Economía

Los pasajeros del FEVE en León se niegan a viajar: 45 grados dentro del tren

El rechazo de un grupo de pasajeros a subir el viernes a las 15.40 refleja la agonía de este servicio absorbido por Renfe en 2013

Un tren de Feve en Santander. | EUROPA PRESS

Los ferrocarriles de vía estrecha, antes conocidos como FEVE y ahora integrados en la división de Ancho Métrico de Renfe Operadora, agonizan desde hace años: supresiones de servicios, retrasos, falta de material y de personal... Pero lo que sucedió el pasado viernes en la ciudad de León en plena ola de calor es solo un clavo más en el ataúd de estos trenes, que circulan mayoritariamente por el norte ibérico a lo largo de 1.200 kilómetros aproximadamente.

Según relata el digital Leonoticias, a las 15.40 horas del pasado 3 de agosto una multitud se negó a subir al tren. En el interior se encontraron con que el aire acondicionado no funcionaba, alcanzándose temperaturas de hasta 45 grados. Por no haber, no había ni revisores, pues tal es la dejadez de Renfe con esta empresa liquidada el 1 de enero de 2013 y absorbida por el operador ferroviario.

"Temperatura insoportable"

"La temperatura era insoportable, así que los pasajeros se negaron a desplazarse en un tren en esas condiciones". Quien ha hecho estas declaraciones al portal local leonés no son los usuarios sino alguien de dentro de la compañía, que reconoce que las condiciones de viaje hubiesen sido inhumanas.

Las estadísticas invitan a pensar a que, de no existir un plan de rescate, el servicio de ancho métrico peligra. "En 2011 Feve movilizó a un total de 329.000 pasajeros, según los datos que constan en el registro de la compañía, mientras que en 2016 la cifra descendió hasta los 131.600 viajeros. Ahora podría estar por debajo de los 100.000 viajeros", recuerda Leonoticias.

El Feve recorre, principalmente, el norte de Castilla y León, parte de Galicia y prácticamente País Vasco, Asturias y Cantabria en su totalidad. León precisamente es una de las estaciones con más quejas: en 2011 la dirección -comandada por el socialista Ángel Villalba- decidió sacar la estación del centro de la ciudad para, sobre los terrenos de la antigua terminal, erigir un tranvía. El tranvía nunca se ha hecho y ahora para coger los ferrocarriles de vía estrecha se necesita coger un autobús en la ciudad leonesa, porque ésta se sitúa en las afueras.

El último gran periodo inversor que se recuerda en Feve coincide con la etapa de Álvarez Cascos como ministro de Fomento, en tiempos de Aznar (2000 - 2004). Los sindicatos denuncian permanentemente las taras materiales y de plantilla, y desde hace tiempo alertan que la estrategia de los distintos Gobiernos -indistintamente del color político- pasa por desinvertir en Feve para darle la puntilla y, llegado el momento, liquidarlo. De momento ha bastado con no poner el aire acondicionado.

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