Todos los esfuerzos de Unidos Podemos por arrancar al Gobierno acuerdos parciales en materia de pensiones, copago farmacéutico o impuestos se resumen en un objetivo prioritario: reorientar las políticas públicas en favor de los sectores de la sociedad más golpeados por la crisis. Para ello, sigue sosteniendo que es preciso aumentar el techo de gasto, pero ya no hace tanto hincapié en la cuestión numérica como al inicio de la negociación.
Mientras que desde el prinipio ha planteado, especialmente desde su ala más radical encarnada en IU, que el techo de gasto debería incrementarse en al menos 10.000 millones de euros este año --desde los 125.000 millones recogidos en la propuesta del Gobierno, un 4,4% más, a los 135.000 millones--, a estas alturas de la negociación se prima también la calidad de los acuerdos.
Con lo que, si lo que se pacte representa realmente un viraje de las políticas públicas y, más concretamente, un trasvase de las rentas más altas y las grandes empresas a los bolsillos de los trabajadores, pensionistas y colectivos desfavorecidos, el acuerdo global, alcance o no esos 10.000 millones de euros, se podría dar por bueno. Lo que parece seguro es que será difícil sellar un acuerdo sin que el límite de gasto del Gobierno se vea finalmente superado.
Y es que en la confederación se asume que el Gobierno no se saldrá del guión que marca Bruselas y preservará en todo momento la consolidación presupuestaria, aunque en Unidos Podemos se entienda que esta no es más que un amasijo de normas sin sentido. Por ello, una alternativa que barajan desde la confederación es escalonar algunas de las medidas para que no impacten de lleno en 2019.
El tiempo y las negociaciones dirán si finalmente el incremento del gasto público pactado alcanza o no esos 10.000 millones de euros más. Por lo pronto, en el caso del copago farmacéutico, por ejemplo, se está valorando eliminarlo de momento solo para una parte de los pensionistas, puesto que el coste total de la medida podría suponer un aumento del gasto para el Estado de 600 millones de euros.
Así es que, aunque desde las filas de IU se sigue enfatizando que no será posible un acuerdo con un techo de gasto similar al del Gobierno, hay voces dentro del grupo de negociación que admiten que lo importante son las políticas y que, por ello, no se incluyeron dígitos en el 'pack antiausteridad' que se trasladó al Gobierno. "Se están negociando medidas, no números", señala una de estas fuentes.
Otras precisan que Unidos Podemos "no considera la negociación desde una óptica únicamente cuantitativa" y que, en todo caso, cree que "hay medidas, tanto por el lado de ingresos como por el lado de gastos, que pueden acordarse por fases si hay argumentación que apuntale esa decisión". Es decir, que lo importante, son los acuerdos globales.
Las cuentas de Unidos Podemos
Con todo, las cuentas de Unidos Podemos ya están hechas y persiguen elevar el techo de gasto en cuanto se pueda a 150.000 millones de euros. "Si gobernáramos haríamos las cosas de otra manera, pero sabemos que el PSOE es el PSOE", insisiten.
El Gobierno ya fijó un límite de gasto no financiero de unos 125.000 millones de euros para 2019, un 4,4% superior al del pasado año. Se trataba de todo lo que estaba dispuesto a aumentar el gasto no financiero en los Presupuestos de 2019 dentro de la nueva senda de déficit y deuda pública negociada con Bruselas.
Dicha senda establece para el año que viene un límite de déficit del 1,8% del PIB, en lugar del 1,3%. Esto quiere decir que el Gobierno tendría, de aprobarse, unos 6.000 millones de euros más para gastar (con el techo de gasto como límite) que hasta ahora había dejado sobre todo en manos de la Seguridad Social y las comunidades autónomas, con dos décimas más de margen cada una, y, en menor medida, del Estado, con una décima.
Sin embargo, el PP bloqueó la aprobación de esta nueva senda de consolidación a su paso por el Congreso de los Diputados y fue entonces cuando Unidos Podemos se ofreció para aupar al Gobierno y lograr un acuerdo, a cambio de elevar aún más el margen de gasto, sin importarle tanto la propia senda de déficit.
En cualquier caso, PSOE y Unidos Podemos, conscientes de que, aún sellando un acuerdo para sacar adelante la nueva senda de consolidación en la Cámara Baja, se toparían con el no de la mayoría absoluta del PP en el Senado, acordaron remover la Ley de Estabilidad Presupuestaria para que la última palabra la volviera a tener el Congreso.
No obstante, esta modificación se tramitará como proposición de Ley, con lo que en Unidos Podemos se considera que la cuestión no se llegará ni a votar, porque el PP encapsulará la iniciativa en la mesa del Congreso posponiendo sine die el plazo de enmiendas.
El plan de Podemos pasaría entonces por forzar al Gobierno a centrarse en el techo de gasto, que no se vota en el Congreso de los Diputados, para lograr incrementarlo pase lo que pase con la senda de consolidación. A su entender, el Gobierno puede elevar el gasto con cualquier objetivo de déficit, siempre que los ingresos vayan detrás de los gastos para mantener a raya el desequilibrio financiero en el nivel fijado.
Dicho de otro modo, a Podemos no le importa la senda de déficit y considera que el Gobierno debe empezar por construir el todo el edificio Presupuestario empezando por elevar el techo de gasto. De hecho, fuentes de las confluencias aseguran que el Ejecutivo está en disposición de presentar los Presupuestos con o sin acuerdo sobre la senda de déficit.
¿Qué techo de gasto persigue Podemos?
Al respecto, Unidos Podemos considera que la elevación del techo de gasto en un 4,4% supone un aumento de 5.230 millones de euros más que en 2018, pero advierte de que se trata de 4.000 millones de euros menos que el techo de gasto de 2015.
Sin embargo, la formación critica que a día de hoy el presupuesto en educación, cultura y deporte es un 21,6% inferior al del año 2010; el de sanidad, un 31,2% menor; y el de Fomento se ha reducido un 54,7% en este tiempo.
Así, en el argumentario de IU se indica que el techo de gasto de 2018 se encuentra en cotas muy similares a la de su mínimo histórico de 2012, y una tercera parte por debajo de su máximo histórico de 2010, año en el que comenzaron los recortes. Si se toma como medida la proporción del PIB que supone, entonces el techo de gasto de 2018 sería el más bajo de la historia reciente, con lo que en comparación con las posibilidades de la economía, el gasto público del Estado sería en la actualidad de los más bajos.
En este punto, IU estima que, de acuerdo con las previsiones de crecimiento económico del Gobierno, si se quisiera volver a un volumen de presupuesto en porcentaje de PIB similar al de antes de la crisis, el techo de gasto debería elevarse hasta al menos los 150.000 millones, es decir, 25.000 millones más que la propuesta para 2019.
Sin embargo, la formación ofrece trocear en varios años esta meta y empezar en 2019 por elevar el techo de gasto hasta los 135.000 millones de euros, unos 10.000 millones más, con los que financiar la vinculación de las pensiones al IPC, la derogación de los principales decretos de recortes del PP, entre los que se incluye la eliminación del copago farmacéutico. Sin embargo, a día de hoy no se toma como condición necesaria agotar todo ese margen.
Todo dependerá en todo caso de la capacidad de Unidos Podemos de presionar al Gobierno para que asuma medidas ambiciosas por el lado de los ingresos. Y esa es la razón por la que Unidos Podemos presiona al Gobierno para endurecer la lucha contra el fraude, elevar el pago efectivo en el Impuesto de Sociedades o buscar vías para cargar con mayor presión fiscal a la banca –ya casi descartado un nuevo impuesto a la banca--.
La medida del esfuerzo que se está exigiendo al PSOE en las mesas de negociación se observa al comparar, por ejemplo, el impacto recaudatorio de algunas de sus medidas de recaudación más populares presentadas antes de la moción de censura. IU ha recopilado hasta casi 10 iniciativas del PSOE, la mayoría incluida en sus presupuestos alternativos para 2018, con las que, según agrega, podría recaudarse 13.500 millones de euros más.
A ellas, IU suma otras ocho medidas más con las que ingresar casi 13.000 millones de euros más, entre las que destacan alternativas para aumentar los impuestos a la banca, un tributo para gravar los incrementos patrimoniales logrados en tiempos de crisis o la elevación hasta el 100% del recargo en la cuota líquida en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) para viviendas vacías, una vez se defina este concepto.
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