La subida del mercurio y la llegada de las ansiadas vacaciones veraniegas son, en muchos casos, motivo suficiente para emprender un viaje. Para aquellos usuarios que opten por el avión como medio de transporte, deberán tener en cuenta que, a los gastos derivados del precio del billete, transporte en el lugar de destino, hotel y comidas deberán sumar otro gasto 'imprevisto' si no son lo suficientemente precavidos. Y es que a 10.000 metros de altura, productos como un simple cruasán o una botella de agua pueden multiplicar hasta por 10 su coste original, eso sí, en función de la aerolínea.
De este modo, Ryanair se lleva la palma entre las compañías aéreas que más suben sus precios a bordo por un producto básico como puede ser una botella pequeña de agua. El gigante aéreo irlandés vende este bien a 3 euros, un 1.132% más que lo que pagaría un usuario en cualquier supermercado por el mismo producto, según un estudio elaborado por Kayak.
Puesto que está prohibido llevar líquidos en el equipaje de mano, los viajeros deberán ser especialmente previsores y comprar bebida tras pasar el control de seguridad. Desde marzo de este año, Aena obliga a disponer de botellas de agua pequeñas a un precio máximo de un euro.
Pero el agua no es el único artículo liquidado a precio de mercancía de lujo. Otros productos como la cerveza o el vino también pueden encarecerse a miles de metros de altura. De este modo, una lata de cerveza a bordo puede ser hasta un 150% más cara que en los establecimientos del aeropuerto, al igual que una copa de vino, que, a pesar de tener un incremento menos acusado, los precios a bordo pueden alcanzar los 5,95 euros en el caso de Ryanair o los 6 euros en easyJet, es decir, hasta un 60% más.
Pero hay más ejemplos que confirman que la venta de comida y bebida en los aviones es el verdadero negocio de las low cost. Así, el caso de los aperitivos también es bastante llamativo ya que un simple paquete de aceitunas puede llegar a costar 2,50 euros en easyJet, Iberia Express o Vueling, el doble que en un supermercado; y una bolsa de cacahuetes puede alcanzar los 3 euros en la low cost Volotea, lo que supone pagar un 300% por el mismo producto que consumiríamos en un supermercado.
Los precios continúan por las nubes también para los vuelos más madrugadores. En función de la aerolínea, productos como un cruasán o una chocolatina pueden dilatar su coste hasta un 400% y un 203%, respectivamente. En esta línea, Iberia Express se apunta un tanto y ofrece el desayuno más económico para sus pasajeros: 4 euros a cambio de café con leche o zumo acompañado de cruasán, yogur, galletas o chocolate.
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