial aviva la mecha del que está considerado como el principal riesgo que amenaza a la economía global en el escenario actual. No solo China, sino que países de su entorno, como México y en los últimos tiempos la Unión Europea, han sido objeto de las amenazas comerciales del gobernante de los Estados Unidos. Son muchas las firmas que vienen alertando de una escalada en la guerra comercial internacional podría provocar una desaceleración del PIB mundial de entre el 0,5 y el 1%. El dólar restaba un ligero o 0,15%, mientras que la deuda estadounidense registraba ligeras variaciones.
En este contexto, los mercados financieros evidenciaron su inquietud al conocer las palabras del presidente estadounidense, moderando de forma significativa los avances que registraban las bolsas europeas en la mañana de este jueves y llevando a terreno negativo los futuros sobre los principales índices bursátiles de Wall Street.
Algunos expertos, no obstante, creen que el conflicto alimentado por Trump podría derivar en resultados positivos a largo plazo para el comercio internacional. "Si bien el consenso mira con escepticismo el reciente desencuentro entre varias potencias del mundo (algo normal), lo cierto es que bien pudiera ser que éste pudiera servir para alcanzar ese reequilibrio" en el comercio internacional que haga viable expandir la actividad en los próximos años, explicaba recientemente Alex Fusté, economista jefe de Andbank.
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