Economía

El mapa de los pisos vacíos: Valencia, Cataluña y Andalucía acaparan la mitad

Las tres CCAA concentran buena parte de las casi 480.000 viviendas nuevas deshabitadas que hay en España / La mayoría se construyó a partir de 2004, coincidiendo con el 'boom' del sector

Valencia, Cataluña y Andalucía concentran la mitad de los pisos nuevos vacíos.
Edificios de viviendas en una imagen de archivo. | Europa Press

La búsqueda de una solución al problema de la vivienda se ha convertido en uno de los grandes retos del Gobierno español y los Ejecutivos regionales. Aunque solo un 2,5% de los ciudadanos señalaban ésta como una de sus grandes preocupaciones en la última encuesta del CIS, lo cierto es que las autoridades dan muestras en los últimos tiempos de querer abordar el creciente clamor de una masa de población que se ve incapaz de acceder a una vivienda en plena escalada de los precios de compraventa y del alquiler.

Es en este escenario donde han vuelto a surgir voces que apuntan al parque de viviendas vacías como parte de la solución. El Gobierno que preside Pedro Sánchez, alentado por las exigencias del grupo Unidos Podemos, estudia adoptar medidas para forzar a los propietarios de casas sin uso actual a ponerlas en el mercado. Y la reciente resolución del Tribunal Constitucional a favor de las pretensiones del Gobierno vasco de expropiar viviendas deshabitadas abre otra vía por la que las administraciones autonómicas podrían tomar cartas en el asunto.

Esta línea de actuación choca, no obstante, con la oposición de buena parte de los expertos en el mercado de la vivienda, que advierten de que tomar medidas coercitivas contra los propietarios de viviendas vacías podría resultar contraproducente.

"Es importante tener en cuenta que probablemente la solución no pasa por ahí, sino por la contraria, que es la de poner en marcha medidas que permitan que la persona que dispone de una vivienda vacía, tenga la seguridad necesaria para poderla comercializar en régimen de alquiler, es decir, dinamizar la oferta más que optar por la penalización", observa al respecto Pedro Soria, director comercial de Tinsa.

Además, son muchos lo que también señalan que, en cualquier caso, es improbable que este stock de vivienda pueda convertirse en la gran solución que requiere el mercado residencial.

Los últimos datos oficiales del INE, que datan de 2011, cifran en 3,4 millones el número de inmuebles que permanecen vacíos en España. Una cifra nada desdeñable, que representa alrededor del 13,6% del total de viviendas. Sin embargo, según diversos análisis, dentro de estas cifras se incluyen viviendas de difícil ocupación, por su elevada antigüedad -hasta un 35% superan los 50 años-, su mal estado de conservación y una ubicación poco propicia. Sin éstas, el volumen disponible se reduciría a menos de un tercio.

Más esclarecedoras resultan otros recuentos que toman como referencia el número de viviendas vacías acumuladas en los últimos años. A este respecto, el Ministerio de Fomento contabiliza el stock de vivienda nueva acumulado desde 2004 que permanece vacía. Según estos datos, actualizados a cierre de 2017, España cuenta con 476.938 inmuebles nuevos vacíos y de estos alrededor de 250.000 se habrían acumulado en la última década (el 15% de las construidas en el periodo), tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, según los cálculos de la sociedad de tasación Tinsa.

Los expertos insisten que buena parte de los pisos vacíos se encuentran en lugares con baja demanda de vivienda

Las cifras el Ministerio muestran que, en cualquier caso, la bolsa de viviendas vacías se ha ido reduciendo de forma significativa desde 2010 y actualmente se encuentra en sus niveles más bajos desde 2007.

El reparto de estas viviendas vacías a lo largo y ancho de la geografía nacional ofrece un escenario muy dispar. Y es que casi la mitad de esta bolsa de pisos nuevos deshabitados se concentra en solo tres comunidades autónomas: Comunidad Valenciana, Cataluña y Andalucía. Por provincias destacan Madrid, Barcelona y Alicante, con más de un 25% del total.

Sin embargo, la lectura de estos números gruesos arroja poca luz sobre la realidad del mercado. Y es que, a pesar de destacar en las cifras totales, Madrid o Barcelona se cuentan entre las provincias con un menor porcentaje de viviendas desocupadas sobre el total. En cambio, son otras como Almería, Cuenca, Lleida o Murcia las que llegan a acumular hasta un 25% del viviendas vacías sobre el total construido en la última década, según Tinsa.

"Cuando se habla de aprovechar las viviendas vacías para aumentar la oferta en alquiler, no se está teniendo en cuenta que las viviendas no se ubican donde la demanda quiere. Las viviendas pendientes de venta en Castellón no solucionan el problema de oferta de viviendas en la ciudad de Madrid, por ejemplo", comenta Pedro Soria.

"Dentro de las grandes ciudades, donde se focaliza el problema de altos precios de alquiler y escasez de oferta, el stock de obra nueva en el centro es prácticamente inexistente y, en caso de existir, está bastante disperso en zonas de expansión. Buena parte de las viviendas vacías de las ciudades son inmuebles antiguos (no obra nueva, stock derivado del pinchazo de la burbuja) que está en manos de particulares. En unos casos desactualizados y necesarios de reformas", añade el experto de Tinsa.

Más vivienda pública

Teniendo en cuenta todo esto, algunas voces apuntan a la necesidad de impulsar un mayor peso de la vivienda pública en el mercado. A este respecto, el Gobierno alemán anunciaba recientemente la aprobación de un proyecto para construir un millón y medio de viviendas destinadas al alquiler, para frenar el auge de los precios.

Desde el Ejecutivo de Pedro Sánchez también se han planteado soluciones en este sentido, aunque mucho más modestas. El Ejecutivo se plantea la puesta en marcha de unas 20.000 viviendas para elevar la oferta en grandes ciudades en las que se hayan disparado los precios.

Esta medida ha sido considerada insuficiente por los más reputados expertos del sector, pero creen que planteada en unos términos más ambiciosos podría resultar útil no solo por el incremento de la oferta, sino porque los precios de las viviendas públicas en el mercado podrían servir como una referencia que evitara incrementos desmesurados.

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