Los planes para volver a levantar una OHL sólida, rentable y con potencial se desmoronan. Los resultados presentados en la tarde del miércoles por el grupo constructor han desatado una nueva tormenta de desconfianza sobre la salud de la compañía, que se traduce este jueves en caídas en bolsa que rondan el 20% y agudizan su mal desempeño reciente. La compañía que preside Juan Villar Mir acumula, de este modo, un descenso bursátil superior al 50% en el ejercicio y rebaja su capitalización al entorno de los 600 millones de euros, tocando sus niveles más bajos en bolsa
El mercado muestra de este modo la pérdida de fe en el plan para la reconstrucción de la compañía, que tras verse fuertemente penalizada durante años, por el mal desempeño de varios de sus proyectos y su abultada deuda, trata de enfocarse en sus negocios básicos -principalmente la construcción-, con especialización en obras de alta complejidad técnica y seleccionando proyectos de mayor seguridad.
Como parte de esa estrategia, el grupo ha llevado a cabo en los últimos tiempos una serie de operaciones, entre las que destaca la venta de su filial de concesiones, con el fin de desembarazarse de sus problemas de deuda y contar con liquidez para afrontar proyectos de mayor atractivo y rentabilidad.
Pero si nada de esto había servido hasta la fecha para obtener la confianza de los inversores, las cuentas del grupo ahondan en las dudas persistentes en el mercado. El grupo ha anunciado que perdió entre enero y junio 843 millones de euros, de los que una parte fundamental responden al impacto en sus cuentas de la citada venta de OHL Concesiones. Pero más allá de este factor puntual, el cuadro que se desprende de estos resultados es valorado de forma negativa por los expertos. "Los resultados operativos continúan siendo débiles, incluso aislando la pérdida no recurrente de 550 millones de euros derivada de la venta de OHL Concesiones", confirman los analistas de Bankinter, que resaltan que la compañía ha registrado un descenso de sus ingresos en todas sus áreas de negocio, con la única excepción de la de Servicios.
Los esfuerzos para sanear la compañía no terminan de traducirse en una mejora del negocio
El foco de las dudas se centra, precisamente, en el negocio de construcciones, que debía ser el pilar sobre el que se sustentara la recuperación del negocio de OHL. Los ingresos de esta área disminuyeron un 9% hasta 623 millones de euros, un 4% por debajo de las estimaciones, mientras que el ebitda arrojó un resultado negativo de 6 millones de euros. "Considerando la falta de visibilidad y las dudas en Construcción (33% del valor de la empresa), el mercado debería tender a asignarle un valor cercano a cero", advierten en este sentido en Sabadell, donde han revisado a la baja su recomendación sobre el grupo constructor, hasta situarlo en vender.
Los expertos del banco español sostienen, además, que la débil evolución del negocio de construcción podría provocar una desviación significativa en la caja de OHL, uno de los pocos puntos positivos de las cuentas presentadas por la compañía. "Pese a todos los esfuerzos realizados en materia de sanear la estructura financiera y reestructurar la compañía, no se termina de reconducir la situación, además la caja operativa no despega. Pese a la buena adjudicación de proyectos y a los elevados niveles de cartera seguimos viendo problemas para alcanzar márgenes razonables", corroboran en Renta 4.
Con todo esto, la desconfianza se apodera del mercado, que observa "sombrías perspectivas operativas", en palabras de los analistas de Alantra, que prevén que el grupo constructor siga registrando pérdidas hasta, al menos, 2020.
Los últimos movimientos en torno a la compañía tampoco han sentado del todo bien en el mercado. Por ejemplo, la decisión del Grupo Villar Mir, histórico accionista de la compañía, de situar su participación en el grupo por primera vez por debajo del 50% pocos días después de presentar un nuevo plan estratégico fue interpretada como una señal de escasa confianza en que este plan pueda traducirse en una mejora efectiva de la situación de la constructora. Y en la misma línea, la marcha de su consejero delegado, Juan Osuna, solo ocho meses después de asumir el cargo, también ha generado incertidumbre sobre la futura implementación de esa nueva hoja de ruta.
Precisamente, tras el nombramiento en junio de un nuevo consejero delegado, José Antonio Fernández Gallar, OHL ha anunciado nuevos cambios en su dirección, con el nombramiento de Manuel Álvarez, que procedía del grupo ACS y que pasará a ocupar la dirección general del grupo -un cargo de nueva creación- y la incorporación de José María Sagardoy como máximo responsable del área Económico-Financiera.
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