Las cuentas del Gobierno español no cuadran. Al menos eso es lo que piensan los expertos de BBVA Research, quienes han hecho públicas este martes sus "dudas" sobre el plan presupuestario remitido este lunes a Bruselas por el Ejecutivo español.
El servicio de estudios del banco español considera que las estimaciones que se recogen en ese documento sobreestiman los ingresos en una o dos décimas de PIB -lo que supone entre 1.200 y 2.000 millones de euros- e infravalora los gastos en una décima. Además, advierten del impacto de la subida del Salario Mínimo Interprofesional a 900 euros para los colectivos más vulnerables.
Estas son algunas de las principales valoraciones arrojadas este martes por el responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, Rafael Doménech, durante la presentación del informe Situación España, en la que ha estado acompañado por el economista jefe del Grupo BBVA y director de BBVA Research, Jorge Sicilia, y el economista jefe de España y Portugal, Miguel Cardoso. En este informe El Grupo BBVA ha rebajado tres décimas el crecimiento económico previsto para este año, hasta el 2,6% calculado por el Gobierno, aunque teme que el déficit sólo se reduzca este año al 2,8% del PIB, lo que podría exigir medidas extraordinarias para cumplir el objetivo gubernamental del 2,7%.
Doménech ha explicado que tras una evaluación "muy preliminar" del plan presupuestario, que recoge una previsión de ingresos de 5.678 millones en 2019 y un gasto de 5.098 millones de euros, constatan una "ligera diferencia" respecto a las previsiones del Gobierno al estimar dos décimas más de gasto sobre PIB y entre una y dos décimas de menos ingresos respecto al plan presupuestario. Además, ha indicado que se esperaban "algo más" de inversión pública de la reflejada finalmente en el borrador presupuestario.
La entidad considera 'factible' alcanzar el objetivo de déficit del 1,8% en 2019
No obstante, si se incorporan las medidas anunciadas por parte de todas las administraciones públicas y se cumplen las previsiones de ingresos cree que sería "perfectamente factible" cumplir el objetivo de déficit del 1,8% en 2019.
En todo caso, más allá de diferencias "menores" en cuanto a las previsiones de déficit, Doménech ha subrayado que lo "importante" es la apuesta por la estabilidad presupuestaria, la consolidación fiscal y la reducción de deuda pública que en el caso español se mantiene, para construir "colchones fiscales" que permitan hacer frente a una futura recesión que "tarde o temprano acabará llegando".
El servicio de estudios de la entidad recomienda, para disminuir el desequilibrio en las cuentas públicas, la identificación y eliminación de gasto ineficiente, en donde hay un "enorme margen de maniobra". En caso de necesidad de incrementar la carga fiscal, considera que deben seguirse criterios de eficiencia que limiten el impacto negativo en la actividad.
Salarios mínimos
Respecto a medidas concretas recogidas en el plan presupuestario, Doménech se ha referido al anuncio de subida del Salario Mínimo a 900 euros en 2019, de la que se beneficiarán el 10% de los trabajadores, y ha apuntado que si viene acompañado de un aumento de la productividad, permitirá aumentar los ingresos y no supondrá "ningún riesgo" en el empleo, si bien ve "dudas más que razonables" para pensar que algunos colectivos vulnerables puedan verse afectados.
"Habrá ganadores, serán los más, pero habrá perdedores"; ha avisado Doménech, al referirse, como ya hizo en alzas del SMI años atrás, a colectivos como el de los mayores, las mujeres, los jóvenes o los extranjeros, colectivos que podrían verse afectados por el desempleo como consecuencia de la subida del SMI.
En este sentido, ha recordado que España cuenta con un sistema contributivo, por lo que ha recordado que si los salarios son mayores, suben las cotizaciones, pero los derechos para futuras pensiones también son mayores, por lo que al final "son más ingresos hoy pero más gasto mañana". A su juicio, el alza del SMI da margen de maniobra pero "no es la solución definitiva".
La subida de los salarios "son más ingresos para hoy, pero más gasto mañana"
En cuanto a la revalorización de las pensiones con arreglo al IPC, cree que supone una presión "muy importante" sobre el gasto en pensiones que "exige" de medidas compensadoras por el lado del gasto para seguir garantizando la sostenibilidad del sistema.
A este respecto ha recordado que todas las previsiones auguran un aumento de la tasa de dependencia (número de personas mayores de 65 años sobre personas en edad de trabajar) en las próximas décadas, lo que constituye una presión adicional relevante, por lo que aboga por medidas compensadoras que introduzcan mecanismos de ajuste automático como los diseñados en otros países para retrasar e incentivar el retraso en la edad de jubilación y contener el déficit con el que entran las pensiones iniciales al sistema.
"Hay que ir reduciendo gradualmente en las próximas décadas el ratio de pensiones medias sobre salario medio", ha enfatizado Doménech, quien cree que las pensiones pueden aumentar pero a una tasa menor que los salarios porque de ellos salen las cotizaciones.
Para ello propone adoptar un sistema de reparto sobre la base de cuentas nocionales para tener una renta asegurada, lo que exigirá una prima, si bien cree que eso no impide que haya unas pensiones mínimas "blindadas" para carreras que no hayan cotizado lo suficiente.
La fiscalidad como lastre
En cuanto a la fiscalidad a las empresas, ha recordado que las empresas en España pagan y contribuyen en el Impuesto de Sociedades en el entorno de lo que lo hacen otros países, y ha defendido que si se compara el tipo en relación al resultado contable, la caída está "justificada" en la historia fiscal porque se hizo para evitar la doble imposición de dividendos con el fin de que las empresa españolas repatríen esos dividendos del exterior a España. Otro motivo, ha explicado, es la bonificación a exportaciones.
El responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research ha defendido que hay que evitar la creación de "umbrales y discontinuidades" en la fiscalidad entre las empresas de distinto tamaño porque "terminan generando incentivos o barreras que dificultan el crecimiento empresarial".
Igualmente, ha rechazado el tipo efectivo del 18% para las entidades bancarias en el Impuesto de Sociedades que prevé aprobar el Gobierno, ya que "no hay ninguna razón para que la banca tenga ninguna fiscalidad distinta al resto de empresas", ni las grandes compañías al resto de empresas.
A su juicio, generar un sistema fiscal "complejo" da lugar a "discontinuidades" entre tamaño de empresas o sectores que "no se justifica", y acaba siendo un "lastre" para el crecimiento económico y la inversión.
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