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Arabia Saudí aplaza la salida a bolsa de la mayor petrolera del mundo

Torres de extracción de petróleo.

Se aplaza, pero no se cancela. El Gobierno de Arabia Saudí ha salido al paso de las informaciones que apuntaban la suspensión de la salida a bolsa de Aramco, la petrolera pública del país, y ha descartado que la operación se haya cancelado, pero sí se ha aplazado de nuevo a la espera de cerrar una operación de compra y de que el mercado presente las condiciones óptimas.

El ministro saudí de Petróleo, Jalid al Falih, afirmó que la salida a bolsa del gigante petrolero –que supondrá la mayor oferta pública de venta (OPV) de la historia- se producirá después de la adquisición de una empresa de downstream, sector de negocio que incluye el refino, marketing y comercialización, y cuando se produzcan condiciones de mercado "favorables".

"El Gobierno permanece comprometido con la OPV de Saudi Aramco en el momento de su elección, cuando las condiciones sean óptimas. Este plazo dependerá de múltiples factores, incluyendo condiciones de mercado favorables y una adquisición de 'downstream' que la compañía tratará de lograr en los próximos meses, como ha decidido su Junta de Directores", afirmó Al Falih en un comunicado.

El Gobierno saudí publicó este comunicado para desmentir las informaciones recogidas en medios internacionales que señalaban una posible cancelación de la salida a bolsa de la compañía, operación inicialmente prevista para este año y que ya había sido aplazada a 2019, sin explicar los motivos. Aramco planea privatizar cerca del 5 % de su capital, en una operación con la que el Gobierno saudí pretende recaudar aproximadamente dos billones de dólares.

En el comunicado, el ministro recordó que en los últimos meses el Gobierno ha llevado a cabo una serie de preparativos para la salida a bolsa de Aramco, incluyendo la redacción de una nueva ley del impuesto de la renta, la nueva expedición de una concesión de largo plazo y el nombramiento de una nueva Junta de Directores. La empresa también ha reformado sus estatutos, para convertirse en una empresa de capital conjunto, entre otras medidas.

La privatización parcial de la empresa aportará al Gobierno saudí los fondos necesarios para llevar a cabo los planes del príncipe heredero, Mohamed bin Salman, de diversificar la economía del país, que depende exclusivamente de la exportación de petróleo.

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