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Los lastres de El Corte Inglés según Moody's: baja rentabilidad y elevada concentración geográfica

La agencia sigue los pasos de S&P y otorga a la deuda del gigante comercial una calificación por debajo del grado de inversión

Edificio de El Corte Inglés en la Plaza de Callao, en Madrid. | El Corte Inglés

Tampoco Moody's se ha mostrado benévola con El Corte Inglés. La agencia de calificación de deuda ha decidido este viernes seguir los pasos de su competidora S&P y ha otorgado al grupo comercial español una calificación de Ba1, una nota un escalón por debajo del denominado grado de inversión, lo que en el argot de los mercados se conoce como bono basura, por los mayores riesgos que entraña.

La decisión de la agencia tiene en cuenta una serie de debilidades en el perfil de la compañía, entre las que, obviamente, no ignora un gobierno corporativo históricamente débil, un problema que ha puesto en solfa la reciente batalla interna que se ha vivido en el grupo y que ha arrojado una nueva dirección sobre la que Moody's también señala incertidumbres, por la falta de antecedentes para juzgar su actuación.

La nota emitida por la agencia también refleja la elevada concentración geográfica de El Corte Inglés, los menores márgenes de rentabilidad que presenta frente a sus competidores y su dependencia de los ingresos de unas pocas tiendas y las incertidumbres que genera el creciente auge del comercio online y la entrada de competidores especializados en esta actividad.

Moody's resalta la fuerte posición de marca de la compañía y espera un incremento de sus ventas de hasta el 1,5%

En cualquier caso, Moody's también resalta que la empresa que preside Jesús Nuño de la Rosa cuenta con una posición privilegiada en la mayoría de los segmentos comerciales en los que opera, una marca fuerte y arraigada que despierta interés en terceros para entrar en sus tiendas, "una gran cartera de bienes inmuebles sin gravámenes con una trayectoria comprobada de monetización exitosa de activos" y buenas perspectivas de desapalancamiento, reforzadas por "el firme compromiso del nuevo equipo de alta dirección de adoptar un enfoque más conservador en política financiera que en el pasado".

Con todo eso y el apoyo de unas condiciones macroeconómicas favorables en España, los analistas de la agencia auguran un crecimiento anual de las ventas de El Corte Inglés de entre el 1 y el 1,5% en los próximos 12 a 18 meses y pronostican una mejora del margen ebitda ajustado hacia el 5% en el medio plazo.

Emisión de bonos por 600 millones

El anuncio de Moody's se produce en el momento en que El Corte Inglés está ultimando la emisión de unos bonos por valor de 600 millones de euros. Precisamente, la intención de realizar este lanzamiento es lo que ha llevado al gigante comercial a solicitar por primera vez una calificación por parte de las grandes agencias.

La intención de la compañía es utilizar los fondos obtenidos con estos bonos para amortizar el crédito solicitado para cancelar pagarés de empleados. Está previsto que la operación se registre en Irlanda, aunque no se descarta extenderla a España, según han informado a Efe fuentes de la compañía.

"El Corte Inglés ha decidido lanzar la oferta de bonos como consecuencia del elevado interés que está recibiendo de inversores institucionales por invertir en el grupo", han subrayado las mismas fuentes. La compañía, han apuntado, pretende aprovechar los tipos de interés históricamente bajos y diversificar sus fuentes de financiación a través de la oferta de bonos, liderada por Bank of America Merrill Lynch y Goldman Sachs.

La emisión estará dirigida a inversores cualificados y ha sido calificada por S&P y Fitch con un rating (calificación crediticia) de BB+, por debajo del considerado grado de inversión, mientras que Axesor le ha otorgado una nota de BBB-.

El grupo de centros comerciales ha explicado que, una vez se complete la operación, empleará los fondos obtenidos para hacer frente a los vencimientos de los pagarés de empleados cuyo reembolso sea anterior a abril de 2019 y a cancelera el préstamo puente firmado con este fin el pasado enero y cuyo saldo asciende actualmente a 765 millones de euros.

Históricamente, los empleados de El Corte Inglés tenían la opción de invertir sus ahorros en pagarés de la compañía, una fórmula de financiación a la que el grupo ya ha decidido poner fin, en el marco de su plan de modernización de estructuras y profesionalización.

Estos pagarés tenían un año de validez, aunque en la mayoría de los casos se renovaban al vencimiento de dicho plazo, según las mismas fuentes, que han apuntado que la compañía ha ido usando el préstamo para ir devolviendo el dinero a los titulares de los pagarés según han ido venciendo.

La compañía utilizará los fondos para cancelar un crédito solicitado para amortizar pagarés de los empleados

Además, el pasado enero, El Corte Inglés refinanció deuda por valor de 3.650 millones de euros. En ese plan se incluía, entre otros instrumentos, una línea de crédito de hasta 1.000 millones de euros para hacer frente a la cancelación de los pagarés que mantenía con sus empleados, cuyo saldo conjunto ascendía entonces a 1.315 millones de euros.

Con esta emisión, que había quedado pospuesta en la primera mitad del año por los conflictos en su dirección, El Corte Inglés regresa con fuerza a los mercados de deuda, donde su actividad más reciente ha sido la emisión de pagarés, por importe de 500 millones de euros, que registró el pasado diciembre en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF). Este programa se suma al que ya emitió en 2013 por valor de 300 millones de euros, con vencimiento a dos años.

Precisamente, a finales de 2013 fue la primera vez que El Corte Inglés acudió a los mercados de deuda, con la emisión de 600 millones de euros en bonos, a través de la titulización de los derechos de cobro de sus tarjetas y préstamos al consumo otorgados por su financiera. Dicha colocación fue calificada por S&P, Fitch y DBRS con un rating de AA-AA- y AA, respectivamente.

Posteriormente, en enero de 2014, la firma, a través de Hipercor, captó 500 millones de euros con una emisión privada de bonos sénior a 7 años que cotizan en Irlanda.

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