La venta de Itínere se puede convertir en todo un quebradero de cabeza para Sacyr. La constructora presidida por Manuel Manrique, que controla un 15,5% de la empresa de autopistas, se enfrenta a la amenaza de una demanda por parte de Globalvía por un monto total de hasta 100 millones de euros. Globalvía, grupo que preside Juan Bejar, reclama esta cantidad a Sacyr por su negativa a traspasarle sus acciones de Itínere, tal y como habían pactado el pasado mes de julio.
Entonces, tanto Sacyr como Abanca y KutxaBank se comprometieron a traspasar a Globalvía sus respectivas participaciones en Itínere por 723 millones de euros. De este modo, el grupo de concesiones se hacía con el control del 55,6% de Itínere, para formar un gigante de las infraestructuras.
Pero este acuerdo se ha encontrado con la oposición del fondo Corsair, hasta la fecha primer socio de Itínere, con casi un 40% de su capital, que decidió ejercer su derecho a una contraoferta para asegurarse mantener una posición dominante en la compañía. La oferta de Corsair, dirigida a Sacyr y Liberbank, le permitiría alcanzar un 59% del capital. Pero en Globalvía sostienen que la contraoferta no era válida si no iba dirigida a todas las partes que habían pactado la venta el pasado julio.
En medio de esa guerra, que ha llegado a los tribunales, Globalvía ha convocado este miércoles tanto a Sacyr como a Abanca y a KutxaBank para formalizar la operación, al entender que había concluido el plazo para que Corsair, como primer socio de Itínere, ejerciera su derecho preferente de suscripción, sin que presentara una oferta "en igualdad de condiciones" a la planteada por el grupo de concesiones.
Sacyr se ha visto atrapada en medio de la lucha de Globalvía y Corsair por hacerse con el control de Itínere
Tanto Abanca como KutxaBank han cumplido con lo estipulado en el acuerdo de julio y han traspasado a Globalvía sus participaciones, del 23,8% y el 16,3%, respectivamente. Sin embargo, Sacyr no ha comparecido en la reunión.
De esta forma, Globalvía aseguró que "continuará con acciones legales para exigir judicialmente a Sacyr el cumplimiento del compromiso de venta, que contempla una indemnización de 100 millones de euros por incumplimiento".
El grupo de concesiones impidió 'in extremis' que Sacyr pudiera vender su 15,5% de Itínere a Corsair por vía judicial, mediante la solicitud de medidas cautelares urgentes.
La razón de que Sacyr no haya formalizado ahora tampoco la venta Globalvía podría residir en el hecho de que el fondo accionista de Itínere también solicitó entonces a los tribunales medidas cautelares en este sentido, según indicaron en fuentes del mercado. Fuentes oficiales de la constructora declinaron realizar declaración alguna.
En medio de toda esta controversia, las acciones de Sacyr han experimentado en las últimas semanas un sonoro derrumbe, que se ha prolongado este miércoles con una caída superior al 3,5% que le sitúa en sus niveles más bajos en tres meses. En poco más de dos meses, la compañía ha perdido más del 20% de su valor.
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