Ryanair afronta la resaca tras la mayor huelga en la historia de la compañía. El gigante low cost acabó cancelando más de 600 vuelos en Europa (400 de ellos en España) por los dos días de paros de los azafatos de cuatro países para exigir que se les aplique las legislaciones laborales del país en que trabajan y no se les imponga las leyes irlandesas y se les trate como desplazados.
Para combatir el impacto del conflicto laboral en las reservas, la aerolínea ya lanzó en los días previos a la huelga una promoción agresiva de rebaja de tarifas y la fue alargando hasta hacerla coincidir con la primera jornada de los paros (convocados para los días 25 y 26 de julio). Una promoción con descuentos del 20% en los precios para vuelos en los meses de agosto y septiembre.
Apenas un día después de la huelga, Ryanair vuelve a la carga. Ahora la compañía tira los precios de manera aún más agresiva, y comercializa un millón de plazas con rebajas del 25% para vuelos desde agosto hasta finales del próximo enero, pero que han de ser reservados en los próximos días, antes del 30 de julio.
La compañía de bajo coste está notando en sus ventas en los últimos meses la amenaza de huelga, finalmente consumada. En España, la evolución de su tráfico de pasajeros ha frenado. La aerolínea sigue creciendo, pero ahora por debajo de lo que lo hacen sus grandes rivales en lo que va de año.
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