El Corte Inglés ya ha hecho su reentrada en los mercados de deuda. El gigante comercial ha cerrado con "éxito", según ha apreciado la propia compañía, una emisión de bonos a cinco años y medio por valor de 600 millones de euros y un cupón anual del 3 %. El grupo ha obtenido una demanda que ha duplicado el monto de la oferta.
La intención de El Corte Inglés es utilizar los fondos captados en esta emisión, que cotizará en Irlanda y se enmarca dentro de su estrategia de diversificar sus fuentes de financiación, para amortizar deuda. Los bonos, con vencimiento en marzo de 2024 y garantizados por Viajes El Corte Inglés y Supercor, van dirigidos a inversores cualificados.
El comunicado de la compañía resalta que la emisión ha contado con un "fuerte apoyo de la comunidad inversora, tanto nacional como internacional" a la compañía.
"La operación supone un hito en la historia financiera de la compañía, ya que se trata de la primera emisión con rating -calificación- asignado y que ha sido presentada en los mercados con notable éxito", añade la empresa de los grandes almacenes. En concreto, la emisión ha sido calificada por S&P Global y Ficht con un rating de BB+; por Moody's, con un anota de Ba1, lo que representa niveles por debajo del considerado grado de inversión, como reflejo de las debilidades que presenta la compañía. Axesor, por su parte, le ha otorgado un BBB-.
Los colocadores de la emisión han sido Bank of America Merrill Lynch, Goldman Sachs International, Santander, Banco de Sabadell, Bankia, BBVA, BNP Paribas, CaixaBank, Credit Suisse, Crédit Agricole CIB, Deutsche Bank, Société Générale y UniCredit Bank.
Con los fondos obtenido, El Corte Inglés pretende hacer frente a los vencimientos de los pagarés de empleados cuyo reembolso sea anterior a abril de 2019 y a cancelar el préstamo puente firmado en enero para ello y cuyo saldo asciende a 765 millones.
En enero, la compañía refinanció deuda por valor de 3.650 millones, entre otros instrumentos vía una línea de crédito de hasta 1.000 millones para hacer frente a la cancelación de los pagarés que mantenía con sus empleados, cuyo saldo conjunto ascendía entonces a 1.315 millones.
Históricamente, los empleados de El Corte Inglés tenían la opción de invertir sus ahorros en pagarés de la compañía, una fórmula de financiación con la que decidió poner fin en línea con su objetivo de la modernización de sus estructuras y su profesionalización. Los pagarés tenían un año de validez aunque en la mayoría de casos se renovaban al vencimiento de dicho plazo, según las fuentes, que han apuntado que la compañía ha ido usando el préstamo para ir devolviendo el dinero a los titulares de los pagarés a medida que iban venciendo.
En diciembre de 2017, El Corte Inglés registró un nuevo programa de pagarés en el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) por importe de 500 millones, que se sumó al que ya emitió en 2013 por valor de 300 millones, con vencimiento a 2 años.
El Corte Inglés acudió por primera vez a los mercados de deuda a finales de 2013, cuando emitió bonos por 600 millones a través de la titulización de los derechos de cobro de sus tarjetas y préstamos al consumo otorgados por su financiera. Posteriormente, en enero de 2014, la firma, a través de Hipercor, captó 500 millones con una emisión privada de bonos sénior a 7 años que cotizan en Irlanda.
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