El presente no está siendo un buen año para las bolsas mundiales. La sucesión de incertidumbres globales y la constatación de que el crecimiento económico se debilita han acabado dando al traste con los favorables pronósticos que a inicios de año alentaban a los inversores a apostar por el mercado bursátil.
En Europa, los grandes índices se encaminan a un 2018 de caídas, que, en el caso del Ibex, van camino de convertirse en las mayores en siete años. E incluso en Wall Street, imperturbable durante años a las tensiones externas, los principales referentes del mercado empiezan a dar muestras de debilidad, ante el creciente temor a que el ciclo de expansión iniciado hace ya más de nueve años esté próximo a su fin.
Pero en un universo tan amplio y diverso como el de los mercados financieros, lo cierto es que cualquier tendencia general admite excepciones. Y mientras las grandes bolsas languidecen existe un amplio número de bolsas que a día de hoy muestran unos rendimientos nada despreciables. Y entre todas ellas descolla una especialmente exótica: Jamaica.
La bolsa jamaicana tiene una capitalización total de apenas 8.000 millones de dólares, menos de lo que vale solo Bankinter
El índice JSE presenta a día de hoy un rendimiento superior al 30% desde el inicio de año. Una escalada que no hace sino dar continuidad al espectacular rendimiento acumulado durante los últimos cinco años y que se ha plasmado en una rentabilidad superior al 400%, frente al poco más del 20% que suben los índices globales en ese periodo.
En este reducido mercado, en el que todas sus empresas capitalizan alrededor de 8.000 millones de dólares (unos 6.900 millones de euros, algo menos de lo que vale solo Bankinter), son abundantes las compañías ligadas a los servicios financieros -no en vano, Jamaica estuvo durante años considerada un paraíso fiscal-.
Entre las compañías que mejor desempeño han mostrado en 2018 destacan la empresa del sector cinematográfico Palace Amussement, las empresa de servicios de inversión Barita Investments y Sterling Investments, y la compañía de logística portuaria Kingston Wharves, todas ellas con ganancias entre el 160 y el 110% en el año.
Una economía en recuperación
Es obvio que Jamaica es mucho más que Usain Bolt, reggae, Bob Marley, playas y marihuana. Pero ni su economía ni sus mercados financieros han disfrutado nunca del más mínimo protagonismo en la escena internacional.
La isla caribeña se cuenta entre las más pobres de la región con un PIB per capita inferior a los 10.000 dólares (8.636 euros), apenas un tercio que vecinos como Bahamas, Trinidad y Tobago o San Cristóbal y Nieves. Paralizada por un excesivo gasto público y una enorme -en términos relativos- montaña de deuda, Jamaica sufrió con severidad el impacto de la crisis mundial, registrando hasta cuatro años de recesión en el lustro entre 2008 y 2012. Esos problemas tuvieron, por supuesto, su correlato, en la evolución de su bolsa, que entre febrero de 2008 y junio de 2014 registró un retroceso próximo al 40%.
Desde entonces, su suerte ha cambiado, al ritmo marcado por una economía que, sin grandes alardes, ha empezado a mostrar síntomas de mejora. Tras años de raquíticos crecimientos, está previsto que el país registre unas tasas de expansión próximas al 2% en los próximos ejercicios. El país viene desarrollando en los últimos años, bajo la supervisión del Fondo Monetario Internacional (FMI), un programa de ajuste económico cuyos resultados son aplaudidos por los principales agentes de la economía mundial.
"La postura fiscal del gobierno fomenta la estabilidad macroeconómica, incluida la baja inflación, y apoya la solvencia del país. El endeudamiento externo del país ha mejorado en los últimos años y las reservas internacionales están creciendo", destacaba recientemente la agencia de calificación S&P, tras mejorar la perspectiva de su rating a positiva.
El país ha emprendido en los últimos años un importante esfuerzo para sanear sus finanzas públicas y reducir los niveles de deuda
El país enfrenta aún notables dificultades, derivadas de su deuda y el alto coste de la misma -a pesar de que se ha reducido a tasas próximas al 90% del PIB, frente al 130% de hace tan solo cinco años-, así como por la rémora de la baja productividad y la corrupción, según resalta S&P, que restan pujanza a una economía impulsada por el buen desempeño reciente de industrias como el turismo y la minería.
Uno de los grandes retos a los que se enfrenta Jamaica es la reforma de un sector público desproporcionado, que drena buena parte de los recursos del país. En este sentido, los expertos destacan que el compromiso de los dos grandes partidos del país, el gobernante Partido Laborista de Jamaica (JLP) y el Partido Nacional Popular, en la oposición, debe ser aprovechado para abordar las cuestiones más espinosas de esta reforma.
"Reducir de manera sostenible la factura salarial del sector público es importante para canalizar los ahorros hacia gastos de capital social y de crecimiento. Es importante avanzar en esta difícil pero crítica reforma. Aprovechar la ventana actual del acuerdo salarial de 4 años ayudará a priorizar las funciones del gobierno e instituir un nuevo marco de compensación para los empleados del sector público", advertía el FMI tras su última visita de evaluación a la isla.
Inversiones de China
En el crecimiento reciente de Jamaica ha jugado un papel muy destacado China, a través de sus constantes inversiones en el país, con la compra de empresas y la financiación de infraestructuras. En 2014, el grupo estatal chino China Harbour Engineering tomó el control de la primera autopista de peaje en el país, mientras que en 2016 fue el grupo Jinquan Iron and Steel el que acometió la compra de la refinería de aluminio Alpart.
Precisamente, uno de los principales puntos de interés de las empresas chinas son los recursos mineros de Jamaica, que cuenta con uno de los mayores yacimientos de bauxita en el mundo, una roca de arcilla que se utiliza para la producción de aluminio.
La minería es uno de los sectores donde más se concentran las inversiones chinas, por sus yacimientos de bauxita
Las inversiones chinas se enmarcan dentro de la estrategia que lleva varios años desarrollando el gigante asiático, primero en el Pacífico y ahora también en zonas de África o el Caribe para ganar acceso a nuevos recursos al tiempo que refuerza su influencia geopolítica. Una actuación que, a pesar del fuerte influjo de dinero que conlleva, ha despertado críticas en países como, precisamente, Jamaica, donde desde algunos ámbitos se teme que poco a poco la isla esté cayendo bajo el dominio de una nación extranjera que solo busque explotar sus recursos.
Mientra tanto, sin embargo, estas inversiones se están traduciendo para Jamaica en un incremento del empleo y una notoria mejora de sus infraestructuras, tal y como destacan en la firma de inversiones Stocks & Securities. Un impulso que, al menos de momento, sirve para hacer del mercado jamaicano la mejor bolsa del mundo.
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