A algunos de los clientes de Popular Banca Privada se les está atragantando la compra de su antigua entidad por parte de Santander. Tradicionalmente, los clientes con alto patrimonio de Popular no tenían que hacer frente al pago de comisiones por la depositaría de los fondos internacionales. Sin embargo, el grupo que preside Ana Botín sí cobraba de manera estandarizada un 0,36% anual (0,18% semestral) por este servicio. El porcentaje, como todos los servicios de la división de gestión patrimonial, es negociable llegando incluso a eliminarse en algunos casos.
En cualquier caso, los clientes VIP de Popular, acostumbrados a no abonar este servicio, se están dando de bruces con la nueva realidad de Santander. Fuentes próximas a la entidad señalan que "tras la fusión se está implementando un nuevo modelo híbrido de cobro a los clientes de esta división que combina los esquemas de Popular y de Santander". Puntualizan que, "aunque Santander siempre ha cobrado el 0,36%, el cargo no es un parámetro rígido, sino que varía en función de las posiciones de cada cliente".
Santander va a aplicar un nuevo modelo de cobro en el segmento de banca privada que combina su esquema y el de Popular
Otras fuentes apuntan que Popular había anunciado hace unos meses sus planes de comenzar a cobrar por este servicio, por lo que, probablemente, los mismos clientes que hoy se ven penalizados por tener que acatar las nuevas condiciones de Santander también se hubiesen visto afectados por la política de precios que Popular pensaba implementar próximamente. Aun así, el malestar entre los clientes es una realidad que no ha hecho más que empezar y que se intensificará cuando cierren las sucursales de Popular Banca Privada.
La nueva normativa MIFID, que presiona a la baja los márgenes de las entidades financieras, está siendo la excusa que utilizan muchos bancos para cobrar nuevas comisiones o, al menos, dirigir a sus clientes hacia productos más rentables para la entidad, como los fondos perfilados -invierten en otros productos, gestionados por la propia gestora del banco-, o formalizar contratos de asesoramiento.
La normativa MIFID, que presiona a la baja los márgenes de los bancos, sirve de excusa a muchos de ellos para cobrar nuevas comisiones
Cobrar por la depositaría de fondos de gestoras extranjeras se va a convertir en una práctica generalizada entre las entidades financieras. El debate no es si hacerlo o no -va a ser sí o sí-, sino cuándo y cuánto. Santander abrió la veda y, posteriormente, BBVA y CaixaBank han comenzado a cobrar por este servicio, mientras que Sabadell implementará este cargo el próximo mes. Aunque los precios son negociables, la media del sector oscila entre 0,20% y 0,36%.
Esta comisión y otras relacionadas con el corretaje de acciones se ha convertido en un argumento comercial. "Su aplicación o exención se utiliza para retener y robar clientes, o para dirigirlos a productos más rentables para las propias entidades. Cuando hay un cliente en riesgo de fuga, se le convence para que se quede esgrimiendo que se va a ahorrar esa comisión y que la otra entidad se la cargará. Si el cliente es de perfil bajo, es un arma para convencerlo de que es mejor que compre fondos perfilados que a su vez invierten en productos internacionales para ahorrarse dicho cargo", explica un banquero privado.
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